viernes, 31 de enero de 2020

PERENNITAT INSOLUBLE

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PERENNITAT INSOLUBLE




La llum de la nit baveja en les meues costelles, baveja en el acordió líquid de les meues pol·lucions, en el mar de l’irresistible. Baveja tantes vegades com l’olor del deliri i la seua humida carne de vertigen. Al moment d’expulsar la meua última paraula, em sobrevé el llindar de la placenta, la pèrdua dels meus pensaments. Les estafes perennes que em fa l’amor. (Jure que el blau del cel esborra tot el meu dolor, malgrat les ornamentacions baldades en les voravies, o la pèrdua dels meus anys.) Més d’hora que tard, també babegen els meues desastres davant d’aquella finestra de les meues febres.
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ





PERENNIDAD INSOLUBLE




La luz de la noche babea en mis costillas, babea en el acordeón líquido de mis poluciones, en el mar de lo irresistible. Babea tantas veces como el olor del delirio y su húmeda carne de vértigo. Al momento de expulsar mi última palabra, me sobreviene el umbral de la placenta, la pérdida de mis pensamientos. Las estafas perennes que me hace el amor. (Juro que el azul del cielo borra todo mi dolor, pese a las tullidas ornamentaciones en las aceras, o el extravío de mis años.) Más temprano que tarde, también babean mis desastres frente a aquella ventana de mis fiebres.
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga

ESTAT DE PARANOIA

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ESTAT DE PARANOIA




Era com castrar la set en una daga d’erms, o cremar en la histèria del llenguatge de certs estats de paranoies. (Puc parlar a la vorera dels teus encaixos i besar totes les possibilitats fins al cansament; també puc abandonar-me en el mugró d’un somriure, quelcom semblant com al llit d’un manicomi.) Sonen melodies abandonades al meu pit, sants sorolls, nits que creixen als cartrons del sexe, horribles dies de setmana, potser àvids trens com pits al meu món dosificat d’analgèsics. Aquella xicona es pergué als carrers de les meues recordacions. Era d’esperar-se així el designi.
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




ESTADO DE PARANOIA




Era como castrar la sed en una daga de páramos, o arder en la histeria del lenguaje de ciertos estados de paranoias. (Puedo hablar al borde de tus encajes y besar todas las posibilidades hasta el cansancio; también puedo abandonarme en el pezón de una sonrisa, algo así como en la cama de un manicomio.) Suenan melodías abandonadas en mi pecho, santos ruidos, noches que crecen en los cartones del sexo, horrendos días de semana, acaso ávidos trenes como pechos en mi mundo dosificado de analgésicos. Aquella muchacha se perdió en las calles de mis recordaciones. Era de esperarse así el designio.
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga

jueves, 30 de enero de 2020

CLAREDAT DESEIXIDA

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CLAREDAT DESEIXIDA




Ens mossega el tile que arriba als nostres ulls i també el fum de la boira plena de rostres desatesos. A la rebotiga de l’ànsia, l’engany que enos desgasta fins a la demència. La claredat fuig de tots aquells dies drogats com un colp de reble a la gola. La lògica dels ganivets multiplica l’aura demencial del sexe en un món que ens intimida i enfolleix: en l’ombra secreta del patíbul, rellisca la dura memòria del que sempre volguérem soterrar, la nuesa buidada en la tebior afonada de les mans. Al darrer pol·len de la nostàlgia, la dentegada del teu cos en la meua penombra.
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




CLARIDAD DESASIDA




Nos muerde el tile que llega a nuestros ojos y también el humo de la bruma repleto de rostros desoídos. En la trastienda del ansia, el engaño que nos desgasta hasta la demencia. La claridad huye de todos aquellos días drogados como un golpe de cascajo en la garganta. La lógica de los cuchillos multiplica el aura demencial del sexo en un mundo que nos intimida y enloquece: en la sombra secreta del patíbulo, resbala la dura memoria de lo que siempre quisimos soterrar, la desnudez vaciada en la tibieza hundida de las manos. En el último polen de la nostalgia, la dentellada de tu cuerpo en mi penumbra.
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga

MIRATGE IMMINENT

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MIRATGE IMMINENT




Ella sempre penjada del meu llengoteig de sibarita, una altra manera de morir o viure en el sublim de l’alienació. Davant de l’autoconsciència de ser tot just miratge, la porta dessagnada de la imminència. La justa voracitat del cel estronyat d’un tall. Vivim mentre transcorre la fuga, o el mirall conjuga les nostres crepitacions. El cuc de la mort descorre tot el que ens crema. (Mai no serà igual continuar morint sense la certesa d’un cos: en l’absència, només la tossuderia de les ombres d’aquella tendresa d’infància irreal.)
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




ESPEJISMO INMINENTE




Ella siempre ahorcada en mi lengüeteo de sibarita, otra manera de morir o vivir en lo sublime de la enajenación. Ante la autoconciencia de ser apenas espejismo, la puerta desangrada de la inminencia. La justa voracidad del cielo cortado de un tajo. Vivimos mientras transcurre la fuga, o el espejo conjuga nuestras crepitaciones. El gusano de la muerte descorre todo lo que nos quema. (Nunca será igual seguir muriendo sin la certidumbre de un cuerpo: en la ausencia, solo la tozudez de las sombras de aquella ternura de infancia irreal.)
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga

martes, 28 de enero de 2020

UNA VIDA NOMÉS

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UNA VIDA NOMÉS




Entre les parets i la memòria, una vida que respira buscant-se en la voracitat del no-res. Enfosqueix en la sepultura de la boca com jeroglífics d’un aigua llardosa. De tot l’amor, el badall que desdiu allò caminat, els estranys morts que succeeixen dia diumenge, la febre de puntetes que ens deixa el buit de la nit. (Tot el viure és per a res: una tomba, mentrestant, acaricia les pors. Un crit perllonga el caos acumulat en les obscenitats de la taula.)
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




UNA VIDA, SOLAMENTE




Entre las paredes y la memoria, una vida que respira buscándose en la voracidad de la nada. Anochece en la sepultura de la boca como jeroglíficos de un agua mugrienta. De todo el amor, el bostezo que desdice lo andado, los extraños muertos que suceden día domingo, la fiebre de puntillas que nos deja el vacío de la noche. (Todo el vivir es para nada: una tumba, entretanto, acaricia los miedos. Un grito prolonga el caos acumulado en las obscenidades de la mesa.)
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga

LLENGUATGE DE LA MEMÒRIA

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LLENGUATGE DE LA MEMÒRIA




Després de comptar una a una les campanades del galop, vénen a la meua memòria els carrers endimoniats de la ciutat, el dissimul i un riu de ferides com peixos degollats. Cadascú aprén a viure amb determinats fetitxismes: ella fou la meua única guillotina, l’errada del foc dels sacrificis, l’arrel de la història que abomine. Mitjançant el got amb aigua mire les imatges desfigurades, la flegma que s’amuntega en l’escriptura: la condemna a les llàgrimes produeix radiografies sinistres i ganyotes que esclaten com un pit decapitat al llast del país.

Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




LENGUAJE DE LA MEMORIA




Después de contar una a una las campanadas del galope, vienen a mi memoria las calles endemoniadas de la ciudad, el disimulo y un río de heridas como peces degollados. Cada quien aprende a vivir con ciertos fetichismos: ella fue mi única guillotina, la errata del fuego de los sacrificios, la raíz de la historia que abomino. A través del vaso con agua miro las imágenes desfiguradas, la flema que se amontona en la escritura: la condena a las lágrimas produce radiografías siniestras y muecas que estallan como un pecho decapitado en el lastre del país.
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga


lunes, 27 de enero de 2020

Vacío habitado de André Cruchaga o la poesía como búsqueda

Vacío habitado. André Cruchaga (El Salvador)






Vacío habitado de André Cruchaga o la poesía como búsqueda de un lenguaje aprehensor
del sentido/ sin  sentido de la existencia

José Siles1

1 Narrador, poeta y catedrático de Universidad. Universidad de Alicante (España).


            André Cruchaga es un poeta salvadoreño que nació en Nueva Concepción (Chalatenango, 1957). Cruchaga se inició en la poesía allá por la década de los ochenta empezando a compatibilizar su actividad lírica con su trabajo como docente y gestor educativo. Su amplia obra ha sido traducida a varios idiomas llegando a obtener un importante reconocimiento internacional: “Alegoría de la palabra” (1992), “Visión de la muerte” (1994), “Enigma del tiempo” (1996), “Roja Vigilia” (1997), “Ru­mor de pájaros” (2002),"Oscuridad sin fecha” (2006), “Pie en tierra” (2007), “Caminos cerrados” (2009), “Viajar de la Ceniza” (2010), “Cielorraso” (2017), etc.
            André se incorporó al universo poético ante la necesidad de dar rienda suelta a su humanismo sensorial…, una faceta que explica en gran medida la insaciable  transversalidad sensitiva de sus poemas; tal vez eso tenga que ver con su infatigable actividad creativa y con la repercusión internacional que han tenido sus poemas que han atravesado fronteras geográficas, lingüísticas y culturales. Sin duda, una muestra de esta proyección internacional la constituyen la aparición de “Memoria de Marylhurst” en Estados Unidos, “Caminos cerrados” en Méjico y “Poeta en Barataria” en Cuba.
             El poeta salvadoreño nos vuelve a sorprender con una nueva y extensa obra: “Vacío habitado” editada por Teseo e integrada por nada menos que 112 poemas. Una de las características primordiales de esta nueva entrega consiste, de nuevo, en una radicalidad (de raíz, de profundidad, de ignota trascendencia) que confiere un gran calado al conjunto de la obra. Efectivamente, leyendo cualquiera de estos poemas al azar, el lector podrá confirmar tras su detenida lectura la persistencia de una estética que trasciende y aglutina la diversidad temática en cualquiera de ellos. Tal como afirmamos cuando escribimos la reseña de Cielorraso: “(…) Cruchaga no se ampara en la supuesta sencillez del fenómeno sujeto de su acción poética, sino que su indagación profundiza en las raíces siguiendo todas las vías posibles del ser poético…,ser que observa, siente, huele, ama, odia, toca, disfruta, sufre y, sobre todo,  respeta la esencia del sentimiento. Respeta porque ante todo se esfuerza por mantener la complejidad de su naturaleza. Cruchaga es un poeta sinestésico abierto al polisensualismo y esto lo convierte en alguien que busca casi obsesivamente la trascendencia de cada acto perceptivo yendo siempre al mismo fin: despertar la conciencia del ser humano ante la fatal incomprensión de una realidad tan confusa y aplastante como la misma muerte” (Siles, 2017: 246).
            Etiquetar a los poetas según las características de sus obras no es tarea sencilla y, muchas veces resulta artificioso, pero en el caso que nos ocupa es aún una tarea mucho más ardua. También es posible escudriñar las influencias de otros poetas y otros movimientos: modernismo, surrealismo, creacionismo, ultraísmo, etc. En este sentido, Cruchaga admira y ha leído a muchos poetas y seguramente tendrá influencias de muchos de ellos, pero es difícil que se reflejen en su poesía de forma evidente. Vicente Huidobro es uno de los poetas cuya influencia sí se puede atisbar nítidamente en el trabajo de Cruchaga. Huidobro equiparaba el arte poético al ejercicio divino pues éste rezumaba la libertad y la pulsión creadora que le permitía escribir poemas como “Ella”[1] en cuyos versos, como en una barrena que atraviesa las paredes de habitaciones donde todo es “Vacío habitado”…, se aprecia el  potencial sintetizador de la sinestesia[2]

“Tenía una boca de acero
Y una bandera mortal dibujada entre los labios
Reía como el mar que siente carbones en su vientre
Como el mar cuando la luna se mira ahogarse
Como el mar que ha mordido todas las playas”.

            Ya en la Biblia y en la  poesía clásica se encuentran antecedentes del enfoque poético sinestésico: Cantar de los Cantares (oleum efusum nomen tuum), Homero (voces color lirio), Platón (oscuro oír),  Virgilio, los barrocos españoles, el simbolismo francés decimonónico  los románticos ingleses y alemanes, los  modernistas, especialmente Rubén Darío y Juan Ramón (Schrader, 1975; Ynduráin, 1969; Córdoba, et al, 2012). Pero la amplitud del enfoque sinestésico desborda los límites de los ismos y las generaciones. Así podemos ver como Vicente Alexandre, representante de la generación del 27, integra en su universo poético la visión “fundidora” de los sentidos tanto a través de la mística de San Juan de la Cruz y Fray Luis de León como en los románticos decimonónicos ingleses. En definitiva, como Cruchaga, se trata de un poeta afincado en la necesidad de fusionarse con el cosmos para huir de la soledad, de la condena a la mortalidad. Por eso Alexandre también está influenciado por la sinestesia de los románticos ingleses que buscan una trascendencia emocional que los rescate de la nimiedad del ser: “Yo en estas tardes leo  Shelley, hermano cuya luminosidad me deslumbra. ¿Qué naturaleza dorada, melancólica o estática, ebria de luz o de tristeza y de amor (…)” (López Martínez, 1991: 284). 
             En Cruchaga encontramos esa misma poesía saturada de dinamismo y síntesis en la que el cosmos, la naturaleza y el ser humano aparecen simultáneamente tan luminosos, ebrios de luz y amor como melancólicos,  dorados por atardeceres declinantes y profundamente hundidos en una amarga y triste melancolía, tal como se muestran los sentimientos del poeta en “Transparencia”: Mirar la gota en el ojo que la ansía./La gota solamente en lo profundo./—Pero, no mires la claridad, en la claridad misma,/sino en la salida de los rostros y los nombres;/todo tiene su ritmo, el fuego y la muerte, el tiempo que nos alcanza y nos deja, el grano de mostaza en la estatura, la roca fiel al río/en su propio espejismo./No mires los colores volcados en el arcoíris,/sino en la rama disuelta del designio,/que la palabra compartida es silencio (…)” (Cruchaga, 2020:37).
              Esta estética pan-sensorial y sinestésica en la que el poeta traspasa el límite impuesto por la lógica ordenada de la realidad transformándose en un creador (creacionismo) sin ambages a imagen y semejanza de un dios, se aprecia en muchos de los poemas de Cruchaga y en “Vacío habitado” nos encontramos con varios poemas en los que la visión fractal de la realidad se viste de poesía como en “Invocación a la saliva” (Cruchaga, 2020: 169).

“En la boca, la saliva brama sus litorales.
¿De qué estás hecha para morder los crepúsculos
el pulso claro de las palabras,
los peces del fuego?
Gira alrededor la ráfaga de los minutos
Deambula la ebriedad de los sótanos,
los superhombres de la ficción (…)”.

            En definitiva, se encuentran en Cruchaga, algunas reverberaciones esenciales del creacionismo que lideró el poeta Chileno Vicente Huidobro,  que consideraba la poesía como una divinidad creadora de realidades dinámicas que fluyen a través del tiempo en un inaparente  y desconcertante equilibrio en el que la muerte juega un papel organizador crucial. En este sentido, André Cruchaga dedica varios poemas de su “Vacío habitado” a la muerte y a sus manifestaciones: Cada día la muerte, Fosa, Féretros,  Cada día nuestra fosa, Cadáver; porque conoce la sórdida necesidad de muerte que tiene la existencia para que prevalezca cierto orden, tal como afirma Siles en Paradoja: La muerte/ esa fulana maldita/con fama de puta/es la asalariada peor retribuida/ por la vida/ causa y fin de su existencia/…y su principal explotadora  (Siles, 2014:16).
           Así, en “Féretros” el poeta vislumbra con el sosiego de los sabios cautos la irreversible llegada del porvenir: “Siempre me ha cautivado la madera al poniente de mis zapatos. /En el callejón sin salida de la tumba,/las honras fúnebres del océano. /Y la turbiedad de los espejos (…)” (Cruchaga, 2020: 54).
            En “Cada día la muerte”: “Sube a la memoria el prensapapel de los ataúdes./ Todo está escrito, allí, después de todo en la respiración (…)”(Cruchaga, 2020:22)  se aprecia la preexistencia del final desde el primer aliento vital, pero no como un drama, sino más bien como la constatación de una realidad que todo el mundo necesita soslayar para seguir su camino con cierta higiene diaria.
            Pero sería poco ajustado a la realidad centrar la estética de Cruchaga en el creacionismo porque, en el fondo, lo que busca el poeta no es sino el entendimiento de la realidad, el tan traído y llevado “sentido de la vida”. El problema para Cruchaga como para otros grandes poetas, es la enorme impotencia que el ser humano tiene para detectar el auténtico sentido de la existencia, tal vez porque, en el fondo, no existe tal  sentido…, al menos dentro de los límites del lenguaje convencional que sigue subordinado a una realidad ordenada con una lógica incontrovertible. Sí, el lenguaje y sus limitaciones para expresar la complejidad contradictoria y múltiple de la realidad constituye una de las constantes y obsesiones de Cruchaga que, como Sísifo, emprende una y otra vez la fatigosa tarea de empujar la enorme piedra  de la poesía montaña arriba en una búsqueda incesante de sentido…a pesar de que tal vez es una tarea imposible; así lo expresa en “Césped en el ansia”: Nunca supe,/ qué cosa es el destino;/ y sin embargo, entendí los tiestos de ceniza alrededor de los zapatos,/ sobre la joroba de la pesadumbre,/ en la voz desmembrada de la espuma con toda su pureza de sal,/ salmos galopantes de las sombras (…)” (Cruchaga, 2020:20).
           En esta pundonorosa y continua búsqueda de una nueva forma de expresión, de adaptación del lenguaje a las raíces ignotas de la realidad, hay que interpretar el denominado lenguaje fractal en cuyo territorio se adentra el poeta salvadoreño. En este sentido, Jiménez Simón (2018) sostiene que Cruchaga concilia su obra en un universo ético donde impera el caos, pero solo aparentemente, porque en el fondo de su poesía persiste una geometría matemática cuyo orden es tan fundamental como inaparente.
           Con los descubrimientos de la física cuántica se reconoce, por fin, la impotencia del lenguaje para conciliar la realidad emergente con una nueva lógica diametralmente opuesta a todo lo preexistente, a todo el entramado previamente interpretado. Y se llega admitir que la existencia de una realidad y su contraria (el famoso gato que puede estar vivo y muerto simultáneamente según vengan dadas) forma parte de una verdad tan esencial como inaccesible al entendimiento y a su expresión mediante el lenguaje neopositivista. Emily Dickinson escribió un poema a mediados del XIX, Posibilidad, “(…) que bien podría haber sido esgrimido por Bohr o Heisenberg para ilustrar lo esencial de la realidad cuántica (…)” (Durán, 2017): “(…) Habito la posibilidad,/una casa más bella que la prosa,/más numerosa de ventanas/y más rica de puertas (…)” .
            Así Cruchaga sostiene en “Trama” la incidencia del cromatismo en la plasmación de una realidad que tan sólo es una muestra diminuta de todas las opciones, de todas las situaciones posibles: “Realidad,/ —¿Cuántas bocas encantadas en tu nombre?/¡Cuánta saliva en tu cuerpo?/(…)/—La realidad, ¿es sólo una aventura del cromatismo, acaso la oscuridad/enardecida, o la polea que nos provoca los sueños,/o el estatuto del caos que se rearma en el horizonte?” (Cruchaga, 2020: 108). No en vano poetas y hasta narradores como Michel Houellebecq ya se han posicionado sobre esta cuestión y en “El mundo como supermercado” el novelista francés apuesta por la necesidad de que la ciencia acepte la poesía como herramienta imprescindible en la construcción de un nuevo lenguaje que asimile y facilite la digestión intelectual de las contradicciones propias del universo cuántico (Cervantes, 2013). Leer los poemas de Cruchaga facilita, sin duda, una gestión diferente de la percepción del mundo y esto, en sí mismo, creo que transgrede el ámbito poético; así, en “Fermentos”, nos encontramos con el carácter invertebrado de toda certidumbre: “(…) En la pira del extravío,/ lo fugitivo de las certezas,/el hilillo del ansia como huella de piedra mientras existimos./Algo quedará en las estrofas del horizonte,/quizás el horizonte mismo/con sus aguas revestidas, el barullo o la muerte de nuestras horas,/el lindero o el obelisco de la espuma… (Cruchaga, 2020:69).
            Pero más allá del lenguaje fractal, los avances de la ciencia cuántica, el creacionismo o la sinestesia empleada por diferentes ismos a los que ya hemos aludido, tal vez lo crucial en la poesía de Cruchaga radique en algo que es mucho más elemental y compartido por el universo poético:  la falta de sentido de la vida. Ya Heidegger recurrió a la poesía para lamerse las heridas provocadas por su lacerante afirmación sobre lo absurdo de la vida en “El ser y el tiempo”: El hombre es un ser arrojado a la vida para la muerte (Siles y Solano, 2007). En El salto, Heidegger reincide en su desesperanza por hallar un significado a la existencia: Toma, arroja y abriga/ Y el salto sea/Desde el más amplio recuerdo/Hacia un infundado circuito (…)” (Heidegger, 2008).
           Cruchaga anda envuelto en una búsqueda existencial donde aparece una y otra vez el salto hacia el absurdo, calificativo que ha dado lugar a un “ismo” que va más allá del creacionismo: el “absurdismo” que surge como toma de conciencia del poeta de la imposibilidad de encontrar un sentido a la vida y que acaba convenciéndose de que la postura menos indecorosa consista en asumir ese hecho. El absurdismo hunde sus raíces en el existencialismo donde destacan Sartre y Camus, pero tal como afirma Cohen la poesía, aunque rompe la cadena causal para aprovechar el impacto desintegrador de la irracionalidad, no es en absoluto absurdo (solo es un absurdo en apariencia), porque mediante la creación poética vinculada al absurdismo se construye el sentido de la existencia que resulta inalcanzable por otros medios. Soní Soto (2009) analizando el absurdismo del peruano César Vallejo sostiene que el absurdo es la consecuencia de la reacción contra el orden normal para transmitir la propia concepción de la realidad que deviene de sus vivencias y sensaciones. ¿Nos suena esto en la obra de Cruchaga? En definitiva, siguiendo a Jean Cohen,  los esfuerzos de Cruchaga se centran en lograr una convergencia entre la criptica realidad y el lenguaje: “La misión propia de la poesía es ofrecer a lo más sólido del lenguaje y a lo más misterioso del mundo un lugar para una misteriosa coincidencia” (Cohen, 1973; Cervantes, 2013).
            En definitiva, en “Vacío habitado” el lector encontrará los hermosos, intensos y dramáticos poemas de un poeta irreductible en su complejidad que resulta difícil de etiquetar, y que utiliza la sinestesia para cruzar a nado la existencia…, una existencia poética en la que Cruchaga transita sin renunciar en ningún momento a su sensualismo sinestésico  desde un creacionismo “sui géneris”, en el que la percepción de la realidad es tan radical como la raíz de una secuoya milenaria,  a una poética insurgente creadora de un metalenguaje que se rebela pacíficamente desde el absurdismo lírico contra el absurdo de la existencia; y en medio de todo, los versos como instrumento para cambiar el mundo…, aunque sólo sea en la entrañable e irrenunciable  órbita del universo íntimo.
Referencias

Cervantes, J. (2013). El absurdo creador (por Michel Houellebecq en ‘El mundo como supermercado’). Recuperado de https://amanecemetropolis.net/el-absurdo-creador-por-michel-houellebecq-en-el-mundo-como-supermercado/

Cohen, J. (1973). Estructura del lenguaje poético. Madrid: Gredos.

Córdoba, M.J. (et. al.) (2012). Sinestesia. Los fundamentos teóricos, artísticos y científicos. Granada: Ediciones Fundación Internacional Artecittà.

Cruchaga, A. (2020) Vacío habitado. El Salvador: Teseo.

Durán, A.J. (2017) Poesía del mundo cuántico (Emily Dickinson). Píldoras. Recuperado de https://institucional.us.es/blogimus/2017/04/poesia-del-mundo-cuantico/

Heidegger, M. (2008) Meditación. Madrid: Biblos.

López Martínez, M. I. (1991). Sinestesias en la poesía de Vicente Aleixandre. Anuario de Estudios Filológicos, 14, 283-299

Martínez Simón, J.R. (2018). El realismo fractal de la palabra. Recuperado de Schrader, L. (1975). Sensación y sinestesia. Madrid: Gredos.

Siles, J. (2017). Cielorraso, la poesía sinestésica de André Cruchaga. Cultura de los Cuidados, 21(48), 245-246. Recuperado de http://dx.doi.org/10.14198/cuid.2017.48.27

Siles, J., & Solano, C. (2007). El origen fenomenológico del “cuidado” y la importancia del concepto de tiempo (…). Cultura de los cuidados. 11(21) 19-27

Ynduraín, F. (1969). Sinestesia en la poesía de Juan Ramón. Madrid: Gredos.

Soní Soto, (2009). Trilce, la poética del absurdo.  Revista, Casa del Tiempo, II-IV,  (22-23), 13-28. Recuperado de https://aracelisoni.wordpress.com/2009/08/23/trilce-la-poetica-del-absurdo/



[1] Fuente: https://www.zendalibros.com/5-poemas-vicente-huidobro/
[2] Se puede interpretar la sinestesia como la fusión de diferentes sentidos en la percepción de diferentes estímulos. 


José Siles González, (prologuista, España)



José Siles González
Biografía
Su infancia transcurre en su ciudad natal, Cartagena, donde cursa sus estudios de primaria en el Patronato de Cartagena (1962-1969), y de secundaria en el Instituto de Enseñanza Media Isaac Peral. Tras un breve periodo en la Marina inicia su periodo universitario en Murcia (licenciado en historia y pedagogía, ATS), gracias a esta última titulación, lo que hoy se conoce como “enfermería”, trabaja en ciudades andaluzas como Cabra, Córdoba y Almería. A finales de los ochenta recala en Alicante, donde realiza su doctorado en historia y comienza a impartir clases en la Universidad de Alicante, en la cual ocupa actualmente un puesto de Catedrático en la Escuela de Enfermería. Haciendo alusión a su faceta de escritor, el propio autor señala «Desde el principio hasta el final, me he sentido atraído por la literatura, y gracias a ella en general y a autores como: Goytisolo, Landero, Joyce, Faulkner o José María Álvarez, me ha sido más fácil sobrellevar eso que llamamos "las cosas de la vida" ».
Bibliografía
Publicaciones
NARRATIVA
-Resaca estigia. Osario, Cartagena, 1986.
-La última noche de Erik BiKarbonato. Aguaclara, Alicante, 1991. (Premio Café Iruña, Bilbao.)
-El hermeneuta insepulto y otros relatos. Ayuntamiento de Villajoyosa, 1992. (Premio ciudad de Villajoyosa, 1991).
-La delirante travesía del soldador borracho y otros relatos. Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, Alicante, 1995.
-Incluido en la antología: Nueva narrativa Alicantina, con la obra "La Utopía Reptante". Eediciones Tucumán, Alicante, 1997.
-El latigazo. Huerga & Fierro, Madrid, 1997. (Finalista en premio de novela Ciudad de Barbastro).
-La Venus de Donegal. Libertarias Prodhufi, Madrid, 2012.
-La Utopía Reptante y otros relatos. Verbum, Madrid, 2015.
POESÍA
Poemarios Protocolo del hastío. Vitruvio/ Colección Covarrubias, Madrid, 1996.
El sentido del navegante. Instituto de Estudios Modernistas, Valencia, 2000.
Incluido en la antología: Poetas Valencianos del 90. Antología y Diccionario (Editor Ricardo Llopesa). Instituto de Estudios Modernistas, Valencia, 2000.
La sal del tiempo. Huerga & Fierro, Madrid, 2006. Los Tripulantes del Líricus. Editorial Devenir, Madrid, 2014.
Poemas en diferentes revistas literarias de España e Hispanoamérica
Ladridos de agua. Revista Perito en Lunas nº 10, p-23; 2006.
La metamorfosis del mercader. Letralia nº 291, 2013 La loca. Letralia nº 291, 2013. Fuente: 
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Siles_Gonz%C3%A1lez



PRIMAVERA INSOSTENIBLE

Imagen FB de Pere Bessó





PRIMAVERA INSOSTENIBLE




I he d’anar amb aquesta tardor al damunt, sense deixar de pensar en la primavera d’aquell sospir que resta en la desembocadura de les dents. Al voltant de l’arbreda que ens il·lumina, el vent que renaix als pètals del remot: sagna la malenconia del cos i el degoteig de l’ànsia, tot nu, als ulls. Peixos llunyans mosseguen el silenci de la matinada fugitiva. El tall dels límits fa crepitar l’anatomia de la carn.
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Poema d'ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




PRIMAVERA INSOSTENIBLE




Y he de andar con este otoño a cuestas, sin dejar de pensar en la primavera de aquel suspiro que permanece en la desembocadura de los dientes. Alrededor de la arboleda que nos alumbra, el viento que renace en los pétalos de lo remoto: sangra la melancolía del cuerpo y el goteo del ansia, desnudo, en los ojos. Peces remotos muerden el silencio de la madrugada fugitiva. El filo de los límites hace crepitar la anatomía de la carne.
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga


AL·LEGORIA

Imagen FB de Pere Bessó





AL·LEGORIA




A la finestra hi ha distàncies remotes com els dies insomnes de les aigües del cel. També un rusc de foc que creua els meus segles de boira. Allà, el teu sexe com l’al·legoria d’un pantà en la seua profunditat indicible. Dins de la vagina de l’espill, l’ànima blava de la meua ceguesa i les distintes cremors que propicia el record.
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ





ALEGORÍA




En la ventana hay distancias remotas como los días insomnes de las aguas del cielo. También una colmena de fuego que cruza mis siglos de bruma. Allá, tu sexo como la alegoría de un pantano en su profundidad indecible. Dentro de la vagina del espejo, el alma azul de mi ceguera y las distintas quemaduras que propicia el recuerdo.
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga

domingo, 26 de enero de 2020

IMATGES DARRERE DE L’AIRE

Imagen Pinterest





IMATGES DARRERE DE L’AIRE




En cada camí, —els d’ahir i els d’ara—, el treball fosc del que dorm dins del pols. En plena respiració, ve el remot i aquest corc que es deixa veure per la finestra. (De vegades és violent el coàgul d’ales que jau al mont negre de la mirada: com pols en la llengua, la terra de la teua veu i la fúria de les teues cuixes. Tot és la mateixa ombra que s’evapora en l’animal de fum de la història.)
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




IMÁGENES DETRÁS DEL AIRE




En cada camino, —los de ayer y los de ahora—, el trabajo oscuro de lo que duerme dentro del pulso. En plena respiración, viene lo remoto y esa carcoma que se deja ver a través de la ventana. (A veces es violento el coágulo de alas que yace en el monte negro de la mirada: como polvo en la lengua, la tierra de tu voz y la furia de tus muslos. Todo es la misma sombra que se evapora en el animal de humo de la historia.)
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga

ACÍ ÉS ON VIVIM

Imagen FB de Pere Bessò






ACÍ ÉS ON VIVIM




Viurem sempre ací com el gos arran de la finestra de la vesprada. En la sal bategant dels dards la pedra foguera del fred mossegant les illades. Sé que en la túnica de l’ànima hi ha coses encara no proscrites: la foscor trencadissa del país i aquest anar-nos-en cada dia cap a tantes respiracions mutilades. Davant de la humitat que s’obri als ulls, les parpelles es resignen a la seua lògica demencial.
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




AQUÍ VIVIMOS




Viviremos siempre aquí como el perro al ras de la ventana de la tarde. En la sal palpitante de los dardos el pedernal del frío mordiendo los ijares. Sé que en la túnica del alma hay cosas no proscritas todavía: la oscuridad quebradiza del país y este marcharnos cada día hacia tantas respiraciones mutiladas. Ante la humedad que se abre en los ojos, los párpados se resignan a su lógica demencial.
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Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga