viernes, 27 de marzo de 2009

Medianoche del mar-comentario y traducción al catalán por Pere Bessó i González

Pere Bessó i González






Medianoche del mar y el resuello de olas virgilianas



El poema que hace unos momentos me enviaste merece una lectura reposada, lenta, deleitosa, como se quería Vicente Aleixandre y rezongaba Dámaso Alonso en su poema de la llegada de la novia al alba.

Sin embargo, te adelanto que me gusta el poema de factura larga, en donde la voz adquiere vuelo y se puede jugar en él a dos caras, intensidad y extensión, claves de tu manera. Poetas hay que se entregan tanto a la depuración que luego convierten en el poema en un mero estilema, en una construcción de una sóla imagen o metáfora, y claro es que no siempre se tiene la luz suficiente para escribir el poema que le justifique a uno. Lo tuyo, en cambio, es regocijo y trabajar con la pasión que anida en las aguas mansas. Me gusta tu poesía. Quizás es que debía conocerla ahora, en el momento en que me avezo a otra dimensión poética: esta simetría inexacta de los versos paralelos que me conducen con todo desparpajo a tu lectura. Bueno, mañana al mediodía me dedicaré al clareo de tu poema y, posiblemente, así es como leo, a la traducción del texto. Te confesaré algo: la mejor lectura, la más profunda del Pere acontece con la traducción. La precisión del "concepto" (tal cual lo entendían los barrocos castellanos, el wit de los poetas cortesanos ingleses del s.XVII) es la precisión de la palabra poética. Pero, bueno, eso tú ya lo sabes en abundancia.

Por lo demás, he gozado este largo poema de versos cadenciosos y que, en ocasiones, buscaban en los recovecos el ritmo del salmo y de lo atávico, adámico o el resuello de las olas virgilianas de la alta nox en alta mar. Acá te va, amigo, resuelta en la mitjanit de la mar de mi lengua.

Pere bessó i González
Mitjanit del mar

Ací en la mitjanit del mar, tots els impossibles, tots els temps:

Déu suplicant en les ones del meu pensament, la carn

Mossegada a dentegades, l’aguait emmordassant en el somni.
El temps ens devora a cada ensopegada, madura en l’alé;
En la foscor, damunt de la sorra, la necessitat de veure les estovalles
Del dia, no el bosc d’aquest dolor mossegant els talons;

A voltes la soledat es penja dels meus peus sense sabates:

—Aqueixa soledat de l’artificial que esquinça les meues mans, el meu cos
I quant en ella el bosc de la llum, humit, juga a les cadenes.
Vindrà la llum, potser, amb la seua innocent clau? Eixiré d’aquestes

Absències rovellades després de travessar els verbs cremats:
—La carícia, l’amor, els llavis càlids de l’alegria, la respiració

De l’harmonia compartida? Ací les ales a l’aguait, el pit
Com un mar airós, l’amor indicible en l’alé…
Mentre habite aquest litoral dels meus somnis, m’he internat en la nit

Dels meus ulls, en la set del desensopiment, en l’escorça amarga de tant camí

Que en la seua saba de bresques creix, —creix com un dard en la set
De les llavors, en aquesta pregona força de la meua ferida.
Com una descàrrega de metralladores cauen les ombrel·les en la nit.

—Imatges d’irreals gesmils atabalen el meu paisatge: persianes
De fosc sabor, sinistres cavalls de nostàlgia al vent, espills

Suplicants de postals sense cap reivindicació, allà on ens han dit
Que es troba el Paradís i aquest sap a pol·lucions crepitants,

A hiverns esquinçant l’alegria dels genitals, ardent arquer
damunt de llunes horitzontals, destí de les pregàries adàmiques…
Però no, la mitjanit raja sang en les seus botes de combat.

—en ella fins els cabells clars s’ofeguen en el seu esfèric horitzó;
Insomne és el darrer vent que mormola en les paraules, fosca

La llengua on hi hagué alé; lent, aquest cel de l’agonia…
Quan la humitat de les formigues se n’allunya, quan no dolen les tempes,

La història es refà als molls de les nines; llampega
La memòria, la gebrada dicta el seu estricte escot de transeünt.

Nit i dia i ombres combaten en el cedre de la meua sang.

—Nits,
Dia i ombres ragen en l’alambí del seu mateix crit

Com un mar prement les palpebres, com una cambra on
El sutge ha begut la transparència del zodíac…
Mitjanit del mar en les aigües. Mitjanit la flama adusta de l’assetjament

Darrere d’un fons de cortines,

al fons buit dels rostres, al fons
on l’ànima es dissol cega de tant pelegrinar allà als llenços
Del seu mateix bategar, nit pregona en la cara i la pell, potser

Un altre planeta on la incertesa s’ha tornat un genet d’espills,
I l’arcà una silueta de l’alba…
Ací la mtjanit del mar i tots els seus impossibles, només ací amb la despulla

Al bell mig de les nines…
Traducción Pere Bessó y gonzález

Medianoche del mar

Ahí en la medianoche del mar, todos los imposibles, todos los tiempos:

Dios suplicante en las olas de mi pensamiento, la carne

Mordida a dentelladas, el acecho amordazando en el sueño.
El tiempo nos devora a cada tropiezo, madura en el aliento;
En lo oscuro, sobre la arena, la necesidad de ver los manteles

Del día, no el bosque de este dolor mordiendo los talones;

A veces la soledad se cuelga de mis pies sin zapatos:

—Esa soledad de lo artificial que rasga mis manos, mi cuerpo
Y cuanto en ella el bosque de la luz, húmedo, juega a las cadenas.
¿Vendrá la luz, acaso, con su inocente llave? ¿Saldré de estas

Ausencias con herrumbre después de atravesar los verbos quemados:
—La caricia, el amor, los labios cálidos de la alegría, la respiración

De la armonía compartida? Ahí las alas a la espera, el pecho
Como un mar airoso, el amor indecible en el aliento…
Mientras habito este litoral de mis sueños, me he internado en la noche

De mis ojos, en la sed del desvelo, en la corteza amarga de tanto camino

Que en su savia de panales crece, —crece como un dardo en la sed
De las semillas, en esta profunda fuerza de mi herida.
Como una descarga de ametralladoras caen las sombrillas en la noche.

—Imágenes de irreales jazmines aturden mi paisaje: persianas
De oscuro sabor, siniestros caballos de nostalgia en el viento, espejos

Suplicantes de postales sin reivindicación alguna, allí donde nos han dicho
Que se encuentra el Paraíso y éste sabe a poluciones crepitantes,

A inviernos rasgando la alegría de los genitales, ardiente arquero
Sobre lunas horizontales, sino de los rezos adánicos…
Pero no, la medianoche chorrea sangre en sus botas de combate.

—en ella hasta los cabellos claros se ahogan en su esférico horizonte;
Insomne es el último viento que murmura en las palabras, oscura

La lengua donde hubo aliento; lento, este cielo de la agonía…
Cuando la humedad de las hormigas se aleja, cuando no duelen las sienes,

La historia se rehace en los muelles de las pupilas; relampaguea
La memoria, la escarcha dicta su estricto escote de transeúnte.

Noche y día y sombras combaten en el cedro de mi sangre. —Noches,
Día y sombras chorrean en el alambique de su propio grito

Como un mar estrujando los párpados, como una habitación donde
El hollín ha bebido la transparencia del zodíaco…
Medianoche del mar en las aguas. Media noche la llama adusta del asedio
Tras un fondo de cortinas,
al fondo vacío de los rostros, al fondo
Donde el alma se disuelve ciega de tanto peregrinar allí en los lienzos
De su propia palpitación, honda noche en la cara y la piel, acaso

Otro planeta donde la incertidumbre se ha vuelto un jinete de espejos,
Y el arcano una silueta del alba…
Ahí la medianoche del mar y todos sus imposibles, solo ahí con el despojo
En medio de las pupilas…