viernes, 2 de octubre de 2020

GOLFA DE LA DESHORA│ DESVÁN DE LA DESHORA

Imagen  tomada de la red




GOLFA DE LA DESHORA

 

 

Com el vell forcó de la deshora, sagna el batec damunt de la tinta callada de la golfa. —En l’alt de la nit, una respiració de pins blaus com aquest encanteri infinit d’una carícia. (En el silenci agonitza la polifonia de l’estany, o aquella gerga d’exsudacions de les mans quan desperten en l’abundor dels teus pits.) De vegades, però, hi resten les ferides d’aquest llaüt que ha dansat en la falda.

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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

 

 

DESVÁN DE LA DESHORA

 

 

Como el viejo horcón de la deshora, sangra el pálpito sobre la tinta callada del desván. —En lo alto de la noche, una respiración de pinos azules como ese hechizo infinito de una caricia. (En el silencio agoniza la polifonía del estanque, o aquella jerga de exudaciones de las manos cuando despiertan en la abundancia de tus senos.) A veces, sin embargo, quedan las heridas de ese laúd que ha danzado en la falda.

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Del libro: “Lejanías rotas”, 2020

©André Cruchaga


 

OMBRES I VEUS│ SOMBRAS Y VOCES

Imagen tomada de la red




OMBRES I VEUS

 

 

y salgo ensangrentado, ebrio de sangre, y sueño

como sangre que choca sordamente en lo oscuro.

Carlos Bousoño

 

 

Només hi ha ombres amargues, veus sordes que s’acosten a la meua sang. Un somni cavernós s’empina a les meues ales i arrossega jornades semblants a un sadisme de contracorrents. En les meues hores remotes, l’horitzó de viva fullarca i estàtues, de suors empinats en l’entranya, de sigils penjant de dies roïns i de peus moradencs. Mai no isquí il·lès dels teus carrers, ni de l’epístola groga dels difunts: al bell mig del clarobscur del refilet, una campana negra i la malaltia de la boira a les mans.

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. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

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SOMBRAS Y VOCES

 

 

y salgo ensangrentado, ebrio de sangre, y sueño

como sangre que choca sordamente en lo oscuro.

Carlos Bousoño

 

 

Solo hay sombras amargas, sordas voces que se acercan a mi sangre. Un sueño cavernoso se empina en mis alas y arrastra jornadas semejantes a un sadismo de contracorrientes. En mis horas remotas, el horizonte de viva hojarasca y estatuas, de sudores empinados en la entraña, de sigilos colgando de días ruines y de pies amoratados. Nunca salí ileso de tus calles, ni de la epístola amarilla de los difuntos: en medio del claroscuro del trino, una campana negra y la enfermedad de la bruma entre las manos.

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Del libro: “Lejanías rotas”, 2020

©André Cruchaga


 

AIRE ÍNTIM│ AIRE ÍNTIMO

Imagen tomada de la red



AIRE ÍNTIM

 

 

Te persigo en el bosque detrás de cada tronco.

Te busco por el fondo de las aguas sin luz.

José María Valverde

 

 

Temptació posseïda pels meus ulls: sempre et busque en el xiu-xiu del sucre, en l’harmònica d’encens del teu cos, en el pètal ebri del vent, en l’anyil del vol quan el camí es fa oceà. Ets ací a la gota abissal dels meus crits, als meus suïcidis lívids, al cavall de pètals d’una navalla amuntegada en els porus com una llengua sense treva. (Davant de cada ofec em fa mal el gruix de les branques de la picotada, potser aquest silenci moradenc de la cansera, l’hora sense llenguatge que em desou. Al pol·len es fonen els peixos incolors del somnambulisme i aquesta mena de febre permanent.)

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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

 

 

AIRE ÍNTIMO

 

 

Te persigo en el bosque detrás de cada tronco.

Te busco por el fondo de las aguas sin luz.

José María Valverde

 

 

Tentación poseída por mis ojos: siempre te busco en el susurro del azúcar, en la armónica de incienso de tu cuerpo, en el pétalo ebrio del viento, en el añil del vuelo cuando el camino se hace océano. Estás ahí en la gota abisal de mis gritos, en mis suicidios cárdenos, en el caballo de pétalos de una navaja agolpada en los poros como una lengua sin tregua. (Frente a cada ahogo me duele el espesor de las ramas del picoteo, quizás este silencio lívido del cansancio, la hora sin lenguaje que me desoye. En el polen se derriten los peces incoloros del sonambulismo y esta suerte de fiebre permanente.)

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Del libro: “Lejanías rotas”, 2020

©André Cruchaga