miércoles, 5 de junio de 2019

APAGADES LLUNYANIES

Imagen FB de Pere Bessó





APAGADES LLUNYANIES




Y allá lejos
Mirar las ventanas encendidas
Y las sombras que cruzan los espejos
Vicente Huidobro




Des de la distància que ens mira envelleixen diàriament les finestres.
També els espills que flaquegen de set i foscor:
Al lluny conclouen les paraules i els ocells de llàgrimes,
i els trens que udolen en el seu descens com ferments oblidats.
Anem mirant la sang de la tarda amb les seues ulleres,
mentre l'armari del pit obri els seus deserts de sutge.
Sobre les llunyanies, la deformitat dels somnis,
i el sabor agre de la música que ens adverteix l'insomni.
Respire aquella àvida ombra de pell al llit
que ara maleesc davant de la disfressa o la fatalitat indefinida.
Mire les aspes gastades de les ales.
Ara em desconcerte quan el vent arrossega la meua mirada.
i m'esguita la farsa en l'altra galta. I em riu.
És igual, ara, llegir totes les insinuacions de l'absurd:
la sufocació, tot i encesa, produeix buits al pit.
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APAGADAS LEJANÍAS




Y allá lejos
Mirar las ventanas encendidas
Y las sombras que cruzan los espejos
Vicente Huidobro




Desde la distancia que nos mira envejecen a diario las ventanas.
También los espejos que flaquean de sed y oscuridad:
A lo lejos concluyen las palabras y los pájaros de lágrimas,
y los trenes que aúllan en su descenso como fermentos olvidados.
Vamos mirando la sangre de la tarde con sus ojeras,
mientras el armario del pecho abre sus desiertos de hollín.
Sobre las lejanías, la deformidad de los sueños,
y el sabor agrio de la música que nos advierte el insomnio.
Respiro aquella ávida sombra de piel en la cama
que ahora maldigo ante el disfraz o la fatalidad indefinida.
Miro las aspas gastadas de las alas.
Ahora me desconcierto cuando el viento arrastra mi mirada.
Y me salpica la farsa en la otra mejilla. Y me ríe.
Da igual, ahora, leer todas las insinuaciones del absurdo:
el sofoco, aunque encendido, produce vacíos en el pecho.
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Del libro “Estación Huidobro”, 2019
©André Cruchaga

SENDER D’ESPINES

Imagen FB de Pere Bessó





SENDER D’ESPINES




Y el Cristo que alzó el vuelo
Dejó olvidada la corona de espinas
Vicente Huidobro




Vivim sense nom però suportem, en canvi, un temps d’espines, no menys cert que aquell crit ferotge del Calvari: l’amor ens repugna, al igual que quan es fa fosc als ulls. Res no hi ha de sentit en el destrellat del pànic que ens propicien les paraules, o la penombra de les ferides que ens extravien. A vegades la tendresa ens ve com una brisa impia i ens colpeja el cos i ens afona amb els seus dits muts en l’alé subterrani de les graneres. Per cert que, enmig de la tempesta, les mirades queden resseques de goles i els rellotges, una ganyota cansada i cessant.
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ





SENDERO DE ESPINAS




Y el Cristo que alzó el vuelo
Dejó olvidada la corona de espinas
Vicente Huidobro




Vivimos sin nombre pero sobrellevamos, en cambio, un tiempo de espinas, no menos cierto que aquel grito fiero del Calvario: el amor nos repugna, al igual que cuando anochece en los ojos. Nada hay de sentido en el sinsentido del pánico que nos propician las palabras, o la penumbra de las heridas que nos extravían. A veces la ternura nos viene como una brisa impía y nos golpea el cuerpo y nos hunde con sus dedos mudos en el aliento subterráneo de las escobas. Por cierto que, en medio de la tormenta, las miradas quedan resecas de gargantas y los relojes, una mueca cansada y cesante.
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Del libro “Estación Huidobro”, 2019
©André Cruchaga