miércoles, 5 de junio de 2019

SENDER D’ESPINES

Imagen FB de Pere Bessó





SENDER D’ESPINES




Y el Cristo que alzó el vuelo
Dejó olvidada la corona de espinas
Vicente Huidobro




Vivim sense nom però suportem, en canvi, un temps d’espines, no menys cert que aquell crit ferotge del Calvari: l’amor ens repugna, al igual que quan es fa fosc als ulls. Res no hi ha de sentit en el destrellat del pànic que ens propicien les paraules, o la penombra de les ferides que ens extravien. A vegades la tendresa ens ve com una brisa impia i ens colpeja el cos i ens afona amb els seus dits muts en l’alé subterrani de les graneres. Per cert que, enmig de la tempesta, les mirades queden resseques de goles i els rellotges, una ganyota cansada i cessant.
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ





SENDERO DE ESPINAS




Y el Cristo que alzó el vuelo
Dejó olvidada la corona de espinas
Vicente Huidobro




Vivimos sin nombre pero sobrellevamos, en cambio, un tiempo de espinas, no menos cierto que aquel grito fiero del Calvario: el amor nos repugna, al igual que cuando anochece en los ojos. Nada hay de sentido en el sinsentido del pánico que nos propician las palabras, o la penumbra de las heridas que nos extravían. A veces la ternura nos viene como una brisa impía y nos golpea el cuerpo y nos hunde con sus dedos mudos en el aliento subterráneo de las escobas. Por cierto que, en medio de la tormenta, las miradas quedan resecas de gargantas y los relojes, una mueca cansada y cesante.
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Del libro “Estación Huidobro”, 2019
©André Cruchaga

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