lunes, 22 de julio de 2019

OMBRA BENIGNA

Imagen FB de Pere Bessó





OMBRA BENIGNA




Ahora tengo barcos en la memoria
El corazón ha roto las amarras
Vicente Huidobro




Tot l’espill curullat de l’instant en què la memòria desperta els ressorts de la matèria i la mamella de cerç de la boira creix com un foc d’arrels descolgats: entre el mar i la terra, el bol dels molls de les meues mans i el vaixell de riure d’aquella llanterna circular, quasi un flash back del teu melic en la mirada primera de la travessia. Trencada la por, deixem els marges de les aigües per endinsar-nos en l’espill còmplice de l’avidesa disseminada en els porus. Així, tot el foc espavila les tenebres.
.
Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




SOMBRA BENIGNA




Ahora tengo barcos en la memoria
El corazón ha roto las amarras
Vicente Huidobro




Todo el espejo colmado del instante en que la memoria despierta los resortes de la materia y la ubre de cierzo de la bruma crece como un fuego de raíces desenterradas: entre el mar y la tierra, el cuenco de los muelles de mis manos y el barco de risa de aquella linterna circular, casi un flash back de tu ombligo en la mirada primera de la travesía. Roto el miedo, dejamos las márgenes de las aguas para adentrarnos en el espejo cómplice de la avidez diseminada en los poros. Así, todo el fuego despabila las tinieblas.
.
Del libro “Estación Huidobro”, 2019
©André Cruchaga

EPISTOLARIO POÉTICO

André Cruchaga, El Salvador
(Fotografía tomada por el poeta Melvyn Aguilar, Costa Rica)





EPISTOLARIO POÉTICO
[CARTAS  ESCRITAS POR TERESA MONCAYO,
EN TORNO A LA OBRA DE ANDRÉ CRUCHAGA]



MISIVA A UN AMIGO, 1ª.


Comparto, contigo, amigo mío, el concepto definido como un horizonte no pensado donde el lector se adentra para experimentar sensaciones nuevas y conceptuadas de forma singular y con una maestría suprema. Una alegría ver florecer el camino y verlo marchitarse. La contradicción en ese mismo ámbito, el estupor que nace y renace en el mismo verso. La energía necesaria para enfrentar quién sabe qué misteriosas visiones y qué peregrinas respuestas a esas preguntas que a veces no están ni siquiera proyectadas con exactitud. Ocurre en tus versos, André, donde el poeta hilvana las palabras y antes de afianzarlas ya provoca vértigo. Un vértigo emocional por aquello de leer lo que no existe en nuestras expectativas, pero que nos lleva a una caída en picado. Recuerdo sobre “La muerte” de Aleixandre, unos versos llenos de blandura, sin esa fuerza, vigor y rigor y fiereza: -¡Ah! eres tú, eterno nombre sin fecha-.... más lacónico que tú, André, que muere y resucita en cada verso. De acuerdo en que tu sistema conceptual nos enriquece, es obvio, en cuanto a ese fondo sutil, extraño y lírico engendrado con hondura incorruptible semejante a la lírica de S. J. de la Cruz donde cada concepto adquiere significados y valores nuevos. Es imposible aislarse de tus versos porque no nacen para sacudir el tedio sino para sacudirnos por dentro y hay necesidad de devorarlo aún con ese dolor que ocasiona, a veces y se cruza a modo de punzada en el corazón (aunque es más la negrura de la fosa que nos arrastra hacia ese mundo subterráneo tan en la superficie). Me dices: “El poeta es un cronista que desvela cuanto discurre en sus ojos” y a veces una geografía en un cementerio o un campo de concentración así que, llegado al lindero de la palabra uno recobra cierta inocencia”. Esto es una brutal revelación tuya, André, que se halla al otro lado del silencio. Un silencio que resuena como un relámpago interior y que desvela los interrogantes y se proyecta en el crepúsculo. Ignoro cuáles son tus dogmas, amigo mío, sólo deseo que haya más luz en las tumbas que proyectas, en las noches del alma y en las noches de los desasosiegos. 
(Siempre mi admiración y cariño).



MISIVA A UN AMIGO, 2ª.


Creo, André, que tu poesía se identifica con los movimientos de ruptura (por la naturaleza de su objetivo, análisis social, cómo te defines a ti mismo...), aunque por otro lado estoy segura de que, mejor, es una ruptura de vanguardia, por aquello del rechazo a la realidad objetiva (como la concibieron en el Realismo y Naturalismo), es el mismo resultado que tuvo Buñuel en "El perro andaluz (que por cierto Lorca estaba convencido que había sido escrita basándose en su vida) y donde Buñuel trasgrede los esquemas narrativos a través de la agresividad de la imagen y es audaz movilizando el arte... Sobre la libertad conceptual, ahí tienes, querido amigo, un jardín repleto de emociones y de ideas para meditar y para que alcancen esa otra realidad, a la cual proyectas, a veces, con "pavorosa" aparición pública... Me enorgullece esa actitud gallarda y honesta y me "espanta" que sigas el curso de la metáfora por la ardua traducción de las mismas (elevada complejidad) aunque estés ligado a la línea surrealista bretoniana -tan influenciado por Freud-, pero fíjate que no estoy segura de que te "liberes" de las ataduras del poder, ni siquiera escribiendo, porque creo que la desolación persevera en tu fondo. Mantengo que la poesía está hecha de destierro, ostracismo y raíces. Recuerdo lo que decían de Neruda y era que en su lucha no distinguía entre poesía y política... (Sobre este poeta podríamos abrir un coloquio por su controvertida actitud). No hace falta que aclares que te encanta el caos en la escritura (aunque después tenga su lógica), pero mientras que no nos llega nos puedes ocasionar una descarga por esos "proyectiles" de versos, endiabladamente metafóricos; miles de moléculas (palabras) que se mueven realizando órbitas... Estoy contigo en el tema de las etiquetas, sobre los grupos literarios y demás; autores vinculados a una ideología y estilo, mejor no encasillarse en un grupo aunque tengas autonomía propia, yo, en ese sentido me siento anárquica. Tienes razón en cuanto a que la lectura y a la preparación de un escritor, es obvio que existen demasiadas "figuras" sin una base de fondo. Sobre esto dicen que hay tres rasgos en un escritor imprescindibles y que son innegociables: talento, aprendizaje y tesón. Aunque sin el núcleo del primero es difícil que existe una buena escritura. Te recuerdo (a propósito) que me debes un poema, el que todavía no has escrito. Y del otro publicado "Voz interior" destaco este verso: "He vuelto a las palabras para desnudar mi voz, ese extraño charco de sueños inasible"... Fíjate, querido amigo, que estaba pensando hacerte una entrevista ¿qué te parece? un abrazo.



MISIVA A UN AMIGO, 3ª.


"Muero cada día cuando resbalo en la cuerda floja del tiempo". -No puede faltar en tu poesía la alusión constante a lo caduco de la vida, como una manera de deshacerse de lo terrible de la realidad o, como incidir en ella para hacerla más visible, aquí, sentados los dos bajo este inmenso parral de uvas dulces, amigo-, “me hablas de la oscuridad a la cual se suma los ojos devorados de la memoria, como alusión a una existencia vivida al borde del precipicio... tan incierto como nosotros". -Pero el sueño se hace hueco para cantarlo, André-, "el día de repente aspira a ser aire mientras pasa la tormenta rasgando los ojales del pálpito". -Y lo estremecido del tiempo y la confesión a un espacio libre de esa pesadumbre que abarca el paisaje sobrecargado de huellas y de penumbras -le respondo con voz emocionada- tu constante alusión a la oscuridad, querido amigo y, “pese a los ahogos”, sigues en la sombra de la herrumbre sobre los hombros y, dentro de ella, surge el arcoíris como una necesidad de color y de claridad dentro de la espesa entidad mortecina, manteniendo en los versos ese juego infantil, a veces, inocente y perturbador en el recuerdo del aleteo del colibrí en medio de la ternura...-. "Soy niño dibujando otros mundos en las paredes –me dices- y, me llega la conmoción ante aquellos humanos dejados de la mano de Dios, nada me sorprende tanto como quien duerme en las aceras, entre la nebulosa". -Creo, André, que es por esto que te conviertes en un poeta visceral, porque vives en una atmósfera camuflada de justicia social-.
¿"Qué humanidad nos ampara en esta indigencia?, si acaso la sombra del tiempo nos ha hecho renunciar al paraíso, pero mantenemos la esperanza de amanecer para respirar la razón del porvenir”. -No hay versos más claros que indiquen tu desazón, amigo, ni sentimientos más arraigados a tu país-: "el poema bucea en el olvido..., y araña la esperanza de un porvenir más justo, la luz no está hecha sino que se hace".-Y yo reitero mis palabras de contraportada en VÍA LIBRE que tu poesía no está basada en la forma, sino hecha de pedazos de sentimientos y trozos de vida arrancada de tu alma y no es fácil desterrar la máscara de aquellos que agitan banderas y proclaman justicia mientras tienen al país sumido en la hambruna y en la oscuridad. La misma oscuridad, André que habita en los cementerios, fíjate a todo esto, cuántos poetas universales fueron fusilados por un ideal, Unamuno estaba entre los “elegidos” junto a Muñoz Seca y García Morente, qué injusto es todo. Alberti pudo haber salvado al dramaturgo de la Checa de S. Antón y no hizo nada. Un amigo abandonó a otro amigo en sus momentos más cruciales ¡¡qué extraña amistad!! e incluso retuvieron a Aleixandre en la tétrica Checa hasta que fue salvado por Neruda, entonces Cónsul de Chile en Madrid. A veces, André, hay que echar la vista hacia otro lado para no ver tanto horror y hacer como Machado: “ver las hojas verdes bañadas de rocío”... y dime ¿dónde estableces la ruptura entre el poeta simbólico y el poeta surrealista? y si es coherente que representes a los dos movimientos o tendencias poéticas, te pongo como ejemplo, a los que leen a Rimbaud y a los que leen a Freud ¿no es posible que puedan llegar a tener un “cruce de cables”?-. “Los dos son pilares fundamentales en mi poética, además de escritores canónicos”. -Y a todo esto, André, qué coincidencia que hallo a un Ángel Cruchaga, de Santiago de Chile, con un sentido religioso y casi místico pero que no es un obstáculo para que se adhiera a un movimiento reivindicativo social, el mismo que funda una revista “Musa joven” junto al entonces periodista Vicente Huidobro. Latinoamérica, André, ha dado muy buenos poetas.



MISIVA A UN AMIGO, 4ª.


Analizas en verso, André, las perspectivas políticas-sociales más estrictas y te implicas emocionalmente en ellos. Y me haces recordar las lecturas de Dostoievski y Tolstoi y cómo reflejaron la realidad rusa del siglo XIX (actos revolucionarios de aquel país). También a Unamuno por su consciencia sobre la clase política; su visión, evolución e influencia en la sociedad de su tiempo. Nosotros, los que te leemos (o, yo personalmente), somos objetivos frente a tu subjetividad y valoramos a ese “personaje” humano que nos provoca por dentro por el dolor ajeno y propio. Y te identifico a ti, André, con esa capacidad innata para trasladarnos los males de tu Patria. Amaba, Unamuno, a la España destrozada por el desastre del 98 y esto le sumió en una profunda crisis espiritual que lo marcaría para siempre. “Es cuestión de vida o muerte, encontrar un lugar para los sueños”, y dices bien, pero te pregunto, André: -¿Quién se somete a soñar bajo el arco lleno de coágulos de sangre, de coágulos de vómitos?, aunque entiendo que es posible hallar plumajes de pájaros totémicos clavado en el pecho de algún muerto- Tu respuesta no tarda en producirse: “reproducir en versos el fenómeno social; cantar sobre la desigualdad y la pobreza y que, haya ojos que considere esto como algo natural, es desde luego una posición de descerebrado”. ¿Y qué hacemos con el asedio eficaz a los asediados a modo de caravana de emigrantes, buscando nuevos paraísos en una tierra quemada literalmente?. Yo me pregunto, André, ¿qué fuerzas les acompañan hasta alcanzar las zonas "protegidas" y qué paisajes de ensueños para olvidar las noches de turbulencias íntimas (haciendo referencia a las políticas agitadas y turbias) sin olvidar las convulsiones de la sangre y los gritos ahogados en la impotencia, mientras a los políticos les preocupan "las expresiones populistas y extremas... un pueblo no se mide por los números o por las cifras sino por los sentimientos de cada ciudadano-. “Yo veo y oigo las voces, los muertos, los cementerios; a menudo una geografía se convierte en un campo de concentración, un reguero de tumbas abiertas.”-Es fácil entender la analogía social y el intento reiterado de querer sobrevivir en un ambiente enrarecido y oscuro. No es posible que el ser humano aguante tanto sin que se desmorone por dentro. Por ello entiendo esos gritos quebrados y el miedo y hasta el profundo silencio-, oigo el grito en medio de las sombras, intuyo lo trágico hasta el límite de hacerse locura y ese juego de las supersticiones se hace claro (aún pareciendo inexplicable), pero me aterra el vértigo constante (igual que los espejos repetitivos) como una manera de vida. Ese terror y esa ternura que parece ser no se oponen, eso que dices, querido amigo "El cortejo fúnebre de las palabras, el desamor y las incógnitas (como interrogantes o enigmas) que se hacen presentes”. Tienes toda la razón. Pero te pregunto, dónde está el paraíso, André?. Esa comitiva de pétalos arrasando los espacios verdes. El abundante chorreo del agua diáfana sobre los montes azules. ¿Dónde los jardines de ensueño y el sueño mismo escalando valores espirituales...? “La espiritualidad, amiga, encierra un enigma y nos desvela el ser profundo que somos, es una manera de redescubrir al ser en su dimensión superior (su alma”).



MISIVA A UN AMIGO, 5ª.


Según qué historia, André, nos estimula, nos apasiona, nos ensombrece, nos viola, nos atraviesa. Y nos agitamos rozándonos con las cornisas de las esquinas torcidas. A veces nuestro nombre va de boca en boca, de labio en labio como si nos llevaran en alto vuelo los pájaros azules que atraviesan las montañas de fantasía y/o los buitres para despedazarnos a bocados certeros como si fuéramos ciervos o jabalíes (a veces como los tibetanos para conservar el acto ritual macabro) le dan sus muertos a éstos para que los devoren... No somos carroña para que otros maltraten nuestras vísceras, no somos de estructuras rígidas para ser rotas a machetazos. Y sin embargo hay quienes participan de ese especie de actitudes incomprensibles y anti natural y que gozan con el dolor ajeno y aplauden sin piedad el ahorcamiento de su presa y ríe como un poseso al saberse desposeído de toda humanidad. A veces me sobresalto con esos entreverados cuerpos que piden a voces mutilaciones y que arrastran a sus iguales hacia el fuego hirviente y establecen que su prioridad es hacer daño. Sólo así se convierten en "humanos" felices. Siempre en cualquier esquina hay gritos de pavor que han dejado una estela de rabia en el horizonte donde los sueños toman un papel importante y dan un giro sobre lo dramático: "Vuelvo a contemplarme acosa el hambre/pero aún me sostiene la luz". Se necesita tener alas por si hubiera que desplegarlas... En el bosque infinito de la memoria, allí conviven días de soledad, de rabia, de locura, de fantasmas, de eclipses. Y la escritura como un arco iris tras la tormenta... la muerte, el barro saliente por las hendiduras, el adiós como un ciclo de vida que hoy rememora a modo de "nostalgia" trágica y, por contradicción, un cielo azul donde evadirse con los sueños. Y aquellos muros cantados y contados y los sótanos y los suicidios y los golpes certeros en el alma. Remover la historia es como conceder una tregua al sueño perdido entre las flores y hacerla presente para sangrar sin líquido en los oleajes del destino, como aquellos náufragos perdidos entre tanta mar, como aquellos miedos sujetos a la madera. El ángel de los sueños ¿dónde está?, ¿dónde los cuerpos de los otros ángeles ahogados? La sombra renace en su vestigio de luz y se atreve (con estos versos) a hacerse presente "donde levantar naranjas que huelen a rosas", dices bien, pero a veces hay que aprender a vivir con las trampas de la vida inventándose mitos y música y echar manos de los sueños y de la utopía para minimizar el vuelo dolorido en ese bosque enmarañado donde nos movemos y vivimos.
Aún recuerdo, André, los versos de Viaje a lo más recóndito, el mismo puñal de escalofríos, la misma tempestad y esa angustia ante la perversidad. Desconozco si es acoso evidente o inventado, pero lo cierto es que, en cada verso, hay un fiero aullido (no controlado) que te despedaza por dentro y que no puedo interpretarlo como una alusión irónica, sino de espanto. Los rasgos de su rostro ¿una sombra? (como la prolongación de un tormento). ¿Hacia dónde diriges tus versos? No es fácil deshacerse de ese puñal. Tampoco de esa sensación desazonada de dolencia. Te daña los ojos como si los soñara, como si ocultaras unas brasas bajo la piel. ¿Y esa repulsión que emana de su físico? No son arrebatos de testimonios amorosos, sino un instinto de huida (como se huye de los seres infernales...
(Después de una intensa semana de escritura, esta será mi última MISIVA A UN AMIGO. Mil gracias a los que pulsaron y siguieron su lectura y a los indiferentes, no voy a decirles nada. Gracias a ti, André, por cada línea escrita alentándome a continuar, siempre mi amigo).

Teresa Moncayo
Vejer de la Frontera, Cádiz, julio de 2019

Teresa Moncayo