viernes, 22 de abril de 2016

CRITS DE L’OMBRA

Imagen cogida del FB de Pere Bessó





CRITS DE L’OMBRA




Ens incendia la ràfega de crits com la gota d’ombres que mossega el riure.
Fan mal les pestanyes de fum penjant de les bigues del cel.
Dorm a la vora de la línia fosca dels tapials, entre la pedra i el matxet,
enmig de la túnica mortuòria de la boca i la saliva.
De vegades mai no ixen les ombres de la seua placenta.
Alt com la nit, el monòleg de l’altre interlocutor incert: hi ha un punt on el crit 
embussa els pensaments, i excedeix les entropessades de la boira 
i el vernís, els amulets infinits, i els tambors de les marees prenatals.
Es crida, -i ho saps- quan augmenten les inclemències i la gàbia no dóna per 
a escriure memoràndums, ni cartes amb capçaleres oficials.
(Supose que de tant en tant ens estimem la perversitat, la falsia de la tossudesa 
de l’antítesi, els terrors que es forgen al voltant dels comuns.
També en les conjectures i inferències hi ha certa tirania.
Algú em parlà amb malícia de la fatalitat, de la crònica de Llàtzer, a condició d
e no sé quines coses, pròpies de las mutilacions. 
Ara naturalment em ric de tots aquests promontoris de fem. Em ric del calostre 
totèmic de les libèl·lules, potser de la camisa de força amarrada al coll. 
Pertot m’afone en l’udolament de la pols: el fullatge és massa fosc
en l’ull cec dels racons del dol.)
Quants rostres sebolits ens parlen? En quantes ciutats és de nit sempre?
─Jure que tot infinit és cec quan resta davall del mausoleu de la nit. 
A gosades que s’ha de continuar caminant damunt del foc…




GRITOS DE LA SOMBRA




Nos incendia la racha de gritos como la gota de sombras que muerde la risa.
Duelen las pestañas de humo colgando de las vigas del cielo.
Duermo a la orilla de la línea oscura de los tapiales, entre la piedra y el machete,
en medio de la túnica mortuoria de la boca y la saliva.
A veces nunca salen las sombras de su placenta.
Alto como la noche, el monólogo del otro interlocutor incierto: hay un punto donde 
el grito atasca los pensamientos, y excede los tropezones de la bruma 
y el barniz, los amuletos infinitos, y los tambores de las mareas prenatales.
Uno grita, ─y lo sabés─ cuando arrecian las inclemencias y la jaula no da 
para escribir memorándums, ni cartas con membretes oficiales.
(Supongo que de vez en cuando amamos la perversidad, el doblez de la terquedad 
de la antítesis, los terrores que se fraguan alrededor de los retretes.
También en las conjeturas e inferencias hay cierta tiranía.
Alguien me habló con malicia de la fatalidad, de la crónica de Lázaro, a condición 
de no sé qué cosas, propias de las mutilaciones. 
Ahora me río por supuesto de todos esos promontorios de basura. Me río
del calostro totémico de las libélulas, quizá de la camisa de fuerza amarrada 
al cuello. Por doquier me hundo en el aullido del polvo: el follaje es demasiado oscuro 
en el ojo ciego de los rincones del luto.)
¿Cuántos rostros sepultados nos hablan? ¿En cuántas ciudades es de noche siempre? ─Juro que todo infinito es ciego cuando está debajo del mausoleo 
de la noche. Por supuesto hay que seguir caminando sobre el fuego…
Barataria, 2016.

lunes, 4 de abril de 2016

VÍA LIBRE / VIA LLIURE DE ANDRÉ CRUCHAGA

Vía libre / Via lliure





VÍA LIBRE / VIA LLIURE DE ANDRÉ CRUCHAGA
Traducción al catalán Pere Bessó

Por César Ramírez




Con su nuevo libro construye un árbol de metáforas que desde el horizonte permite observar el fecundo bosque de sus poemas, ahora convertidos en libros.
Hace décadas que leo con aprecio sus versos, así como cultivo el alba que anuncia esa alegría juvenil de compartir fragmentos de sus obras:
Sublimación de la noche (2011) A fin de cuentas la luz depende de la fosa donde estemos.
 Alegoría de sus palabras (1992) (La voz tiene su propio misterio/al paso de las sombras/el reloj su propia brújula/vertiendo insomnio en las hojas).
Manjar de la Ceniza (2010) (y Mañana, tal vez, la estancia/ sea pacífica, /Y el prisma de las sombras/ se convierta como el iris/ Líquido de olas/ Solo mañana, mientras el ojo/capta lo que se lleva.
Visión de la muerte (1994) La muerte desprende humo/como una taza de café/ hay en ella memoria de la broza/claridad que gorjea de irreverentes campanas/ejercicio ritual de inmersión/el claroscuro de la canícula del sueño. Nadie la ha visto.
Fuego de la intimidad (1993) ojos que se miran/ y se multiplican en cuatro; / dos manos, cuatro manos, / aprehendiendo la galaxia de los poros.
Alegoría de las palabras (1991) primera edición suelta… VIII Soy el otro yo en un rebaño de crepúsculos/ saliendo de las bestias del horizonte/ de los callejones crujiendo su consciencia/ de la locura del sol/ incendiando el piso con baldadas de luz.
Balcón del vértigo (2014) Quiero empezar a vivir el olvido, escribir un catálogo de zapatos/ o sencillamente, escribir un epitafio en tus poros, ahora que hemos/entrado al trance “poshumano” del desarraigo…
Esta pequeña muestra de versos es mi ejercicio de libertad, de lectura, lo afirmo porque disfruto observar el trabajo constante de André Cruchaga.  El poeta congela los textos con muchos recuerdos de las fechas, junto a sus palabras dedicadas en sus libros.
Ahora leo Vía libre (2016) Escritura “Se ha hecho memoria la voz del mar. El largo puño de la sangre”.
Uno puede en el mosaico de las percepciones coincidir en las palabras, eliminar todo fantasma de categorías materiales y construir efectivamente un mundo posible, alimentar descubriendo el horizonte que niegan nuestros límites sociales, destruir la infame historia de nuestra humanidad de unos contra otros en todo, no obstante solo en breves momentos reflexivos bajo la bandera de la paz podemos percibir otra esperanza planetaria,  como la rosa que crece en el concreto.
Pero existe la palabra de André Cruchaga, con ese oficio de arquitecto de metáforas que abate la pobreza de la imaginación de aquellos que se niegan a ver otras dimensiones, otorgando la vista a los ciegos para contemplar la belleza que emerge en cada libro.
No es mi intención construir la idolatría de la palabra, porque tarde o temprano el destino se encarga de su ajuste de cuentas, por ello prefiero otorgar mi reconocimiento por su obra, esa que no solo reseñan sus libros sino por su paciencia en educarnos en tan maravillosos resquicios de otras luminosas esferas que ignoramos.
Así en determinado momento sus palabras transforman el entorno, cantan, brillan, respiran, sigilosas nubes flotan a nuestro alrededor, mientras a pesar del ruido exterior de autobuses, motos, gritos de niños, aparatos de sonido con sus “teatros de hogar” en el volumen inadecuado, y a pesar de todo en ese espacio del poema recobramos la inocente alegría del descubrimiento de otros universos de la mano de André.
Desde la llanura de un lector de poesía, saludo su obra y su nuevo libro, confirmando la cita de Heidegger “Soy lo que digo”, André es lo que escribe junto a la certeza de su vocación.
San Salvador 04ABR016