lunes, 14 de octubre de 2019

EL TEMPS MÉS ENS IMMOLA

Imagen FB de Pere Bessó





EL TEMPS MÉS ENS IMMOLA




El mundo no te regala las horas ni los días
porque el paso del tiempo es aparente
y es aparente el aire que nos mira
y el reloj que quisiera atravesar los cuerpos
y la pantalla que en color nos ofrece
la más oscura perfección del deseo.
María Cinta Montagut




Cada vegada el temps més ens immola: caminem cremant-nos les ales o omplint de paraules buides els ulls que mai no ens tornen els campanars, ni el camí pedregós de midons d’abisme. Segur que el no-res ens enfosqueix amb la seua llengua fosa d’ombres. Quan caminem el país ens desterra les palpebres: així hem aprés a estimar les nostres ferides i cicatrius, aquest laberint de records al pit i el seu cabal de tortura. El fum de fred dels trens ens arracona fins al forat on s’escapcen les ombres interiors de la vigília.
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




EL TIEMPO NOS INMOLA





El mundo no te regala las horas ni los días
porque el paso del tiempo es aparente
y es aparente el aire que nos mira
y el reloj que quisiera atravesar los cuerpos
y la pantalla que en color nos ofrece
la más oscura perfección del deseo.
María Cinta Montagut




Cada vez el tiempo nos inmola: caminamos quemándonos las alas o llenando de palabras huecas los ojos que nunca nos devuelven los campanarios, ni el camino pedregoso de almidones de abismo. Seguro que la nada nos oscurece con su lengua derretida de sombras. Cuando caminamos el país nos destierra los párpados: así hemos aprendido a amar nuestras heridas y cicatrices, ese laberinto de recuerdos en el pecho y su caudal de tortura. El humo de frío de los trenes nos arrincona hasta el agujero donde se decapitan las sombras interiores de la vigilia.
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Del libro: Metáfora del desequilibrio”, 2019
André Cruchaga