jueves, 17 de marzo de 2022

FLORACIÓ INSOMNE │ FLORACIÓN INSOMNE

 

Imagen FB de Pere Bessó



FLORACIÓ INSOMNE

 

 

..hay un taller que fragua sin cesar tu muestrario de máscaras.

Es un recinto que retrocede y que te absorbe exhalando el paisaje.

Olga Orozco

 

 

I doncs, una altra vegada, el galop del clamor infamant en la terra.

Allà, on conviuen els balcons del ponent i la memòria.

Al fanal amarrat a trens ebris, l’aigua en la mossegada

insadollable del destí, la llum sorda entre carrerons.

Vivim en la certitud del camí trobat, revelat

el designi, més enllà del món habitat per la consciència.

Vivim sostenint-nos en una terra de negacions,

sense que la claredat allleugere les foscors.

Les paraules se’ns perden en aquest vòrtex de llum mortífica.

A les pupil•les l’aigua abrasa l’alè de les branques de l’ànima,

Els ulls que esperen al seu claustre, el reverdir de les finestres.

Ningú no parla al meu costat davant de la porta de les astraps.

Ningú en la profanació del país escoltant el seu pit.

Des del caliu de les floracions insomnes, els draps de l’aigua

picotegen la veu del paisatge: afloren els records.

De tots els senyals al rostre, el murmuri tebi del viatge,

com una callada foguera en les imatges rompudes de la despulla.

Així són les formes desplegades de les cicatrius, la potestat

d’ossos huesos a tall del desassossec, agre de fogueres de la pèrdua.

.

Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

.

.

FLORACIÓN INSOMNE

 

 

..hay un taller que fragua sin cesar tu muestrario de máscaras.

Es un recinto que retrocede y que te absorbe exhalando el paisaje.

Olga Orozco

 

 

Y pues, otra vez, el galope del clamor infamante en la tierra.

Allí, donde conviven los balcones del poniente y la memoria.

En el farol amarrado a trenes ebrios, el agua en la mordedura

insaciable del destino, la luz sorda entre callejones.

Vivimos en la certidumbre del camino encontrado, revelado

el designio, más allá del mundo habitado por la conciencia.

Vivimos sosteniéndonos en una tierra de negaciones,

sin que la claridad alivie las oscuridades.

Las palabras se nos pierden en ese vórtice de luz mortífica.

En las pupilas el agua abrasa el aliento de las ramas del alma,

los ojos que esperan en su claustro, el reverdecer de las ventanas.

Nadie habla junto a mí frente a la puerta de las estribaciones.

Nadie en la profanación del país escuchando su pecho.

Desde el rescoldo de las floraciones insomnes, los trapos del agua

picotean la voz del paisaje: afloran los recuerdos.

De todas las señales en el rostro, el murmullo tibio del viaje,

como una callada fogata en las imágenes rotas del despojo.

Así son las formas desdobladas de las cicatrices, la potestad

de huesos en el filo del desasosiego, agrio de hogueras de extravío.

.

De ‘Como quien pide luz o pide agua’, 2021.2022

©André Cruchaga