miércoles, 27 de marzo de 2019

CUERVO IMPOSIBLE DE ANDRÉ CRUCHAGA

Cuervo imposible, André Cruchaga






CUERVO IMPOSIBLE DE ANDRÉ CRUCHAGA




         Un nuevo libro feliz, un logro significativo, puesto que en nuestro país publicar es difícil, silencioso, honrado y de gran sacrificio para los poetas.
         El texto contiene un prólogo del Dr. Enrique Ortiz Aguirre y en la contraportada una anotación de Ricardo Llopesa.  El contenido es hipnótico, la cantidad de imágenes con secuencias dispersas crea un ambiente ilógico como lo es nuestro sistema capitalista, es una vertiente de palabras que desafían el canon lingüístico formal, no obstante su abstracción es similar a los artistas del Siglo XXI; existe caos dentro del caos, un desorden dentro del abismal mundo de categorías que observamos a diario: terribles desigualdades, miseria justificada, justicia atada en metálicos hilos constitucionales, la prisión histórica que atrapa a sociedades por su reducción geográfica etc. pero esa condición es interpretada por André en su monólogo insurgente de poeta ante el mundo; en su poesía menciona: “en tiempos donde la democracia es todavía, una cama sin cobija”; así las palabras cobran un sentido diferente en cada verso, donde el lector puede imaginar junto al autor universos profanos y sagrados.
         En Cuervo Imposible, las sociedades occidentales funcionan en su disfuncional entorno familiar, individual o colectivo, existe: violencia, vida, muerte, día, noche, cuervos, murciélagos, inframundo desde la óptica del condenado (inmolado en el torbellino de los huesos), libertad de prisiones cotidianas (espera para derribar los muros muertos y las cadenas) también cantos de esperanza que transforman la incongruencia del mundo ritual y monetario.
          En nuestra nación que vivió una guerra civil sangrienta y extensa, las imágenes permanecen recurrentes, como un estrés postraumático colectivo: “no en vano he visto a los gusanos emerger del cuerpo”,  sin olvidar la ironía dos décadas después: “y menos mal que se nos ha dicho/ que vivimos en libertad y democracia”,  es un reconocimiento  antropológico, la violencia es fundacional, el poeta lo anota: “fundacional de su germinación/la vida, al final/ es un espejo en desbandada que solo se ve y tiene sentido/ a cierta edad”, sin ocultar que además existen gratos momentos de celebración “ habla con sarcasmo,/ así aprendo que la felicidad la corroe de a poco”… es un libro que invita a “pensar lo no pensado”, una naturaleza posible porque no existe un monopolio del conocimiento en el universo, quizás debemos asumir otras realidades incongruentes que funcionan en otros mundos, como la justicia, igualdad, libertad etc. Felicitaciones André Cruchaga por su nuevo aporte a la cultura universal.


San Salvador, 27 de marzo de 2017

César Ramírez Caralvá, (Intimissimun)
amazon.com/author/csarcaralv

D’AQUELL TEMPS

Imagen FB de Pere Bessó





D’AQUELL TEMPS




No recuerdo que cantabas
tal vez acerca de las ramas y aguas
que, temblorosas, recorrieron tus noches.
Nichita Stănescu




D’aquell temps, potser, només la pluja caient damunt de les nostres cares. Sabí que ella mullava tot el cos. Era tenaç com la llum que ens sobrevivia o pronunciava en la boca. De vegades caia cremant entre les nostres cuixes, i en la penombra, boques i braços cecs, tremoloses vores de cristall damunt de la pell. Callen els meus ulls, però no el batec d’haver-te viscut, no el sospir proper a la meua tristesa. El record sempre és llarg quan es pateix. En les vesprades cauen les fulles, nues i tremants com la resina de la nit a la vora del meu llit. 
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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ




DE AQUEL TIEMPO




No recuerdo que cantabas
tal vez acerca de las ramas y aguas
que, temblorosas, recorrieron tus noches.
Nichita Stănescu




De aquel tiempo, acaso, sólo la lluvia cayendo sobre nuestras caras. Supe que ella mojaba todo el cuerpo. Era tenaz como la luz que nos sobrevivía o pronunciaba en la boca. A veces caía ardiendo entre nuestros muslos, y en la penumbra, bocas y brazos ciegos, temblorosos bordes de cristal sobre la piel. Callan mis ojos, pero no el pálpito de haberte vivido, no el suspiro cercano a mi tristeza. El recuerdo siempre es largo cuando se padece. En las tardes caen las hojas, desnudas y tiritantes como la resina de la noche al borde de mi cama.
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Del libro “Vallejo dream”, 2019
©André Cruchaga