André Cruchaga, El Salvador
(Fotografía tomada por el poeta Melvyn Aguilar, Costa Rica)
EPISTOLARIO POÉTICO
[CARTAS ESCRITAS POR
TERESA MONCAYO,
EN TORNO A LA OBRA DE ANDRÉ CRUCHAGA]
MISIVA A UN AMIGO,
1ª.
Comparto, contigo,
amigo mío, el concepto definido como un horizonte no pensado donde el lector se
adentra para experimentar sensaciones nuevas y conceptuadas de forma
singular y con una maestría suprema. Una alegría ver florecer el camino y verlo
marchitarse. La contradicción en ese mismo ámbito, el estupor que nace y renace
en el mismo verso. La energía necesaria para enfrentar quién sabe qué
misteriosas visiones y qué peregrinas respuestas a esas preguntas que a veces
no están ni siquiera proyectadas con exactitud. Ocurre en tus versos, André,
donde el poeta hilvana las palabras y antes de afianzarlas ya provoca vértigo.
Un vértigo emocional por aquello de leer lo que no existe en nuestras
expectativas, pero que nos lleva a una caída en picado. Recuerdo sobre “La
muerte” de Aleixandre, unos versos llenos de blandura, sin esa fuerza, vigor y
rigor y fiereza: -¡Ah! eres tú, eterno nombre sin fecha-.... más lacónico que
tú, André, que muere y resucita en cada verso. De acuerdo en que tu sistema
conceptual nos enriquece, es obvio, en cuanto a ese fondo sutil, extraño y
lírico engendrado con hondura incorruptible semejante a la lírica de S. J. de
la Cruz donde cada concepto adquiere significados y valores nuevos. Es
imposible aislarse de tus versos porque no nacen para sacudir el tedio sino
para sacudirnos por dentro y hay necesidad de devorarlo aún con ese dolor que
ocasiona, a veces y se cruza a modo de punzada en el corazón (aunque es más la
negrura de la fosa que nos arrastra hacia ese mundo subterráneo tan en la
superficie). Me dices: “El poeta es un cronista que desvela cuanto discurre en
sus ojos” y a veces una geografía en un cementerio o un campo de concentración
así que, llegado al lindero de la palabra uno recobra cierta inocencia”. Esto
es una brutal revelación tuya, André, que se halla al otro lado del silencio.
Un silencio que resuena como un relámpago interior y que desvela los
interrogantes y se proyecta en el crepúsculo. Ignoro cuáles son tus dogmas,
amigo mío, sólo deseo que haya más luz en las tumbas que proyectas, en las
noches del alma y en las noches de los desasosiegos.
(Siempre mi admiración y cariño).
MISIVA A UN AMIGO,
2ª.
Creo, André, que
tu poesía se identifica con los movimientos de ruptura (por la naturaleza de su
objetivo, análisis social, cómo te defines a ti mismo...), aunque por otro
lado estoy segura de que, mejor, es una ruptura de vanguardia, por aquello del
rechazo a la realidad objetiva (como la concibieron en el Realismo y
Naturalismo), es el mismo resultado que tuvo Buñuel en "El perro andaluz
(que por cierto Lorca estaba convencido que había sido escrita basándose en su
vida) y donde Buñuel trasgrede los esquemas narrativos a través de la
agresividad de la imagen y es audaz movilizando el arte... Sobre la libertad
conceptual, ahí tienes, querido amigo, un jardín repleto de emociones y de
ideas para meditar y para que alcancen esa otra realidad, a la cual proyectas,
a veces, con "pavorosa" aparición pública... Me enorgullece esa
actitud gallarda y honesta y me "espanta" que sigas el curso de la
metáfora por la ardua traducción de las mismas (elevada complejidad) aunque
estés ligado a la línea surrealista bretoniana -tan influenciado por Freud-,
pero fíjate que no estoy segura de que te "liberes" de las ataduras
del poder, ni siquiera escribiendo, porque creo que la desolación persevera en
tu fondo. Mantengo que la poesía está hecha de destierro, ostracismo y raíces.
Recuerdo lo que decían de Neruda y era que en su lucha no distinguía entre
poesía y política... (Sobre este poeta podríamos abrir un coloquio por su
controvertida actitud). No hace falta que aclares que te encanta el caos en la
escritura (aunque después tenga su lógica), pero mientras que no nos llega nos
puedes ocasionar una descarga por esos "proyectiles" de versos,
endiabladamente metafóricos; miles de moléculas (palabras) que se mueven
realizando órbitas... Estoy contigo en el tema de las etiquetas, sobre los
grupos literarios y demás; autores vinculados a una ideología y estilo, mejor
no encasillarse en un grupo aunque tengas autonomía propia, yo, en ese sentido
me siento anárquica. Tienes razón en cuanto a que la lectura y a la preparación
de un escritor, es obvio que existen demasiadas "figuras" sin una
base de fondo. Sobre esto dicen que hay tres rasgos en un escritor
imprescindibles y que son innegociables: talento, aprendizaje y tesón. Aunque
sin el núcleo del primero es difícil que existe una buena escritura. Te
recuerdo (a propósito) que me debes un poema, el que todavía no has escrito. Y
del otro publicado "Voz interior" destaco este verso: "He vuelto
a las palabras para desnudar mi voz, ese extraño charco de sueños
inasible"... Fíjate, querido amigo, que estaba pensando hacerte una
entrevista ¿qué te parece? un abrazo.
MISIVA A UN AMIGO,
3ª.
"Muero cada
día cuando resbalo en la cuerda floja del tiempo". -No puede faltar en tu
poesía la alusión constante a lo caduco de la vida, como una manera de
deshacerse de lo terrible de la realidad o, como incidir en ella para hacerla
más visible, aquí, sentados los dos bajo este inmenso parral de uvas dulces,
amigo-, “me hablas de la oscuridad a la cual se suma los ojos devorados de la
memoria, como alusión a una existencia vivida al borde del precipicio... tan
incierto como nosotros". -Pero el sueño se hace hueco para cantarlo,
André-, "el día de repente aspira a ser aire mientras pasa la tormenta
rasgando los ojales del pálpito". -Y lo estremecido del tiempo y la
confesión a un espacio libre de esa pesadumbre que abarca el paisaje
sobrecargado de huellas y de penumbras -le respondo con voz emocionada- tu
constante alusión a la oscuridad, querido amigo y, “pese a los ahogos”, sigues
en la sombra de la herrumbre sobre los hombros y, dentro de ella, surge el arcoíris
como una necesidad de color y de claridad dentro de la espesa entidad
mortecina, manteniendo en los versos ese juego infantil, a veces, inocente y
perturbador en el recuerdo del aleteo del colibrí en medio de la ternura...-.
"Soy niño dibujando otros mundos en las paredes –me dices- y, me llega la
conmoción ante aquellos humanos dejados de la mano de Dios, nada me sorprende
tanto como quien duerme en las aceras, entre la nebulosa". -Creo, André,
que es por esto que te conviertes en un poeta visceral, porque vives en una
atmósfera camuflada de justicia social-.
¿"Qué
humanidad nos ampara en esta indigencia?, si acaso la sombra del tiempo nos ha
hecho renunciar al paraíso, pero mantenemos la esperanza de amanecer para
respirar la razón del porvenir”. -No hay versos más claros que indiquen tu
desazón, amigo, ni sentimientos más arraigados a tu país-: "el poema bucea
en el olvido..., y araña la esperanza de un porvenir más justo, la luz no está
hecha sino que se hace".-Y yo reitero mis palabras de contraportada en VÍA
LIBRE que tu poesía no está basada en la forma, sino hecha de pedazos de sentimientos
y trozos de vida arrancada de tu alma y no es fácil desterrar la máscara de
aquellos que agitan banderas y proclaman justicia mientras tienen al país
sumido en la hambruna y en la oscuridad. La misma oscuridad, André que habita
en los cementerios, fíjate a todo esto, cuántos poetas universales fueron
fusilados por un ideal, Unamuno estaba entre los “elegidos” junto a Muñoz Seca
y García Morente, qué injusto es todo. Alberti pudo haber salvado al dramaturgo
de la Checa de S. Antón y no hizo nada. Un amigo abandonó a otro amigo en sus
momentos más cruciales ¡¡qué extraña amistad!! e incluso retuvieron a
Aleixandre en la tétrica Checa hasta que fue salvado por Neruda, entonces
Cónsul de Chile en Madrid. A veces, André, hay que echar la vista hacia otro lado
para no ver tanto horror y hacer como Machado: “ver las hojas verdes bañadas de
rocío”... y dime ¿dónde estableces la ruptura entre el poeta simbólico y el
poeta surrealista? y si es coherente que representes a los dos movimientos o
tendencias poéticas, te pongo como ejemplo, a los que leen a Rimbaud y a los
que leen a Freud ¿no es posible que puedan llegar a tener un “cruce de
cables”?-. “Los dos son pilares fundamentales en mi poética, además de
escritores canónicos”. -Y a todo esto, André, qué coincidencia que hallo a un
Ángel Cruchaga, de Santiago de Chile, con un sentido religioso y casi místico
pero que no es un obstáculo para que se adhiera a un movimiento reivindicativo
social, el mismo que funda una revista “Musa joven” junto al entonces periodista
Vicente Huidobro. Latinoamérica, André, ha dado muy buenos poetas.
MISIVA A UN AMIGO,
4ª.
Analizas en verso, André, las perspectivas políticas-sociales más estrictas y te implicas emocionalmente en ellos. Y me haces recordar las lecturas de Dostoievski y Tolstoi y cómo reflejaron la realidad rusa del siglo XIX (actos revolucionarios de aquel país). También a Unamuno por su consciencia sobre la clase política; su visión, evolución e influencia en la sociedad de su tiempo. Nosotros, los que te leemos (o, yo personalmente), somos objetivos frente a tu subjetividad y valoramos a ese “personaje” humano que nos provoca por dentro por el dolor ajeno y propio. Y te identifico a ti, André, con esa capacidad innata para trasladarnos los males de tu Patria. Amaba, Unamuno, a la España destrozada por el desastre del 98 y esto le sumió en una profunda crisis espiritual que lo marcaría para siempre. “Es cuestión de vida o muerte, encontrar un lugar para los sueños”, y dices bien, pero te pregunto, André: -¿Quién se somete a soñar bajo el arco lleno de coágulos de sangre, de coágulos de vómitos?, aunque entiendo que es posible hallar plumajes de pájaros totémicos clavado en el pecho de algún muerto- Tu respuesta no tarda en producirse: “reproducir en versos el fenómeno social; cantar sobre la desigualdad y la pobreza y que, haya ojos que considere esto como algo natural, es desde luego una posición de descerebrado”. ¿Y qué hacemos con el asedio eficaz a los asediados a modo de caravana de emigrantes, buscando nuevos paraísos en una tierra quemada literalmente?. Yo me pregunto, André, ¿qué fuerzas les acompañan hasta alcanzar las zonas "protegidas" y qué paisajes de ensueños para olvidar las noches de turbulencias íntimas (haciendo referencia a las políticas agitadas y turbias) sin olvidar las convulsiones de la sangre y los gritos ahogados en la impotencia, mientras a los políticos les preocupan "las expresiones populistas y extremas... un pueblo no se mide por los números o por las cifras sino por los sentimientos de cada ciudadano-. “Yo veo y oigo las voces, los muertos, los cementerios; a menudo una geografía se convierte en un campo de concentración, un reguero de tumbas abiertas.”-Es fácil entender la analogía social y el intento reiterado de querer sobrevivir en un ambiente enrarecido y oscuro. No es posible que el ser humano aguante tanto sin que se desmorone por dentro. Por ello entiendo esos gritos quebrados y el miedo y hasta el profundo silencio-, oigo el grito en medio de las sombras, intuyo lo trágico hasta el límite de hacerse locura y ese juego de las supersticiones se hace claro (aún pareciendo inexplicable), pero me aterra el vértigo constante (igual que los espejos repetitivos) como una manera de vida. Ese terror y esa ternura que parece ser no se oponen, eso que dices, querido amigo "El cortejo fúnebre de las palabras, el desamor y las incógnitas (como interrogantes o enigmas) que se hacen presentes”. Tienes toda la razón. Pero te pregunto, dónde está el paraíso, André?. Esa comitiva de pétalos arrasando los espacios verdes. El abundante chorreo del agua diáfana sobre los montes azules. ¿Dónde los jardines de ensueño y el sueño mismo escalando valores espirituales...? “La espiritualidad, amiga, encierra un enigma y nos desvela el ser profundo que somos, es una manera de redescubrir al ser en su dimensión superior (su alma”).
MISIVA A UN AMIGO,
5ª.
Según qué
historia, André, nos estimula, nos apasiona, nos ensombrece, nos viola, nos
atraviesa. Y nos agitamos rozándonos con las cornisas de las esquinas torcidas.
A veces nuestro nombre va de boca en boca, de labio en labio como si nos
llevaran en alto vuelo los pájaros azules que atraviesan las montañas de
fantasía y/o los buitres para despedazarnos a bocados certeros como si fuéramos
ciervos o jabalíes (a veces como los tibetanos para conservar el acto ritual
macabro) le dan sus muertos a éstos para que los devoren... No somos carroña
para que otros maltraten nuestras vísceras, no somos de estructuras rígidas
para ser rotas a machetazos. Y sin embargo hay quienes participan de ese
especie de actitudes incomprensibles y anti natural y que gozan con el dolor
ajeno y aplauden sin piedad el ahorcamiento de su presa y ríe como un poseso al
saberse desposeído de toda humanidad. A veces me sobresalto con esos
entreverados cuerpos que piden a voces mutilaciones y que arrastran a sus
iguales hacia el fuego hirviente y establecen que su prioridad es hacer daño.
Sólo así se convierten en "humanos" felices. Siempre en cualquier
esquina hay gritos de pavor que han dejado una estela de rabia en el horizonte
donde los sueños toman un papel importante y dan un giro sobre lo dramático:
"Vuelvo a contemplarme acosa el hambre/pero aún me sostiene la luz".
Se necesita tener alas por si hubiera que desplegarlas... En el bosque infinito
de la memoria, allí conviven días de soledad, de rabia, de locura, de
fantasmas, de eclipses. Y la escritura como un arco iris tras la tormenta... la
muerte, el barro saliente por las hendiduras, el adiós como un ciclo de vida que
hoy rememora a modo de "nostalgia" trágica y, por contradicción, un
cielo azul donde evadirse con los sueños. Y aquellos muros cantados y contados
y los sótanos y los suicidios y los golpes certeros en el alma. Remover la
historia es como conceder una tregua al sueño perdido entre las flores y
hacerla presente para sangrar sin líquido en los oleajes del destino, como
aquellos náufragos perdidos entre tanta mar, como aquellos miedos sujetos a la
madera. El ángel de los sueños ¿dónde está?, ¿dónde los cuerpos de los otros
ángeles ahogados? La sombra renace en su vestigio de luz y se atreve (con estos
versos) a hacerse presente "donde levantar naranjas que huelen a
rosas", dices bien, pero a veces hay que aprender a vivir con las trampas
de la vida inventándose mitos y música y echar manos de los sueños y de la
utopía para minimizar el vuelo dolorido en ese bosque enmarañado donde nos
movemos y vivimos.
Aún recuerdo,
André, los versos de Viaje a lo más recóndito, el mismo puñal de escalofríos,
la misma tempestad y esa angustia ante la perversidad. Desconozco si es acoso
evidente o inventado, pero lo cierto es que, en cada verso, hay un fiero
aullido (no controlado) que te despedaza por dentro y que no puedo
interpretarlo como una alusión irónica, sino de espanto. Los rasgos de su
rostro ¿una sombra? (como la prolongación de un tormento). ¿Hacia dónde diriges
tus versos? No es fácil deshacerse de ese puñal. Tampoco de esa sensación
desazonada de dolencia. Te daña los ojos como si los soñara, como si ocultaras
unas brasas bajo la piel. ¿Y esa repulsión que emana de su físico? No son
arrebatos de testimonios amorosos, sino un instinto de huida (como se huye de
los seres infernales...
(Después de una intensa semana de escritura, esta será
mi última MISIVA A UN AMIGO. Mil gracias a los que pulsaron y siguieron su
lectura y a los indiferentes, no voy a decirles nada. Gracias a ti, André, por
cada línea escrita alentándome a continuar, siempre mi amigo).
Teresa Moncayo
Vejer de la Frontera, Cádiz,
julio de 2019
Teresa Moncayo
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