martes, 20 de abril de 2021

DE L’ALTRE COSTAT, EL MATEIX TEMPS│ DEL OTRO LADO, EL MISMO TIEMPO

 

Imagen Pinterest



DE L’ALTRE COSTAT, EL MATEIX TEMPS

 

 

Del otro lado de la isla se oye

débilmente

el silbido de la tormenta.

Gustaf Munch-Petersen

 

 

De l’altre costat de la finestra i les parets, se sent la nit minvant

dels parracs fixats a aquesta folla porfídia d’un dia que es buida

la súplica dels seus engonals. A la solapa del vent em ve el desvari

fantasmal de la nuesa, el xiprer del pati de darrere que s’enreda

en el meu alè, la boirina a seques entre les fulles i les pedres.

Hi ha un joc pervers del so als porus, un vas de carn

davant dels meus ulls, una paret sense ales que em desempara i no il•lumina.

Així transcorre la meua ombra, mentre vetla l’esfonsament

entre escletxes, aquesta manera de ser de l’espill entre espines antigues.

Si tan sols existires en la meua despulla, fosc desig de l’espera.

Si tan sols vingueres a sagnar al meu costat aquesta música tèbia i volàtil,

el paladar, en un instant, sería l’escó per trobar el camí.

L’arbre de la soledat s’ha tornat una sentinela adusta.

En l’humà que sóc, pense en la humitat que es construeix

als prostíbuls, en aquesta llavor estranya del foc en l’entranya.

Al lluny se sent la ràfega d’aigua sense pudor caure damunt de la terra.

.

. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

.

 

DEL OTRO LADO, EL MISMO TIEMPO

 

 

Del otro lado de la isla se oye

débilmente

el silbido de la tormenta.

Gustaf Munch-Petersen

 

 

Del otro lado de la ventana y las paredes, se oye la noche menguante

de los andrajos adheridos a esta loca porfía de un día que vacía

la súplica de sus ingles. En la solapa del viento me viene el desvarío

fantasmal de la desnudez, el ciprés del traspatio que se enreda

en mi aliento, la neblina a secas entre las hojas y las piedras.

Hay un juego perverso del sonido en los poros, un vaso de carne

frente a mis ojos, una pared sin alas que me desampara y no alumbra.

Así transcurre mi sombra, mientras vela el hundimiento

entre rendijas, esta manera de ser del espejo entre espinas antiguas.

Si tan solo existieras en mi despojo, oscuro deseo de la espera.

Si tan solo vinieras a sangrar junto a mi esta música tibia y volátil,

el paladar, en un instante, sería el peldaño para encontrar el camino.

El árbol de la soledad se ha vuelto un centinela adusto.

En lo humano que soy, pienso en la humedad que se construye

en los prostíbulos, en esa semilla extraña del fuego en la entraña.

A lo lejos se oye la ráfaga de agua sin pudor caer sobre la tierra.

.

Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga


No hay comentarios: