© Obra de Willem de Konning
FLAMA AL VOLTANT DE LES COSTELLES
La luz de una vela, arde en el viento,
me hace lucir como un niño frente al espejo, en la oscuridad,
Umid Najjari
En l’abecedari de la foscor, tot just una flama em frega les costelles i
fa de les golfes un sufocament de derives. Després del regne del perdut ja no
importa la impaciència, sinó volar cap algun lloc amb tots els badalls arnats.
Hom sent que la permanència és una ració de pedres que avança en l’alè, una
màsscara que s’acosta a la crueldat d’aquests dies. Alguna branca queda per
amarrar el mocador i penjar el quequeig de les culleres, els anys, els dits
sense ungles, desfets per la nicotina. Tot ha sigut sospita, aquesta noció
brusca de mudança, la infàmia i la mezquinesa damunt de la taula. Tot i que
semble estrany, hi ha dies en què pose la meua infantesa davant de l’espill.
.
. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en
català per PERE BESSÓ
.
FLAMA ALREDEDOR DE LAS COSTILLAS
La luz de una vela, arde en el viento,
me hace lucir como un niño frente al espejo, en la oscuridad,
Umid Najjari
En el abecedario de la oscuridad, apenas una flama roza mis costillas y
hace del desván un sofoco de derivas. Tras el reino de lo perdido ya no importa
la impaciencia, sino volar hacia algún sitio con todos los bostezos
apolillados. Uno siente que la permanencia es una ración de piedras que avanza
en el aliento, una máscara que se acerca a la crueldad de estos días. Alguna
rama queda para amarrar el pañuelo y colgar la tartamudez de la cucharas, los
años, los dedos sin uñas, desechos por la nicotina. Todo ha sido sospecha, esa
noción brusca de mudanza, la infamia y la mezquindad sobre la mesa. Aunque todo
parezca extraño, hay días en que pongo mi infancia frente al espejo.
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De ‘Camino disperso’, 2021
©André Cruchaga
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