© Obra pictórica de Willem de Kooning
A L’ALÇADA DE L’ESPINA
A veces suena a Dios. De todos modos
es un reloj y un día, como todos,
se quedará parado en cualquier hora.
Carlos Murciano
Convuls com un pit lacerat, el tapís de molsa que creix després de la
pluja d’un horitzó momificat en la boira. Damunt de la terra de tots els dies,
el rellotge ferit de l’ombra a punt de desplomar-se en la distància: als meus
ulls, el cos viu de la son i aquella llum, tanmateix, enlluernadora de les
ràfegues. Sóc una tempesta de flassades encallades en l’arpó de setmanes
estèrils, una au ennegrida entre tants tilitxes, que aviat serà pols consumat,
o miserable vol en la boca d’un minut. A l’alçada de l’espina, el punt romà de
les teues puntes, fer córrer d’alegria la meua ànima.
.
. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en
català per PERE BESSÓ
.
A LA ALTURA DE LA ESPINA
A veces suena a Dios. De todos modos
es un reloj y un día, como todos,
se quedará parado en cualquier hora.
Carlos Murciano
Convulso como un pecho lacerado, el tapiz de musgo que crece tras la
lluvia de un horizonte momificado en la niebla. Sobre la tierra de todos los
días, el reloj herido de la sombra a punto de desplomarse en la distancia: en
mis ojos, el cuerpo vivo del sueño y aquella luz, sin embargo, deslumbrante de
las ráfagas. Soy una tormenta de cobijas varadas en el arpón de semanas
estériles, un ave ennegrecida entre tantos tiliches, que de a poco será polvo
consumado, o miserable vuelo en la boca de un minuto. A la altura de la espina,
el roma de tus encajes, hacer correr de alegría mi alma.
.
De ‘Camino disperso’, 2021
©André Cruchaga
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