PELEGRÍ D’EPÍLEGS MÚLTIPLES
crece mi tumba de la que naceré de nuevo
déjame resucitar y ser un pájaro
Nenad Trajković
Era molsa el fullatge dels dies
invisibles, i irreversible la tomba
de la respiració arrugada per
l’amargor del martiri secular.
Al profund de la nafra la febre
sotmesa al judici final de l’ànima.
Des del costat sagnant, tornes a les
Croades del cor.
Per a mi cada dia és un nou somni
lliurat als braços;
d’aquesta manera, es refà el cicle de
la vida que a estones és estany
de les més malèvoles foscors. En la
subversió del foc,
un ocell fa el miracle: el rampell és
incontenible en el vent.
Deixa’m ser de bell nou, l’ull i el
seu edèn, no la funerària, sí el niu
consagrat, la història que sobreviu a
aquest llarg desvetlament d’atifells.
Rep el meu cos cec, després de
sobreviure a tant escarni.
Deixa’m trasbalsar la mel i desfer
els terbolins del pellingot.
Sóc un pelegrí amb múltiples epílegs,
una babel amb sabates
gastades, o el simple badall
d’orfandats a la boca d’un infant.
Ostatge he sigut de laboriosos
silencis i espectrals dols de finestres.
Ja de tornada, sé el meu alfabet, el
nou temps de set a la gola.
.
.
PEREGRINO DE EPÍLOGOS MÚLTIPLES
crece mi tumba de la que naceré de nuevo
déjame resucitar y ser un pájaro
Nenad Trajković
Era musgo el follaje de los días
invisibles, e irreversible la tumba
de la respiración arrugada por lo
amargo del martirio secular.
En lo profundo de la llaga la fiebre
sometida al juicio final del alma.
Desde el costado sangrante, vuelves a
las Cruzadas del corazón,
Para mí cada día es un nuevo sueño
entregado a los brazos;
de esta manera, se rehace el ciclo de
la vida que a ratos es estanque
de las más aviesas oscuridades. En la
subversión del fuego,
un pájaro hace el milagro: el
arrebato es incontenible en el viento.
Déjame ser de nuevo, el ojo y su
edén, no la funeraria, sí el nido
consagrado, la historia que sobrevive
a ese largo desvelo de aperos.
Recibe mi cuerpo ciego, después de
sobrevivir a tanto escarnio.
Déjame trasegar la miel y deshacer
los torbellinos del andrajo.
Soy un peregrino con múltiples
epílogos, una babel con zapatos
gastados, o el simple bostezo de
orfandades en la boca de un niño.
Rehén he sido de laboriosos silencios
y espectrales duelos de ventanas.
Ya de regreso, sé mi alfabeto, el
nuevo tiempo de sed en la garganta.
.
Del libro: ‘Fuego de llaves
invisibles’, 2021
©André Cruchaga
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