martes, 3 de agosto de 2021

CIRI DE LA FUGIDA FINAL │ CIRIO DE LA HUIDA FINAL

 

Imagen Pinterest


CIRI DE LA FUGIDA FINAL

 

 

Qué vacuo el caminar hacia el olvido,

hacia la ungida torre de los siglos.

Juan José Vélez Otero

 

 

Davant de la trama del desdeny d’aquesta soledat vehement d’apaties, es torna confusa la raó i només queda damunt de la taula aquesta vella porfídia de carrer inclement. Per sempre la llum desesperada en terra de la facció del somni esvaït, el colp salobre de la melangia i la dansa cap a l’oblit. Res no resta de la golfa gitada de l’enrenou, ni l’anell del sedant dels xiprers, ni l’arcada del titubeig al funeral de la nuesa. A estones fins a  caminar es torna incineració de crepuscles, o una agonia que a espai devora el llenguatge. Ara li tem al musell de ciri de la fugida final.

 

. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

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CIRIO DE LA HUIDA FINAL

 

 

Qué vacuo el caminar hacia el olvido,

hacia la ungida torre de los siglos.

Juan José Vélez Otero

 

 

Ante la trama del desdén de esta soledad vehemente de apatías, se vuelve confusa la razón y solo queda sobre la mesa, esta vieja porfía de calle inclemente. Por siempre la luz desesperada en tierra de la facción del sueño desvanecido, el golpe salobre de la melancolía y la danza hacia el olvido. Nada queda del desván acostado del bullicio, ni la sortija del sedante de los cipreses, ni la arcada del titubeo en el funeral de la desnudez. A ratos hasta caminar se torna incineración de crepúsculos, o una agonía que despacio devora el lenguaje. Ahora le temo al hocico de cirio de la huida final.

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De ‘Camino disperso’, 2021

©André Cruchaga


OCELL SEPULCRAL │ PÁJARO SEPULCRAL

 

Imagen Pinterest



OCELL  SEPULCRAL

 

 

Aúlla un perro en la calma sepulcral…

Ramón López Velarde

 

 

En el moment de les naus perdudes d’una llàgrima, ens abriguem amb la ressaca de la foscor a posteriori de la sal dissolta dels dies àvids, d’aquests estranys trofeus que un rememora en el dol, quasi com una columna immòbil d’absències. Quasibé com a pacient de rosa somnolenta, la cabellera de llum cremada als ulls, o aquest pols estèril d’un ocell sepulcral. Llançat en aquest desdeny de la fam, la brutícia exultant d’una cuneta d’infaustes ungles és l’avantsala del destí que colpeix aquestes les meues hores de confusa gebrada. Per si de cas, una fletxa s’endinsa en el badall de la tempesta.

 

. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

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PÁJARO  SEPULCRAL

 

 

Aúlla un perro en la calma sepulcral…

Ramón López Velarde

 

 

En el momento de las naves perdidas de una lágrima, nos arropamos con la resaca de la oscuridad a posteriori de la sal disuelta de los días ávidos, de esos extraños trofeos que uno rememora en el luto, casi como una columna inmóvil de ausencias. Casi como paciente de rosa somnolienta, la melena de luz quemada en los ojos, o ese pulso estéril de un pájaro sepulcral. Arrojado a ese desdén del hambre, la mugre exultante de una cuneta de aciagas uñas es la antesala del destino que golpea estas mis horas de confusa escarcha. Por si acaso, una flecha se adentra en el bostezo de la tormenta.

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De ‘Camino disperso’, 2021

©André Cruchaga


viernes, 30 de julio de 2021

VERTÍGEN DE CENDRA │ VÉRTIGO DE CENIZA

 

Obra pictórica de Richard Diebenkorn




VERTÍGEN DE CENDRA

 

 

días como éste

sin sentido reposan en ceniza

y mis sueños sonríen quedamente

deslizados por vuestros ríos secos.

Miguel Labordeta

 

 

Cada dia és un llarg camí cap a un alfabet de cascalls i ulleres d’aquests sediments que mosseguen la claredat de les finestres. Hi ha un arbre de fulles gastades com un riu sec a punt d’esdevindre cendra. En la prestatgeria de la flama dels cresols, conflueix el parrac de mocadors i aquella infància esqueixada en el sil•labeig de pols dels jocs de la vida. S’esdevenen estranys els camins diversos i el cansament, una cadira cega i el cos descalç volent ser ala definitiva. A estones, l’horitzó és tan sols eclipsi de vertígens lliscant davant dels xiscles de l’espai.

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. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

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VÉRTIGO DE CENIZA

 

 

días como éste

sin sentido reposan en ceniza

y mis sueños sonríen quedamente

deslizados por vuestros ríos secos.

Miguel Labordeta

 

 

Cada día es un largo camino hacia un alfabeto de adormideras y ojeras de esos sedimentos que muerden la claridad de las ventanas. Hay un árbol de gastadas hojas como un río seco a punto de convertirse en ceniza. En la estantería de la flama de los candiles, confluye el andrajo de pañuelos y aquella infancia agrietada en el silabeo de polvo de los juegos de la vida. Resultan extraños los caminos diversos y el cansancio, una silla ciega y el cuerpo descalzo queriendo ser ala definitiva. A ratos, el horizonte es solo eclipse de vértigos deslizándose frente a los alaridos del espacio.

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De ‘Camino disperso’, 2021

©André Cruchaga


jueves, 29 de julio de 2021

GIRAGONSES DEL PIT │ RECOVECOS DEL PECHO

 

Imagen FB de Pere Bessó



GIRAGONSES DEL PIT

 

 

Mi pecho es un laberinto, un dédalo,

y conozco perfectamente todos sus recovecos:

por él puedo caminar como de la cómoda a la cama,

hasta el día que me cieguen los ojos del alma.

Gabriel Aresti

 

 

Només hi ha un lloc sa i estalvi en aquesta terra, les giragonses de les cremades que esdevenen murs de contenció. Un pot, però, triar entre canilla i l’ombra solemne de la nit, el fangar o el besllum de les esquerdes. Al seu flux, el soroll de les pedres dels carrers, els petits ocasos que se van acumulant en gola i esquena, el coial obstinat del trànsit, i el balcó dels cementIris subterranis. En mi, el plat sec de la tristesa i els ulls de llum difusa de la llosa d’ossos que serveix de cadafal. Sovint el dilema és quan la nit cega cau damunt de les branques de l’arbre i mamprèn a ploure.

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. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

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RECOVECOS DEL PECHO

 

 

Mi pecho es un laberinto, un dédalo,

y conozco perfectamente todos sus recovecos:

por él puedo caminar como de la cómoda a la cama,

hasta el día que me cieguen los ojos del alma.

Gabriel Aresti

 

 

Solo hay un lugar a salvo en esta tierra, los recovecos de las quemaduras que se vuelven muros de contención. Uno puede, sin embargo, elegir entre jauría y la sombra solemne de la noche, la ciénaga o el trasluz de las rendijas. En su fluir, el ruido de las piedras de las calles, los pequeños ocasos que se van acumulando en garganta y espalda, el mundillo obstinado del tráfico, y el balcón de los cementerios subterráneos. En mi, el plato seco de la tristeza y los ojos de luz difusa de la losa de huesos que sirve de andamio. A menudo el dilema es cuando la noche ciega cae sobre las ramas del árbol y empieza a llover.

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De ‘Camino disperso’, 2021

©André Cruchaga