domingo, 14 de agosto de 2022

FABULACIÓ DE LES HORES│ FABULACIÓN DE LAS HORAS

 

Obra pictórica de Joan Mirío


FABULACIÓ DE LES HORES

 

 

…ahora la miseria parece que era sólo un aspecto

de nuestra felicidad.

Olvido García Valdés

 

 

Damunt de la fulla estremida de l’ombra els sorolls de la llampada davant de la finestra i aqueixos camins que fa el vent en la cara i aqueix fil de llum dels canelobres a mig pal del pabilo els racons de les setmanes tots els camins em sacsen l’alè: floreix las mort o els incendis el pati desembocat del minut el degoteig inclinat d’algun moll deixat en el confí de l’estella de les distàncies com si jugara a aqueixa caravana de l’envelliment —sovint l’esperit s’embafa de monotonies mentre cremen els bocins de la tarda i el remot es fa sinistre d’agonies allà llisquen les branques dels eucaliptus crescudes d’esbufecs de sobte només vull estar als voltants de la teua nuesa vora del melic atapeït del crit tirades entre les mans les finestres i la meua orfenesa de bosc multiplicat el temps de carrers i àmfores (supose que tot s’esclareix després de la tempesta l’unànime potser siga únicament la cremada que resta a les motxetes vívides de la brasa en aqueix somni indemne que mai no descansa en el seu horitzó.) «Tu només estimes un petit record», em digué, com si una ombra sacsejara l’altra. S’esdevé que m’abstrec en els cossets de la mort i afegesc còpules a aqueix buit que em deixen els alabastres. Som «una paraula ferida en la seua pròpia meitat…» Una paraula que pot ser un funeral enmig de la pluja degradada a salmorra.

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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït al català per PERE BESSÓ

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FABULACIÓN DE LAS HORAS

 

 

…ahora la miseria parece que era sólo un aspecto

de nuestra felicidad.

Olvido García Valdés

 

 

Sobre la hoja estremecida de la sombra los ruidos del destello frente a la ventana y esos caminos que hace el viento en la cara y ese hilo de luz de los candelabros a media asta del pabilo los rincones de las semanas todos los caminos me sacuden el aliento: florece las muerte o los incendios el patio desembocado del minuto el goteo inclinado de algún muelle dejado en el confín de la astilla de las distancias como jugando a esa caravana del envejecimiento —a menudo el espíritu se empalaga de monotonías mientras arden los pedazos de la tarde y lo remoto se hace siniestro de agonías allí se deslizan las ramas de los eucaliptos crecidas de resuellos de pronto solo quiero estar en las inmediaciones de tu desnudez junto al ombligo apretado del grito echadas entre las manos las ventanas y mi orfandad de bosque multiplicado el tiempo de calles y ánforas (supongo que todo se esclarece después de la tormenta lo unánime quizás sea únicamente la quemadura que queda en las mochetas vívidas de la brasa en ese sueño indemne que nunca descansa en su horizonte.) «Tú solo amas un pequeño recuerdo», me dijo, como zarandeando un sombra en la otra. Ocurre que me abstraigo en los corpiños de la muerte y le añado cópulas a ese hueco que me dejan los alabastros. Somos «una palabra herida en su misma mitad,…» Una palabra que puede ser un funeral en medio de la lluvia degradada a salmuera.

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Del libro: «Mi memoria se ha cansado de llover y esperarte», 2022

© André Cruchaga


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