ENTREM DE BELL NOU AL NAUFRAGI
…hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Federico García Lorca
Ara hem de parlar a l’oïda, quasibé
en silenci: la foscor
que plana té molts tentacles:
nosaltres només tenim
certesa del mal, de la hipnosi
col•lectiva i el somni permanent,
propi de somnàmbuls: després vindran,
en despertar, naufragis
de sang, i morts per l’eclipsi
col•lectiu, les histèries extraviades
com la consciència que respira a les
fosques com una fotografia de tile.
Ací sempre passa el mateix i mai no
se renuncia a l’absurd:
la raó sembla ser un muntó de fulles
seques tirades a la intempèrie,
un quadre d’Honorat de Balzac atrapat
en el temps.
I és difícil oblidar o liquar les
disfresses per a eixir del laberint.
Les mateixes boques de sempre ens
ofeguen amb les mateixes traces:
ací és abominable la pietat i
prohibida tota ruta d’escapament.
No sé si la paraula amor podrà
salvar-nos de la penúria, de l’hivern
de cadenes que s’acosta, si podrem
aprender ràpid de la fel
i de totes les parcel.les d’alegria
que ens furten.
Hi ha un idol ferotge que no
dissimula els seus plats de rebotiga.
Tampoc la seua rancúnia d’imaginari
amenaçant, ni el seu alè de pedra.
.
. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en
català per PERE BESSÓ
.
ENTRAMOS DE NUEVO AL NAUFRAGIO
…hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Federico García Lorca
Ahora tenemos que hablar al oído,
casi en silencio: la oscuridad
que se cierne tiene muchos
tentáculos: nosotros solo tenemos
certidumbre del mal, de la hipnosis
colectiva y el sueño permanente,
propio de sonámbulos: luego vendrán,
al despertar, naufragios
de sangre, y muertos por el eclipse
colectivo, las histerias extraviadas
como la conciencia que respira a
oscuras como un fotografía de tile.
Aquí siempre pasa lo mismo y nunca se
renuncia al absurdo:
la razón parece ser un montón de
hojas secas tiradas a la intemperie,
un cuadro de Honorato de Balzac
atrapado en el tiempo.
Y es difícil olvidar o licuar los
disfraces para salir del laberinto.
Las mismas bocas de siempre nos
ahogan con las mismas mañas:
aquí es abominable la piedad y
prohibida toda ruta de escape.
No sé si la palabra amor pueda
salvarnos de la penuria, del invierno
de cadenas que se avecina, si
podremos aprender rápido de la hiel
y de todas las parcelas de alegría
que nos roban.
Hay un ídolo feroz que no disimula
sus platos de trastienda.
Tampoco su encono de imaginario
amenazante, ni su aliento de piedra.
.
Del libro: ‘Fuego de llaves
invisibles’, 2021
©André Cruchaga
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