Imagen FB de Pere Bessó
ACRITUD
Oigo un río seco lleno de latas de
conserva
donde cantan las alcantarillas y arrojan las camisas llenas de sangre.
Federico García Lorca
donde cantan las alcantarillas y arrojan las camisas llenas de sangre.
Federico García Lorca
Mai no tonarares per a reparar tanta
despulla damunt de la golfa malmesa
de la camisa recruada de les clavegueres, o del rierol de sang
que desféu la tendresa. Sempre és fosc tant de record.
De vegades la nit ens ment i s’expandeix com una metàstasi.
Un sempre vol fugir de les cremades grogues de la devastació,
de l’antre replè de soledats, dels dies mansament homicides,
de les boques que xiuxiuegen interminables ganivets.
Sent la llum malferida de les asimetries, l’acritud de la saliva
i aquestes postals horribles que enterboleixen els ulls.
Camine i tracte de sobreviure entre carrers moradencs i despropòsits.
D’aquells feixucs camins sota la pluja, resta la despulla.
.
.
de la camisa recruada de les clavegueres, o del rierol de sang
que desféu la tendresa. Sempre és fosc tant de record.
De vegades la nit ens ment i s’expandeix com una metàstasi.
Un sempre vol fugir de les cremades grogues de la devastació,
de l’antre replè de soledats, dels dies mansament homicides,
de les boques que xiuxiuegen interminables ganivets.
Sent la llum malferida de les asimetries, l’acritud de la saliva
i aquestes postals horribles que enterboleixen els ulls.
Camine i tracte de sobreviure entre carrers moradencs i despropòsits.
D’aquells feixucs camins sota la pluja, resta la despulla.
.
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ACRITUD
Oigo un río seco lleno de
latas de conserva
donde cantan las alcantarillas y arrojan las camisas llenas de sangre.
Federico García Lorca
donde cantan las alcantarillas y arrojan las camisas llenas de sangre.
Federico García Lorca
Nunca volviste para reparar tanto despojo
sobre el desván maltrecho
de la camisa recrudecida de las alcantarillas, o del arroyo de sangre
que deshizo la ternura. Siempre es oscuro tanto recuerdo.
A veces la noche nos miente y se expande como una metástasis.
Uno siempre quiere huir de las quemadas amarillas de la devastación,
del antro repleto de soledades, de los días mansamente homicidas,
de las bocas que susurran interminables cuchillos.
Oigo la luz malherida de las asimetrías, la acritud de la saliva
y esas postales horribles que enturbian los ojos.
Camino y trato de sobrevivir entre amoratadas calles y despropósitos.
De aquellos torpes caminos bajo la lluvia, queda el despojo.
de la camisa recrudecida de las alcantarillas, o del arroyo de sangre
que deshizo la ternura. Siempre es oscuro tanto recuerdo.
A veces la noche nos miente y se expande como una metástasis.
Uno siempre quiere huir de las quemadas amarillas de la devastación,
del antro repleto de soledades, de los días mansamente homicidas,
de las bocas que susurran interminables cuchillos.
Oigo la luz malherida de las asimetrías, la acritud de la saliva
y esas postales horribles que enturbian los ojos.
Camino y trato de sobrevivir entre amoratadas calles y despropósitos.
De aquellos torpes caminos bajo la lluvia, queda el despojo.
Del libro: “Lejanías rotas”, 2020
©André Cruchaga
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