viernes, 13 de diciembre de 2019

FRENESIA ABISSAL

Imagen FB de Pere Bessó





FRENESIA ABISSAL




Cuando despiertas se te han borrado los recuerdos como
si ya no pudieran juntarse nunca la voz y las palabras.
Luis Rosales




Som i no som, però quantes vegades som i deixem de ser? En l’hostilitat del desordre, jau el contingut orgásmic del llenguatge. Desgarrada la llibertat, arriba el martiri inclinat sobre els cossos, les infàncies verges que ploren en els cadàvers, venen els rellotges accelerant els seus pulmons, tot el clam cambiat del paisatge, les rodes de l’anèmia en la seua monotonia corcada per les hostes de les polees de l’ebullició. —Hui, de cas, cambiem de pell, arreciem l’alambí, i mosseguem els plecs de la impaciència com sempre ocorre quan el cel es disfressa, quan l’un i l’altre s’aixopluguen amb les mateixes teranyines sense anul·lar l’essència de l’acte i la potència de la fantasia. Hem mastegat les parets del fem del migdia emparats en l’atril de les ombres junt a l’estirp viscosa dels médanos, a prop del magma dels lavaderos, oblidats del comerç, dins de la de turbiedad del planeta, a borbollons la tremolor de les paraules. Finalment, esdevé dolorós somiar amb la glòria impecable de l’alba.
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FRENESÍ ABISAL




Cuando despiertas se te han borrado los recuerdos como
si ya no pudieran juntarse nunca la voz y las palabras.
Luis Rosales




Somos y no somos, pero ¿cuántas veces somos y dejamos de ser? En la hostilidad del desorden, yace el contenido orgásmico del lenguaje. Desgarrada la libertad, viene el martirio inclinado sobre los cuerpos, las infancias vírgenes que lloran en los cadáveres, vienen los relojes acelerando sus pulmones, todo el clamor cambiado del paisaje, las ruedas de la anemia en su monotonía carcomida por las huestes de las poleas de la ebullición. —Hoy, acaso, cambiemos de piel, arreciemos el alambique, y mordamos los pliegues de la impaciencia como siempre sucede cuando el cielo se disfraza, cuando el uno y el otro se cobijan con las mismas telarañas sin anular la esencia del acto y la potencia de la fantasía. Hemos masticado las paredes del estiércol del mediodía amparados en el atril de las sombras junto a la estirpe viscosa de los médanos, cerca del magma de los lavaderos, olvidados del comercio, dentro de turbiedad del planeta, a borbollones el temblor de las palabras. Al final, resulta doloroso soñar con la gloria impecable del alba.
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Del libro: Precariedades, 2019
©André Cruchaga

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