Imagen FB de Pere Bessó
EBRIESA DE SET
¿Adónde lleva, dime, esa
escalera que sale de tus ojos
y se pierde en el aire?
¿Sabes tú que mi destino es andar?
Vicente Huidobro
y se pierde en el aire?
¿Sabes tú que mi destino es andar?
Vicente Huidobro
S’inclina l’ull a sobre la pedra de la
vesprada que es perd
en el desvari del parpelleig. No hi ha horitzó més enllà del vertigen.
Sobre les urgències remotes de l’avidesa,
hi ha un afany despietat que esguita el destí.
El camí errat no és pluja generosa, sinó nuesa inabastable,
terra mústiga, suspesa en el pit. Tempesta amuntegada.
A l’escala de cendra oferida, els teus ulls confusos,
com un peu a la vora de la sospita. Un quadern sense cal·ligrafia.
Tot just puc veure el gemec que ens respira
i el cel que crema quan camine. Veig la frontissa de set lívida.
Fuig de la veu que se m’extingeix, mentre aguaite el dol.
Fuig de l’esguard bullent que irromp als meus costats.
.
Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ
en el desvari del parpelleig. No hi ha horitzó més enllà del vertigen.
Sobre les urgències remotes de l’avidesa,
hi ha un afany despietat que esguita el destí.
El camí errat no és pluja generosa, sinó nuesa inabastable,
terra mústiga, suspesa en el pit. Tempesta amuntegada.
A l’escala de cendra oferida, els teus ulls confusos,
com un peu a la vora de la sospita. Un quadern sense cal·ligrafia.
Tot just puc veure el gemec que ens respira
i el cel que crema quan camine. Veig la frontissa de set lívida.
Fuig de la veu que se m’extingeix, mentre aguaite el dol.
Fuig de l’esguard bullent que irromp als meus costats.
.
Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ
EMBRIAGUEZ DE SED
¿Adónde lleva, dime, esa
escalera que sale de tus ojos
y se pierde en el aire?
¿Sabes tú que mi destino es andar?
Vicente Huidobro
y se pierde en el aire?
¿Sabes tú que mi destino es andar?
Vicente Huidobro
Se inclina el ojo sobre la piedra de la
tarde que se pierde
en el desvarío del parpadeo. No hay horizonte más allá del vértigo.
Sobre las urgencias remotas de la avidez,
existe un afán despiadado que salpica al destino.
El extravío no es lluvia generosa, sino desnudez inasible,
tierra mustia, suspendida en el pecho. Tempestad hacinada.
En la escalera de ceniza ofrecida, tus ojos confusos,
como un pie al borde de la sospecha. Un cuaderno sin caligrafía.
Apenas puedo ver el gemido que nos respira
y el cielo que arde cuando ando. Veo el gozne de sed amoratado.
Huyo de la voz que se me extingue, mientras avizoro el luto.
Huyo de la mirada hirviente que irrumpe en mis costados.
.
Del libro “Estación Huidobro”, 2019
en el desvarío del parpadeo. No hay horizonte más allá del vértigo.
Sobre las urgencias remotas de la avidez,
existe un afán despiadado que salpica al destino.
El extravío no es lluvia generosa, sino desnudez inasible,
tierra mustia, suspendida en el pecho. Tempestad hacinada.
En la escalera de ceniza ofrecida, tus ojos confusos,
como un pie al borde de la sospecha. Un cuaderno sin caligrafía.
Apenas puedo ver el gemido que nos respira
y el cielo que arde cuando ando. Veo el gozne de sed amoratado.
Huyo de la voz que se me extingue, mientras avizoro el luto.
Huyo de la mirada hirviente que irrumpe en mis costados.
.
Del libro “Estación Huidobro”, 2019
©André Cruchaga
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