TORRE DE BABEL
Un sentimiento de miseria me estrujó el corazón,
pero aún en medio de esos terribles sueños creía
sentirme feliz.
Jorge Cáceres
Des del núvol de mitjalluna de
l’ombra apagada del tuguri,
ve aquest nòmada galop dels litorals
i rostres perseguits
per la fúria acumulada de tanta data.
Al centre d’una espelma sobtada creix
l’extensa brevetat
d’un paladar de sorolls i cudols
balbucients, el lletreig
d’un túnel disfressat de pell, el
tangible del sopor de les exèquies,
el galop d’oblits com un bisturí
voraç de laberints.
Sobre el taló de l’ocell sacrificat,
aquella disfressa aterridora del fum
de trens fermentats als genitals cecs
i desheretats.
La torre de Babel s’amotina en la
carn dels passos oberts.
Vostè mai no viu les esquerdes
cremant les paraules ni la lepra
al costat dels braços ni el capvespre
a la boca en ple sol.
Front a l’udolament dels porus, el
tret amb moltes setmanes
de gel, les mans silenciades per una
bèstia de resquills.
Sempre és breu arribar-hi i
romandre-hi, crèixer cec i sense arrels.
Potser res no ens recorde, encara que
el seu «cos estigué davall del meu»
i hi decapitem la set i l’erm.
.
Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en
català per PERE BESSÓ.
.
.
TORRE DE BABEL
Un sentimiento de miseria me estrujó el corazón,
pero aún en medio de esos terribles sueños creía
sentirme feliz.
Jorge Cáceres
Desde la nube de medialuna de la
sombra apagada del tugurio,
viene este nómada galope de los
litorales y rostros perseguidos
por la furia acumulada de tanta
fecha.
En el centro de una vela repentina
crece la extensa brevedad
de un paladar de ruidos y guijarros
balbucientes, el deletreo
de un túnel disfrazado de piel, lo
tangible del sopor de las exequias,
el galope de olvidos como un bisturí
voraz de laberintos.
Sobre el talón del pájaro
sacrificado, aquel disfraz aterrador del humo
de trenes fermentados en los
genitales ciegos y desheredados.
La torres de Babel se amotina en la
carne de los pasos abiertos.
Usted nunca vio las grietas quemando
las palabras ni la lepra
al lado de los brazos ni el anochecer
en la boca en pleno sol.
Frente al alarido de los poros, el
disparo con muchas semanas
de hielo, las manos silenciadas por
una bestia de esquirlas.
Siempre es breve llegar y quedarse,
crecer ciego y sin raíces.
Quizás nada nos recuerde, aunque su
«cuerpo estuvo debajo del mío»
y en él decapitamos la sed y el
erial.
.
Del libro: «Mi memoria se ha cansado
de llover y esperarte», 2022
© André Cruchaga
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