Imagen FB de Pere Bessó
I
ALS MEUS ULLS L’ENCENSER DE SANG
Lo que me persigue día y noche
no son los demonios
sino la muerte más vulgar: la mía.
Werner Asperström
no son los demonios
sino la muerte más vulgar: la mía.
Werner Asperström
I als meus ulls l’encenser de sang els
gronxadors insostenibles
del sospir la fam del país en la boca d’un nen
L’amor a vegades és aquest fatalisme que ens dóna l’Esperança
sense cap altre argument: un fa servir compreses d’aigua freda
davant el colp de paret en l’ànima: la roba se’ns perd al llit
i així hem de vetlar les absències i mudar la vida nacional
a d’altres parts on no ens seduesquen els cementiris
i la por no es fique en les nostres venes com una gota d’insomni
Cada dia un prova la mort com la roba que es compra
en una boutique o en aquests llocs on la mort no necessita
roba ni brúixola sinó fusta
I és clar mai no és fàcil tornar al niu excepte als records
que mai no muden sinó que ens ofeguen com una llegenda de terror.
.
Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ
del sospir la fam del país en la boca d’un nen
L’amor a vegades és aquest fatalisme que ens dóna l’Esperança
sense cap altre argument: un fa servir compreses d’aigua freda
davant el colp de paret en l’ànima: la roba se’ns perd al llit
i així hem de vetlar les absències i mudar la vida nacional
a d’altres parts on no ens seduesquen els cementiris
i la por no es fique en les nostres venes com una gota d’insomni
Cada dia un prova la mort com la roba que es compra
en una boutique o en aquests llocs on la mort no necessita
roba ni brúixola sinó fusta
I és clar mai no és fàcil tornar al niu excepte als records
que mai no muden sinó que ens ofeguen com una llegenda de terror.
.
Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ
Y EN MIS OJOS EL INCENSARIO DE SANGRE
Lo que me persigue día y noche
no son los demonios
sino la muerte más vulgar: la mía.
Werner Asperström
no son los demonios
sino la muerte más vulgar: la mía.
Werner Asperström
Y en mis ojos el incensario de sangre los
columpios insostenibles
del suspiro el hambre del país en la boca de un niño
El amor a veces es ese fatalismo que nos da la Esperanza
sin mayores argumentos: uno usa compresas de agua fría
ante el golpe de pared en el alma: la ropa se nos pierde en la cama
y así tenemos que velar las ausencias y mudar la vida nacional
a otras partes donde no nos seduzcan los cementerios
ni el miedo se meta en nuestras venas como una gota de insomnio
Cada día uno prueba la muerte como la ropa que se compra
en una boutique o en esos lugares donde la muerte no necesita
ropa ni brújula sino madera
Y claro nunca es fácil regresar al nido salvo a los recuerdos
que nunca mudan sino que nos ahogan como una leyenda de terror.
.
Del libro: Metáfora del desequilibrio”, 2019
del suspiro el hambre del país en la boca de un niño
El amor a veces es ese fatalismo que nos da la Esperanza
sin mayores argumentos: uno usa compresas de agua fría
ante el golpe de pared en el alma: la ropa se nos pierde en la cama
y así tenemos que velar las ausencias y mudar la vida nacional
a otras partes donde no nos seduzcan los cementerios
ni el miedo se meta en nuestras venas como una gota de insomnio
Cada día uno prueba la muerte como la ropa que se compra
en una boutique o en esos lugares donde la muerte no necesita
ropa ni brújula sino madera
Y claro nunca es fácil regresar al nido salvo a los recuerdos
que nunca mudan sino que nos ahogan como una leyenda de terror.
.
Del libro: Metáfora del desequilibrio”, 2019
©André Cruchaga
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