Imagen FB de Pere Bessó
LLUNYANIES PRESENTS
Algo se ha quedado
Sobre las más tibias lejanías
Vicente Huidobro
Sobre las más tibias lejanías
Vicente Huidobro
Darrere de la finestra, aquell alé de
sofert silenci
de les llunyanies capitulades.
Damunt de les molles de les setmanes, els vells queixals de l’enrojolament,
mentre les ungles descusen ese infinit infatigable.
A ver dir, alguna cosa resta de la pluja, del forat a l’engonal,
de la set i els dies mutilats;
la brutícia ens perd amb el seu mentó fosc,
bruts colps de cadàver s’aprimen en els ulls a l’hora de llegir
la boca i certs noms, al costat del cos.
No sé si encara guarden la tebiesa les nostres mans,
després de beure confuses pocions.
Ningú no gosa rentar les culpes, ni l’asfíxia plural del tedi,
Ni llevar les taques de les flassades,
ni caminar per senderes que s’esfumen.
Ací, a fora, les lletanies del temps toquen els draps del sanglot.
En el rostre creixen ombres de certesa.
.
Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català
de les llunyanies capitulades.
Damunt de les molles de les setmanes, els vells queixals de l’enrojolament,
mentre les ungles descusen ese infinit infatigable.
A ver dir, alguna cosa resta de la pluja, del forat a l’engonal,
de la set i els dies mutilats;
la brutícia ens perd amb el seu mentó fosc,
bruts colps de cadàver s’aprimen en els ulls a l’hora de llegir
la boca i certs noms, al costat del cos.
No sé si encara guarden la tebiesa les nostres mans,
després de beure confuses pocions.
Ningú no gosa rentar les culpes, ni l’asfíxia plural del tedi,
Ni llevar les taques de les flassades,
ni caminar per senderes que s’esfumen.
Ací, a fora, les lletanies del temps toquen els draps del sanglot.
En el rostre creixen ombres de certesa.
.
Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català
LEJANÍAS PRESENTES
Algo se ha quedado
Sobre las más tibias lejanías
Vicente Huidobro
Sobre las más tibias lejanías
Vicente Huidobro
Detrás de la ventana, aquel aliento de
sufrido silencio
de las lejanías capituladas.
Sobre las migas de las semanas, las viejas mochetas del sonrojo,
mientras las uñas descosen ese infinito infatigable.
A decir verdad, algo queda de la lluvia, del agujero en la ingle,
de la sed y los días mutilados;
la mugre nos pierde con su mentón oscuro,
sucios golpes de cadáver se adelgazan en los ojos a la hora de leer
la boca y ciertos nombres, en el costado del cuerpo.
No sé si todavía guardan la tibieza nuestras manos,
después de beber confusas pócimas.
Nadie se atreve a lavar las culpas, ni la asfixia plural del tedio,
ni quitar los lamparones de las cobijas,
ni a caminar por senderos que se esfuman.
Ahí, afuera, las letanías del tiempo tocan los trapos del sollozo.
En el rostro crecen sombras de certidumbre.
.
Del libro “Estación Huidobro”, 2019
de las lejanías capituladas.
Sobre las migas de las semanas, las viejas mochetas del sonrojo,
mientras las uñas descosen ese infinito infatigable.
A decir verdad, algo queda de la lluvia, del agujero en la ingle,
de la sed y los días mutilados;
la mugre nos pierde con su mentón oscuro,
sucios golpes de cadáver se adelgazan en los ojos a la hora de leer
la boca y ciertos nombres, en el costado del cuerpo.
No sé si todavía guardan la tibieza nuestras manos,
después de beber confusas pócimas.
Nadie se atreve a lavar las culpas, ni la asfixia plural del tedio,
ni quitar los lamparones de las cobijas,
ni a caminar por senderos que se esfuman.
Ahí, afuera, las letanías del tiempo tocan los trapos del sollozo.
En el rostro crecen sombras de certidumbre.
.
Del libro “Estación Huidobro”, 2019
©André Cruchaga
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