Pere Bessó, poeta y traductor español
CEREMONIA EN EL ASFALTO A DESHORAS
COMENTARIO Y TRADUCCIÓN AL CATLÁN POR PERE BESSÓ
Para gustos, colores. Así se expresa por acá, querido André, la diversidad y contrariedad de opiniones, incluyendo las extravagantes. Y no te falta razón al afirmar, con los primeros versos a tu favor, que la poesía no sólo se conforman de palabras, pero tampoco de jadeos. La poesía, pues, va más allá del lineamiento de la retórica o de la sucesión de suspiros. Es más, mucho más, aunque haya quien se resbale por las celestías borrascosas del ideal maltratado y quien confunda la delicadeza del fru-frú de un encaje de seda con el tacto sobranejo de eso que tú llamas pantimedias, jajaja, de tavernas de putiferio. Y es que para esa confusión en los términos es aconsejable recordarles a esos vecinos del poetaje que ya hace tiempo Baudelaire lo dejó claro. Aún debe de quedar más de uno que sin haberse bañado en el viejo Mediterráneo descubra spleen e idéel al primer trago o a la primera nube. Subidones de tobogán o descensos de semisótanos domésticos. Y ya puestos, tampoco sería de extrañar que los altos vuelos de inspiración encumbradora queden en mero revoloteo de moscardones que ni siquiera vayan a la zaga de las pústulas quevedescas. Ronchas al cabo menesterosas para el escozor de verdadero poeta. Algún desplantado en copa de árbol hay siempre girando sobre sí mismo y garabateando letrillas, tal como señalas en tu epígrafe introductorio y revelador, que ya es triste. Y es que, además, llevas a reflexionar desde el 'vagar extremo', más allá de la mera divagación pues conviertes la extravagancia en objeto del poema a fuer de oficio de poeta. Como bien dices, desde el humor, cosas de la ternura y el escalofrío -espasmos y orgasmos, ay- mal aprehendidas y peor saboreadas. Y es que volvemos al oficio, querido amigo, sí, cuando 'el poema es un abismo de noches estériles'. Un cuando que supone cierta entrada existencial del pesimismo -o actitud resistencial recurrente- que sabe ('saber es desvelar') que todo poema de alcance se dirime, más allá de experimentos con gaseosa, entre la válvula de escape y la caja de Pandora.
Jueves, 21 Abril 2011, Mislata
Pere Bessó
EXTRAVAGÀNCIA /EXTRAVAGANCIA
strange thing happened in my mind
All your words turned to scribble
By the time I recognize…
THE PANICS
La poesia no viu només de paraules, ni el poema es fa tan sols
de panteixos. És clar que hi haurà algú que s'escole pel tobogan
invisible de l'aire, amb el rebuf d'un senzill joc de paraules.
Vivim temps de borinots multiplicats,
possiblement hui siguen més obscurs els colors: les randes
negres, retorçats del present,
les absències que provoquen cataclismes, enllà del fil
dels dards, la pantimìtja amb flocadures de taverna barata,
la muda de pell dibuixada a la butxaca,
les parets amb la tendresa al revés, —els dies firats en una platja
nudista amb anticipats escalfreds de cansament.
M'olora malament la instauració d'un altre regne que no siga el de la justícia,
bavegen els jardins dels deu manaments,
qualsevol traïció que equivalga al suïcidi, la xixina de la carn
sense menta, la manca de mostassa i maonesa en els hot dogs,
el desarrelament que a força del mateix s'ha tornat sarcasme.
He dormit sovint amb un toll als ulls: a imatge
i semblança de la foscor, en la finestra amb un nus de núvols,
a voltes somrient al peu dels morts.
A voltes el poema és un abisme de nits estèrils. Sovint
és la fusta escabellada de les fusteries, —aqueixa prolongació
del melic feta pedra,
dona de vímet en la melòdica virtual dels espasmes;
destral com crit en el joc passional de carn, a la vorera fúnebre
de les voravies, —ací cava el País, el seu mateix espurneig, aleatòria
dialèctica dels orgasmes,
en la llàntia ferida del fullatge.
M'avorrí de ser ninot de l'exabrupte: el fil tallà l'inexistent;
d'ara endavant, no crec en l'escalfred de la lluna plena,
ni en la càmara oculta de la complicitat, ni en les aigües del latifundi,
ni en el crit oferit per la nuesa.
No crec en l'oferiment de les promeses, (ja tinguí massa esclafits
de mort, pàlpits desfets al primer bulliment: ja fiu cimbell
en la vespra de les pàgines no escrites, en les pàgines borroses
de la memòria, en la quàntica del llibre del dubte.)
és clar que hi ha unes altres extravagàncies que masteguen les dents:
la duplicitat de cambres, l'altre passamuntanyes de l'obliqüitat,
la vàlvula d'escap de la pluralitat,
el tub de l'experiment convertit en caixa de Pandora.
Així doncs, res no m'estranya quan es juga als estratagemes:
el País és així, lunàtic, visceral, còmplice en la golfa del mocador,
dimoni de la bufada, gangrena del passatemps;
És clar que ja no em fie dels seus ganivets arrecerats,
ni del pas doble del panteix, en el moment de la fecundació.
És clar, tampoc no em fie ja de cap cerimònia:
totes taquen l'asfalt de la deshora…
Baratària, abril de 2011
EXTRAVAGANCIA
strange thing happened in my mind
All your words turned to scribble
By the time I recognize…
THE PANICS
La poesía no vive sólo de palabras, ni el poema se hace únicamente
con jadeos. Desde luego, habrá alguien que se deslice en el tobogán
invisible del aire, con el desplante de un simple juego de palabras.
Vivimos tiempos de multiplicados moscardones,
posiblemente hoy sean más oscuros los colores: los encajes
negros, retorcidos del presente,
las ausencias que provocan cataclismos, más allá del filo
de los dardos, la pantimedia con flecos de taberna barata,
el cambio de piel dibujado en el bolsillo,
las paredes con la ternura al revés, —los días feriados en una playa
nudista con anticipados escalofríos de cansancio.
Me huele mal la instauración de otro reino que no sea el de la justicia,
babean los jardines de los diez mandamientos,
cualquier traición que equivalga al suicidio, el picadillo de la carne
sin hierbabuena, la falta de mostaza y mayonesa en los hot dogs,
el desarraigo que a fuerza de tal se ha vuelto sarcasmo.
He dormido a menudo con un charco en los ojos: a imagen
y semejanza de la oscuridad, en la ventana con un nudo de nubes,
a veces sonriendo al pie de los muertos.
A veces el poema es un abismo de estériles noches. A menudo
es la madera desgreñada de las carpinterías, —esa prolongación
del ombligo convertida en piedra,
mujer de mimbre en la melódica virtual de los espasmos;
hacha como grito en el juego pasional de carne, al borde fúnebre
de las aceras, —aquí cava el País, su propio centelleo, aleatoria
dialéctica de los orgasmos,
en la lámpara herida del follaje.
Me aburrí de ser monigote del exabrupto: el filo cortó lo inexistente;
en adelante, no creo en el escalofrío de la luna llena,
ni en la cámara oculta de la complicidad, ni en las aguas del latifundio,
ni en el grito ofrecido por la desnudez.
No creo en el ofrecimiento de las promesas, (ya tuve sobrados estallidos
de muerte, pálpitos deshechos al primer hervor: ya fui señuelo
en la víspera de las páginas no escritas, en las páginas borrosas
de la memoria, en la cuántica del libro de la duda.)
por supuesto hay otras extravagancias que mastican los dientes:
la duplicidad de habitaciones, el otro pasamontañas de la oblicuidad,
la válvula de escape de la pluralidad,
el tubo del experimento convertido en caja de Pandora.
Desde luego, nada me extraña cuando se juega a los estratagemas:
el País es así, lunático, visceral, cómplice en el desván del pañuelo,
demonio del soplo, gangrena del pasatiempo;
por supuesto ya no me fío de sus anidados cuchillos,
ni del paso doble del jadeo, en el momento de la fecundación.
Por supuesto, tampoco me fío ya, de ninguna ceremonia:
todas manchan el asfalto de la deshora…
Barataria, abril de 2011
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