TOTA LA FUGA
BOLCADA AL PIT
Como si revivieras tus fugas
entre la bruma matinal al encuentro de la rebelión tan querida, que supo
socorrerte y alzarte mejor que cualquier ternura.
René Char
Damunt de la terra bolcada al pit, ressuscitem els horitzons
de la infància, i palpem la rosada de les velles epístoles del vent.
Fins ací, tot és remot, quasi com una fugida eixida de la boira.
Alguna vegada les màscares deixaran de ser objectes recurrents de
barbàrie,
O només una ganyota dels autorreflexos,
o rebel•lió contra la tendresa en dies de vilesa i paisatges cecs.
O potser uns altres ulls de xiprers en el fred de la nuesa de boques
amargues al peu de bugaderies de súpliques i selves.
Després de tot, suposen un mur necessari de retrets, fusió
de ferides per amagar certa successió de pors o la tendresa
que sovint s’esdevé intocable: en un territori de danses macabres,
cadascú li dansa al destí amb humits deliris de febre.
Davant de la pàgina cremada del somriure, la rebel•lió de set recorre
la sang com tots els mesos escrits en la memòria de l’univers.
Feta la fugida, ens queda el record, o la pluja remota de l’oblit.
.
. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ
.
TODA LA FUGA
VOLCADA EN EL PECHO
Como si revivieras tus fugas
entre la bruma matinal al encuentro de la rebelión tan querida, que supo
socorrerte y alzarte mejor que cualquier ternura.
René Char
Sobre la tierra volcada en el pecho, resucitamos los horizontes
de la infancia, y palpamos el rocío de las viejas epístolas del viento.
Hasta aquí, todo es remoto, casi como una fuga salida de la niebla.
Alguna vez las máscaras dejarán de ser objetos recurrentes de barbarie,
o solo una mueca de los autorreflejos,
o rebelión contra la ternura en días de vileza y paisajes ciegos.
o quizás otros ojos de cipreses en el frío de la desnudez de bocas
amargas al pie de lavanderías de súplicas y selvas.
Después de todo, suponen un muro necesario de reproches, fusión
de heridas para ocultar cierta sucesión de temores o la ternura
que a menudo resulta intocable: en un territorio de danzas macabras,
cada quien le danza al destino con húmedos delirios de fiebre.
Ante la página quemada de la sonrisa, la rebelión de sed recorre
la sangre como todos los meses escritos en la memoria del universo.
Hecha la huida, nos queda el recuerdo, o la lluvia remota del olvido.
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Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021
©André Cruchaga
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