Imagen FB de Pere Bessó
MURMURI DE L’OMBRA
Nada está sujeto a los
ojos para siempre
Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo
Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna.
Vicente Huidobro
Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo
Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna.
Vicente Huidobro
Calle davant de
l’efímer del xàfec. Davant del murmuri de l’aigua corcada i la seua templa de
recer efímer. A l’espill no hi ha llegendes, sinó efímeres ombres que es beuen
al pouet d’una caverna incerta. Uns ulls que solfegen les al·lucinacions. O
ritus que sufoquen les immutacions. “Entre els núvols mullats de les meues
llàgrimes”, va la veu de la meua ombra deplorable. Destorba el cos després de
sentir-se negror; ací, ens despullem de tot el que s’esdevé, ens desvestim,
discretament per no alçar sospites. De qualsevol manera escandalitzem els ecos
dels matins i posterguem la cendra: a la mà del braser, cap perennitat no és
infal·lible.
Poema d’ANDRÉ
CRUCHAGA traduïr en català per PERE BESSÓ
MURMULLO DE LA SOMBRA
Nada está sujeto a
los ojos para siempre
Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo
Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna.
Vicente Huidobro
Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo
Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna.
Vicente Huidobro
Callo ante lo
efímero del aguacero. Ante el murmullo del agua carcomida y su sien de cobija
efímera. En el espejo no hay leyendas, sino efímeras sombras que se beben en el
pocillo de una caverna incierta. Unos ojos que solfean las alucinaciones. O
ritos que sofocan las inmutaciones. “Entre las nubes mojadas de mis lágrimas”,
va la voz de mi sombra deplorable. Estorba el cuerpo después de sentirse
negrura; aquí, nos despojamos de todo lo que sucede, nos desvestimos, con
discreción para no levantar sospechas. De cualquier manera escandalizamos los
ecos de las mañanas y postergamos la ceniza: en la mano del brasero, ninguna
perennidad es infalible.
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Del libro “Estación Huidobro”, 2019
Del libro “Estación Huidobro”, 2019
©André Cruchaga
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