CORC INNAVEGABLE / CARCOMA INNAVEGABLE, COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ
Eso es, querido André, al menos nos queda un mismo cielo –amante y amada, o el yo desdoblado- que hunde las más profundas raíces en el seno o umbral de nosotros mismos. Eso ya lo dijo de otro modo, pero por ahí andaba César Vallejo. Y tienes no poca razón: el mediocre no puede aceptar el fulgor ajeno. Demasiado a menudo el mediocre no es mediocritas aureas sino mezquino. Como el trapisonda que no llega a gozque de visita dominguera.
Me gusta tu poema a dos voces, en realidad una con desdoble aparente. Y me gusta cómo acudes a la metáfora clásica de la carcoma para describir la jauría de la noche. Como me gusta sobremanera tu particular homenaje al maestro Canales. Uno de los poetas de la Generación de Medio Siglo más interesantes de las sucesivas hornadas andaluzas. Y si el amigo Canales encontró su abadía de Port-Royal como un jansenista de la poesía, el André Cruchaga no le va a la zaga desde su particular ermita oculta que sólo resplandece en la vigilia iluminada de los grandes.
Un poeta capaz de encender su boca con la fuerza seminal de los flujos más íntimos y hospitalarios es un poeta mayor, asciende y desciende el haz y envés de la luz primera:
--Déjame cantar
Sobre la palmera del pubis y enharinar el terciopelo de la luna.
Un jilguero selenita o un cuco travieso que sabe conjugar la voz del trovador, la qasida andalusí y la virtud de las telas simbolistas en el justo centro. De ahí la raíz más enrevesada de la lírica en el amigo poeta que sabe pocear, como un buen blues, en las muddy waters de peces más sabrosos.
Lo diré una vez más: disfruto con y de tu poesía.
A veces, duende, a veces trasgo, a veces genio.
Pere Bessó
CORC INNAVEGABLE
Cuando en el río de soledad que, a veces, nos recorre,
un álveo seco, piedras
con huella de lavados imposibles,…
ALFONSO CANALES
El corc de la nit té cambres fosques. Dents hostils
Per a morir lentament en la panaderia de les paraules.
Encara no s’ha cansat l’enveja de la seua desventura: Mossega
Trens en el seu amarg aprenentatge. Passa que al treball
El nomenen sort,
I al corc pa diví. A l’oci, desventura; a les portes, falsos
Murs. Costa entendre els éssers derrotats per la mediocritat.
Viuen en el rectangle del sofriment.
Dessagnen les seues vèrtebres i les seues genives. El temps no els abasta
Per a doldre’s i culpar uns altres dels seus mals.
(Tu i jo sabem d’aquestes nits de cendra que pillardegen
Les temples damunt de la polseguera de les ones, d’un mar glacial
De sentiments recorregut per alacrans innecessaris. Sé que ens
Colpegen el somni, però en bescanvi, nosaltres sí sabem el rumb
De les nostres sabates, les escoles d’estàtues que ens envolten,
L’anilina de gos que llepa els turmells, els ulls cansats que cauen
Damunt de nosaltres sense transparència.
Sabem que cantem i volem. Sabem el lloc precís
Destinat als bornis, l’escarabat d’escuma enganyosa damunt de
La taula, la puntuació inexacta dels incestos.
Hem hagut d’aprendre a caminar amb la butxaca plena d’espines,
Nadar en la piscina de l’enveja, menjar entre l’alumini
De les boques falses, descobrir els lingots de metzina
En el calendari. Hem sigut pacients davant l’asserradura de l’odi;
Sota el fum hem sigut abatuts.
Ja volgueren tindre la felicitat nostra, tindre també el nostre odi.
Però ni això els donem. Els deixem els carrers perquè hi cremen
Com éssers somnàmbuls, les voravies, els aliments.
Tant de bo aprenguen a mastegar allò necessari. Tant de bo un dia els abaste
La felicitat. Tant de bo un dia, almenys muiren amb elegància,
I no dediquen les seues dents a la ignomínia.
Tu i jo, que ho sabem, donem-los síl•labes de sucre perquè les seues vides
Siguen menys fosques, menys virulentes, menys inexactes.
Donem-los tasses de llampecs cristal•lins, rosada amb mel
I fins i tot una porga perquè llaven els seus budells. Donem-los tancs
D’oxígen; no poden respirar a soles, necessiten de la nostra
Ombra. Els dol la nostra felicitat. Els dol la nostra fosforescència.
Deixem-los que s’escorren pertorbats pels seus somnis maniqueus.
Tal vegada un dia troben la seua mateixa felicitat i masteguen formigues
D’un altre planeta, d’uns altres matolls amb lluernes.)
Nosaltres, gaudim de l’amor que ens tenim. Gaudim-nos
Cada dia en els kilómetres de llum que tenim. Nosaltres mosseguem
La boca blava dels porus, la boca de la rosada: —Deixa’m cantar
Damunt de la palmera del pubis i enfarinar el vellut de la lluna.
Deixem que els nostres enemics cremen en el seu mateix foc; nosaltres
Al capdavall, tenim el nostre mateix cel amb arrels pregones.
Baratària, 23.XI.2010
CARCOMA INNAVEGABLE
Cuando en el río de soledad que, a veces, nos recorre,
un álveo seco, piedras
con huella de lavados imposibles,…
ALFONSO CANALES
La carcoma de la noche tiene cuartos oscuros. Dientes hostiles
Para morir lentamente en la panadería de las palabras.
Todavía no se ha cansado la envidia de su desventura: Muerde
Trenes en su amargo aprendizaje. Resulta que al trabajo
Se le llama suerte,
Y a la carcoma pan divino. Al ocio, desventura; a las puertas, falsos
Muros. Cuesta entender a los seres derrotados por la mediocridad.
Viven en el rectángulo del sufrimiento.
Desangran sus vértebras y sus encías. El tiempo no les alcanza
Para dolerse y culpar a otros de sus males.
(Vos y yo sabemos de estas noches de ceniza que merodean
Las sienes sobre la polvareda de las olas, de un mar glacial
De sentimientos recorrido por escorpiones innecesarios. Sé que nos
Golpean el sueño, pero a cambio, nosotros sí sabemos el rumbo
De nuestros zapatos, las escuelas de estatuas que nos rodean,
La anilina de perro que lame los tobillos, los fatigados ojos que caen
Sobre nosotros sin transparencia.
Sabemos que cantamos y volamos. Sabemos el lugar preciso
Destinado a los tuertos, el escarabajo de espuma engañosa sobre
La mesa, la puntuación inexacta de los incestos.
Hemos tenido que aprender a caminar con el bolsillo lleno de espinas,
Nadar en la piscina de la envidia, comer entre el aluminio
De las bocas falsas, descubrir los lingotes de ponzoña
En el calendario. Hemos sido pacientes ante el aserrín del odio;
Bajo el humo hemos sido abatidos.
Ya quisieran tener la felicidad nuestra, tener también nuestro odio.
Pero ni eso les damos. Les dejamos las calles para que ardan en ellas
Como seres sonámbulos, las aceras, los alimentos.
Ojalá aprendan a masticar lo necesario. Ojalá un día los alcance
La felicidad. Ojalá un día, al menos mueran con elegancia,
Y no dediquen sus dientes a la ignominia.
Vos y yo, que lo sabemos, démosles sílabas de azúcar para que sus vidas
Sean menos hoscas, menos virulentas, menos inexactas.
Démosles tazas de relámpagos cristalinos, rocío con miel
Y hasta una purga para que laven sus intestinos. Démosles tanques
De oxígeno; no pueden respirar por sí solos, necesitan de nuestra
Sombra. Les duele nuestra felicidad. Les duele nuestra fosforescencia.
Dejémoslos que fluyan perturbados por sus sueños maniqueos.
Tal vez un día encuentren su propia felicidad y mastiquen hormigas
De otro planeta, de otros matorrales con luciérnagas.)
Nosotros, gocémonos con el amor que nos tenemos. Gocémonos
Cada día en los kilómetros de luz que tenemos. Nosotros mordamos
La boca azul de los poros, la boca del rocío: —Déjame cantar
Sobre la palmera del pubis y enharinar el terciopelo de la luna.
Dejemos que nuestros enemigos ardan en su propio fuego; nosotros
Al fin y al cabo, tenemos nuestro propio cielo con raíces profundas.
Barataria, 23.XI.2010
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