viernes, 8 de enero de 2016

QUADERN INCOMPLET

Imagen cogida del FB de Pere Bessó




QUADERN INCOMPLET




Des de dins hi ha necessitat d’esborrar la tinta suïcida dels pensaments.
S’ha d’aspirar a escurar la plaga de segles d’infern, per a tornar
a la llum la seua lliçó de diàleg. (Ara només ens proposem disoldre la boira, 
abans que no siga massa tard per a tornar a l’escàs món que tenim junts.
Res no ens anticipa el camí des de l’interior de les sabates, ni des de l’ull
del somni inacabat, ni des del cresol que em sosté.)

Onsevulga que caminem hi ha eixams de fulles i ensopiments absoluts.
En cada fotja crema el capell de les lluernes i el rústic batec 
de les cremades; en la lluna de cendra del brufol, la dent del rellotge desxifra
els trens de batalla de l’ebriesa.
Maduren potser els trens entre les mans? Plou en el molí del quadern
tot el foc i tot l’agrest del pit? —En l’ull de la tinta no hi ha absoluts, ni un altre espill que no siga el del destemps i la seua transitorietat.
Al nostre rostre, —testimonis efímers de l’infinit—, passen els somnis 
com una set: el seu riu es dreça contra la llengua que imposen els catàlegs.
Davall del foc, sempre resten porcions fosques.
De vegades em negue a la mudesa dels nus del calendari.
Em queda, per si de cas, l’altra banda de la pàgina: aquesta porció de paraules resignades als assetjaments de la consciència. La paraula només cega del gos,
el beuratge de les ombres fins al darrer dia. La branca de l’aire en la pissarra
líquida dels pescadors: així continuem sense ser supernumeraris…


Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ







CUADERNO INCOMPLETO




Desde dentro hay necesidad de borrar la tinta suicida de los pensamientos.
Uno debe aspirar a limpiar la llaga de siglos de infierno, para devolverle
a la luz su lección de diálogo. (Ahora solo nos proponemos disolver la niebla, 
antes que sea demasiado tarde para volver al poco mundo que tenemos juntos.
Nada nos anticipa el camino desde el interior de los zapatos, ni desde el ojo
del sueño inacabado, ni desde el candil que me sostiene.)

Dondequiera que caminemos existen enjambres de hojas y modorras absolutas.
En cada foja arde el sombrero de las luciérnagas y el rústico pálpito 
de las quemaduras; en la luna de ceniza del búho, el diente del reloj descifra
los trenes de batalla de la ebriedad.
¿Maduran acaso los trenes entre las manos? ¿Llueve en el molino del cuaderno
todo el fuego y todo lo agreste del pecho? —En el ojo de la tinta no existen absolutos, ni otro espejo que no sea el del destiempo y su transitoriedad.
Sobre nuestro rostro, —testigos efímeros del infinito—, pasan los sueños 
como una sed: su río se yergue contra la lengua que imponen los catálogos.
Debajo del fuego, siempre quedan porciones oscuras.
A veces me rehúso a la mudez de los nudos del calendario.
Me queda, por si acaso, el otro lado de la página: esa porción de palabras resignadas a los asedios de la conciencia. La palabra solamente ciega del perro,
el brebaje de las sombras hasta el último día. La rama del aire en la pizarra
líquida de los pescadores: así continuamos sin ser supernumerarios…
Barataria, 2016

martes, 5 de enero de 2016

LA INFINITA ZONA DEL LENGUAJE DENTRO DE LA LEJANÍA

Daniel Montoly, poeta




LA INFINITA ZONA DEL LENGUAJE
DENTRO DE LA LEJANÍA



Daniel Montoly



El salvadoreño, André Cruchaga (Chalatenando, El Salvador 1957) es una de las voces más sobresalientes dentro de la poesía contemporánea hispanoamericana, como demuestra los distintos poemarios que ha puesto en manos de los lectores pero Cruchaga , cuya obra poética figura traducida ya a varios idiomas, como son: el vasco, el francés, el rumano, el catalán y el inglés, viene a reforzar  más la fuerte e ininterrumpida tradición poética centroamericana como corrobora Lejanía, obra bilingüe español-inglés. En este libro, el poeta recorre, encuentra, forma y define su inquietud ante una nueva realidad personal, que durante tanto tiempo ha permutado en la psiquis de quienes cultivan el género poético. En Lejanía, el poeta desconstruye lo que observa definiendo la aprehensión filosófica del ser en relación con la distancia que surge dentro aislamiento propio del contexto urbano asegurando lo siguiente: /Pertenezco a esos brazos que consagraron mi existencia./ Este verso define la vulnerabilidad del ser humano en la posmodernidad, definiéndose como un ente para él cual el presente resulta ser irrelevante por la incomunicación interpersonal de las relaciones. En otra línea el poeta vuelve a recalcar sobre la problemática humana  en su condición del ser posmoderno, atormentado por encontrar sentido a los fenómenos que demandan de su atención y que de no ser por la herramienta del lenguaje quedarían sin respuesta cuando en un arrebato lírico artaudniano canta: / Cerca de mí sólo existe el infinito y los kilómetros de ahogo de mi locura./

En otro poema Cruchaga introduce el dedo dentro de la hondura de la herida al expresar: /Vos en el instante preciso del firmamento con toda la madera del invierno./ Resulta significativo que el poeta represente en este verso la angustia que simbolizada por el invierno trasluce el estado de orfandad ante la ausencia del amor que mantuvo el fuego de la vida ardiendo. / Las calles siempre tienen la tentación de hablarme: existen./ Su realismo es conmovedor hasta el punto de sacarme las vísceras./ Este verso es una aseveración resoluta y determinante en la cual el sujeto que observa se encuentra definido por lo que observa. Notemos que ante la ausencia de un interlocutor válido, capaz de hacer recíproco la emoción de la voz ya que el poeta no describe un panorama en donde el otro, ese marco de referencia de toda comunicación  no existe. Lejanía, como el título implica significa la percepción fugaz del ser humano por recrear otra realidad mediata, retenerla y en el proceso, sobreponerse a su mortalidad.

Eta obra poética, es un baúl de sorpresas por los giros neo-surrealistas, imágenes cautivantes y el desborde lirico-filosófico con que André Cruchaga enfrenta el hecho cognoscitivo que desde el origen del hombre ha estado en el centro de todas sus preocupaciones. Admiro la destreza de Cruchaga para  entregarse para jugar con las contradicciones que existen al interior de las cosas y su forma, y la limitación humana de percibirlas como ponen de manifiesto estos versos suyos que a continuación reproduzco: /Es un juego de antojo la piedra en el zapato./ Todas  las calles amarillas donde juega el grito para oírse, la erección alrededor de los jardines./ Como vemos este uno de los giros neo-surrealistas de Cruchaga que demuestra que el ser se siente siendo definido por el tiempo y no por la empatía humana, sólo así puede éste volcarse a descubrir el potencial del lenguaje como instrumento o herramienta para hacer del otro como se percibe en el verso a continuación: / Siempre es así la tinta invertebrada del lenguaje: no importa cuántas sombras se mastiquen en la vagina del jardín./

Lejanía es para el lector, una definición individual que dentro del tiempo enfatiza sobre el rol importante que la comunicación humana está a desempeñar en el discurso posmoderno del siglo XXI porque como expresara un famoso filósofo: “El ser es la definición de su tiempo.”  Algo corroborado por la poética de André Cruchaga en este poemario con este maravilloso verso: / Cada día cavamos nuestra fosa junto a la inhospitalidad de los relojes./ Nunca antes fue más visible, la inhabilidad personal del ser humano para encontrar sentido a su existencia, caracterizándose hoy día por la confusión y el nihilismo narcisista, algo que el poeta pone en evidencia de esta manera: /Es tan abundante la nada que hasta en la ropa transpiro su hedor./



No desaprovecho la oportunidad para resaltar el excelente trabajo de traducción de los textos que componen Lejanía hecho por la poeta y traductora mexicana, Grace B. Castro Haro, quien magistralmente refleja la complejidad estilística de Cruchaga sin perder la originalidad o la espontaneidad del ritmo, algo muy difícil de lograr cuando se traduce. Este libro es una obra digna de figurar como texto en las clases de literatura latinoamericana de cualquier universidad norteamericana. Concluyo esta humilde nota sobre este maravilloso poemario de André Cruchaga parafraseando al poeta con este verso: / Sólo llegando al final, supe cuál era el principio./


Daniel Montoly
Columbus, Ohio 2015