miércoles, 28 de abril de 2021

EL NOSTRE MÓN SE’NS ESCAPA│ NUESTRO MUNDO SE NOS ESCAPA

 

Imagen FB de Pere Bessó



EL NOSTRE MÓN SE’NS ESCAPA

 

 

Sé que a la caspa de sords cavalls, tot es torna muda tragèdia.

Hi ha ossos de pudor d’ací cap allà, rostres a força d’imaginar-los,

i fragoroses sabates foradades pel tràfec.

En les paraules artificials de les llanternes, ls devots balbuceigs

de la imitació amb petits rates suücides broncejades en el pèndol

de l’alba, joioses en el tedi del bolic com fantàstic laberint.

Vull tornar al camí sense el terror d’un espai buit.

Vull somiar amb la boca que somia amb un bes en un pont

d’arc del cel, insòlit com han de ser els absurds,

colorit com ha de ser en la seua vastitud de llampec: nit i dia pense

en els moviments crus del cos, en la terra despietada

del porticó al paradís, en el panteix damunt del solc de cicatriu

de la marxa encorbada de l’esquena espessa de pins.

El nostre món se’ns escapa en la foscor que juga a maniquí.

Amb tot l’espurneig tort dels braços, esmicolem els rails

de les hores en orgàsmics telegrames. I respirem a mitja llum.

.

. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

.

 

NUESTRO MUNDO SE NOS ESCAPA

 

 

Sé que en la caspa de sordos caballos, todo se vuelve muda tragedia.

Hay huesos de hedor de aquí para allá, rostros a fuerza de imaginarlos,

y fragorosos zapatos agujereados por el tráfago.

En las palabras artificiales de las linternas, los devotos balbuceos

de la imitación con pequeñas ratas suicidas bronceadas en el péndulo

del alba, jubilosas en el hastío del petate como fantástico laberinto.

Quiero regresar al camino sin el terror de un espacio vacío.

Quiero soñar con la boca que sueña con un beso en un puente

de arcoíris, insólito como deben ser los absurdos,

colorido como debe ser en su vastedad de relámpago: noche y día pienso

en los movimientos crudos del cuerpo, en la tierra despiadada

de la contraventana al paraíso, en el jadeo sobre el surco de cicatriz

de la marcha encorvada de la espalda espesa de pinos.

Nuestro mundo se nos escapa en la oscuridad que juega a maniquí.

Con todo el centelleo tuerto de los brazos, desmigajamos los rieles

de las horas en orgásmicos telegramas. Y respiramos a semiluz.

.

Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga



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