domingo, 28 de febrero de 2010

Introducción al libro: SUBLIMACIÓN DE LA NOCHE" de André Cruchaga-Por Teonilda Madera

Teonilda Madera, Nueva York, USA



INTRODUCCIÓN
a Sublimación de la noche


Empecemos diciendo que Sublimación de la noche es un libro seductor que ha sido espléndidamente traducido al catalán por Pere Bessó. Su encanto, entre otras cosas, radica en la forma en que el poeta Andre Cruchaga aborda los temas universales que trata. El eje temático del poemario es la noche que se fusiona con el mundo onírico, con el amor, con la muerte, con la vida, con la vejez, con la violencia, con la injusticia social (que provoca una tristeza infinita que sondea el alma del poeta) y con un erotismo que se mezcla con imágenes sacras que nos conduce a San Juan de la Cruz (e.g., “Días con altares”, 40-41). En esta obra son floridas las metáforas y los binarismos y capta nuestra atención uno en particular: obscuridad / luminosidad. El primer término, obscuridad, está implícito en la noche y el segundo, luminosidad, aflora en una proliferación de imágenes lumínicas ( plantaciones de luciérnagas, los toldos de la luz, la libélula incesante de la luz, la desnudez, frente a la luz es luz pulsante, etc.),que arrojan un torrente resplandeciente que desvanece las tinieblas de la noche.
El poema “Fondo con muro” (50-51) nos ofrece un ejemplo espléndido de la construcción binaria que estamos considerando: “La mano agarra un puñado de luz de las tinieblas”. Se advierte, desde el primer poema, una ruptura con lo racional que da paso a un trance poético que revela los distintos estados alterados de una conciencia fenomenológica. La convulsión de imágenes que aparecen en este libro surge de una óptica que hurga en lo que hay detrás del objeto. En Sublimación de la noche encontramos también una convergencia de voces canónicas que interactúan armoniosamente con la voz del sujeto poético. Hay, además, unas referencias clásicas (Heráclito, Aristófanes, antípoda, minotauros) que revelan las fuentes de las que ha bebido el escritor. Llama la atención en este libro el uso enrarecido de los pronombres: “A usted y yo le asesinaron los sueños./ A usted y yo estúpidamente le mintieron” (“Hacia la noche”, 33). Nótese “a usted y yo” en vez de a usted y a mí (las negritas son nuestras).
El fenómeno lingüístico en la construcción que observamos ocurre porque el sujeto está compuesto por dos pronombres, uno de los cuales, “usted”, está precedido por la preposición a. Por eso, el segundo, que es la primera persona del singular[1] (yo), debe someterse a la regla que dice que cuando ese pronombre se usa con preposición debe decirse o escribirse a mí, pero el poeta lo usa como un elemento irruptor que viene a desarticular el lenguaje. La subversión lingüística en la construcción que estamos considerando se reitera cuando el sujeto poético dice: “a usted y yo… le mintieron”, en vez de “a usted y a mí nos mintieron”. Las libertades que se toma la voz poética en estas construcciones trasgreden las reglas del lenguaje que utiliza. En Sublimación de la noche el lenguaje lírico alterna, en algunos poemas, con expresiones que pueden tildarse de antipoéticas: “No en el petate donde bailan los piojos y las pulgas”, (“Canto a la ceniza”, 28). Lo antes apuntado indica que el escritor desea transmitir sensaciones empíricas aprovechando cualquier término que las emita. El bardo muestra entonces que cualquier palabra que se utilice adecuadamente posee resonancias poéticas y esto lo esboza Keith A. McDuffie[2] diciendo:
“Toda palabra, aun la más cotidiana o prosaica, puede ser poética si traduce la emoción del poeta, es decir, si se hace sensibilidad poética”
En Sublimación de la noche la palabra es sensibilidad que extrae la esencia de las cosas. Otra particularidad en este libro es que está sensorialmente trabajado bajo la estética surrealista. Lo dicho abre la compuerta del subconsciente donde impera lo irracional que tanto trabajo ha dado al psicoanálisis.
En los poemas de Sublimación de la noche existe una profunda aceptación del espíritu a través de la palabra que alcanza un valor polisémico. André Cruchaga obliga el lenguaje a decir más cuando lo fusiona con elementos aparentemente disidentes que vienen del acervo cultural del vate como vemos en “Poema sin Bilis”) 79-80):
“…
` Ni los tulipanes se comen con frijoles guisados,
Ni casamiento;
Tampoco las galerías de arte le dicen algo a las estrellas.
(Claro que no me refiero a las modelos,
[ni a la vehemencia de nuestras
Américas, ni a sus gobernantes purificados por shamanes).
…” (79).

El tema de la injusticia social, en “Poema sin bilis”, se mezcla con la cotidianidad, con lo culinario (… comer frijoes guisados, ni casamiento) y con elementos de la cultura autóctona, “...gobernantes purificados por shamanes”. Se desata la iracundia en el sujeto poético, en el poema que estamos considerando, cuando contempla la situación en que la gente vive y esos “manjares que se sirven en los banquetes del poder”. Cautiva en este poemario el aglutinamiento temático que contienen los poemas, lo cual se muestra magistralmente en “Poema sin bilis”. La voz poética, además de los que hemos señalado anteriormente, engarza en el poema: la muerte, las armas, el temor callejero, cierta pérdida de fe en, Dios, la figura central del catolicismo (“Evitar los bichos raquíticos y mirar a Dios con cierta extrañeza” y sobretodo, el sexo como antídoto para la injusticia social:
“…
El sexo es la mejor manera de quitarle el pus al Himno nacional;
Para ello hay que pensar en ciertos juguetes
A la hora de abrir el libro y darle vuelta a la página.]
Un día menos pensado los niños ya no dibujarán la muerte,
Ni será necesario el control de la natalidad en las penitenciarías…” (80).

La influencia vallejiana en Cruchaga se advierte en el manejo del lenguaje y en ese dolerse por sí mismo y por los demás que se expresa en todo el poemario y en particular en el poema titulado “Sublimación de la noche”:
“…
Pero así somos felices o, al menos, grito en el combate
De la caverna, cama azul de las batallas, parpadeante hoguera
En el pecho o simple dolor mío y tuyo,
Dolor ajeno y mío, imprescindible, posible, no ignorado
En esta brújula sin puntos cardinales,
Conato de pobreza y quejidos, desvanecida garganta
En las certidumbres puntuales de las ráfagas,
Portales del desvarío donde la noche exige su ternura…
Barataria, 15. VIII.2009, ” (5)

A modo de provocación intelectual queremos matizar dos vertientes que nos parecen reveladoras en el poemario, una es la polifonía y la otra, la fenomenología que el poeta utiliza con agudeza en la obra. En lo concerniente a la polifonía recordemos lo que afirma el teórico Mijaíl Mijáilovich Bajtin:
“Sólo un polifonista como Dostoievski es capaz de percibir en la lucha de opiniones e ideologías (de diversas épocas) un diálogo inconcluso acerca de las últimas cuestiones (dentro del tiempo grande). Otros sólo se ocupan de problemas que pueden ser solucionados dentro de una época.”[3]
En este poemario Andre Cruchaga utiliza la polifonía, en una serie de epígrafes, que alternan con la voz del sujeto poético entre ellas: Luis de Góngora, Quevedo, Lope de Vega, Artaud, Guillermo de Torre, Alain Bosquet, Lezama Lima, Pierre Reverdy, Jean Arp, Arthur Rimbaud, Carlos Sahagun, Paul Geraldy, José Kozer, Emilio Westphalen, Julio Cortazar, , Oliverio Girondo, y otras. El manejo de la polifonía en este poemario resulta interesante ya que la resonancia de las voces que convergen corroboran con los temas, con la postura ideológica y con las emociones que se abordan. El pluralismo de esas voces reafirma lo subversivo de la estética del poeta que además, abre espacio dentro de su universo poético para que otras voces interactúen dentro del “tiempo grande” que va más allá de la existencia del escritor, como sostiene Bajtín. No olvidemos que la polifonía da cabida a la colectividad. Por eso, el teatro griego incluía los coros que expresaban el sentir del pueblo, Los Persas, de Esquilo y Antígona, de Sófocles, son dos ejemplos espléndidos. Cabe señalar que algunos poemas carecen de epígrafes, en cambio, hay unos que tienen dos y otros hasta tres lo cual revela que el vate usa la polifonía como un recurso estilístico e ideológico en este libro. En el poema “Hacia la noche” se escucha una voz íntima que el sujeto poético emplea cuando se dirige a la amada y con ella acentúa cierta complicidad erótica e ideológica entre ellos:
“…
Usted y yo que somos efímeras espumas.
Usted y yo que ansiamos un puerto en donde anclar.
Usted y yo que vemos gaviotas en el crepúsculo.

Usted y yo sabemos, después de tantas arrugas,
Que [cada uno suena como tiene la cabeza]…” (32-33).

Entre los matices polifónicos de este poemario tenemos el discurso intercalado que en los versos que acabamos de citar aparece entre corchetes y en cursiva. Nos parece eficaz el manejo de una voz iracunda y dolorosa en el poema “Imagino espectros” que se usa para denunciar las injusticias y compartir sus preocupaciones sociales:

“La oscuridad ha dejado en tinieblas a la Patria:
¿Quién camina sin miedo a una hoja o la niebla?
—Cada calle sabe a sueños desgajados; la claridad
Quien camina lo hace como si anduviese en la noche.
La casa de siempre ahora es una cárcel.
La libertad se volvió túnica de angustias.
Me cuesta entender a este País torturando los sueños:
El viento, agrio, sopla con espinas.
Cuesta caminar sobre la serenidad de las piedras.
Ya no se entiende este dolor vivo de la carne.
La muerte cotidiana inunda los inviernos.
Uno no sabe quién será el próximo inocente que bese
De manera indeleble el césped,
O llene las alcantarillas perdidas de la ciudad.
Me cuesta pensar a este País convertido en harapo:
El fuego quema las palabras más diáfanas.
La violencia colma el calendario y no hay puerta ilesa.
Antes el País era más cotidiano entre claveles.
En los parques las bocas se llenaban de risas;
Ahora esos retratos sólo son memoria.
La ceniza de la gran noche que vivimos extiende sus dedos
Colosales sobre las sienes.
Nadie queda de aquéllos que conocí en el viento.
Aquí el trueno, el cuchillo, la extorsión, el secuestro.
La violencia ha domesticado nuestros zapatos.
Entre miles de transeúntes se adivinan las onomatopeyas,
El jadeo y los jeroglíficos de la muerte.
Nada tiene consistencia, salvo los vestigios.
El sol se ha vuelto impreciso en todas las calles:
Vagas calles donde el alba ha perdido toda fantasía.
Cada día las aldabas de la noche nos quitan el aire:
Somos frágiles en este patio de piedras.
Nadie puede vivir en esta perenne oquedad de la caricia,
Ni en la doliente mesa de la plegaria.
La soledad de los ojos abrasa las miradas, las funde
En esa batalla sin luz y sin ventanas.
Aquí hiere la transparencia del aire. —Hiere la isla líquida
De la sal; por desgracia, no es posible el olvido,
Cuando los espectros también habitan los cristales.
Antes no hubo tanta maestría para la muerte: Uno junto
Al árbol y los pájaros; ahora cada germen estorba
En la garganta: sordo mar de grises. Sordas noches en rodillas.
¡Qué tiempo nos bebe ahora hasta los tuétanos!
Vida aquí y allá endurecidas por las losas, por esta tumba
De la brisa, enredada en el sueño.
El País cuelga de la noche. Noche donde triunfa
La fosa y el despeñadero…
Barataria, 12.X.2009

La voz dolorosa formula una interrogante lacerante, “¿Quién camina sin miedo a una hoja o la niebla?” que advierte que el peligro acecha, que la patria está plagada de angustia, que hay sobresalto, dolor, y tiniebla en el “País”. “Imagino espectros” es un poema que analiza el estado de violencia y de desamparo que se vive en El Salvador. Los grandes males sociales que engendran muerte, dolor, angustia, extorsión, secuestro, violencia, la Mara Salvatrucha, implícita en “el jadeo y los jeroglíficos de la muerte”, han llegado a afectar incluso a la Naturaleza. Por eso, la voz poética dice: “El sol se ha vuelto impreciso en todas las calles:/ Vagas calles donde el alba ha perdido toda fantasía/ Cada día las aldabas de la noche nos quitan el aire ”. La voz dolorosa concatena una serie de imágenes crudas y surrealistas que le transmiten al lector la realidad desoladora de El Pulgarcito de América donde la vida peligra a cada instante. Las denuncias que la voz poética hace apelan a la colaboración del lector para que disemine la denuncia que combatirá, efectivamente, la iniquidad y la injusticia social que prevalece en el país. La imagen lúgubre que cierra el poema y los puntos suspensivos son realmente perturbadores e impactantes: “El País cuelga de la noche. Noche donde triunfa/ La fosa y el despeñadero…”.
Hemos apuntado que en este poemario hay ecos de voces canónicas que son archiconocidas. Por ejemplo, se hace casi imposible no pensar en Vallejo cuando leemos en el poema “Sublimación de la noche”, que le da el título al poemario, lo siguiente: “…dolor mío y tuyo,/ Dolor ajeno y mío, imprescindible, posible, no ignorado” (5). O cuando leemos “Caídas y traspié” que es un dispositivo que nos lleva a Altazor, de Huidobro:
“…
La Tierra seguirá girando sobre su órbita precisa
Temerosa de un traspié como el equilibrista sobre el alambre que ata
las miradas de pavor…” (Vicente Huidobro, “Altazor”).

De igual manera, “Caídas y traspié” de André Cruchaga evoca el poema “Traspié entre dos estrellas” de César Vallejo[4]. La polifonía se acentúa en este poemario, además de lo que llevamos dicho, en el hecho de que es bilingüe: español y catalán.
La resonancia del connubio lingüístico (catalán y español) colocará la poesía salvadoreña en otra escala y le abrirá un camino de mayor difusión al catalán cuya riqueza léxica y sonora continuará alcanzando mayor auge en América. La obra que estamos estudiando muestra la madurez literaria del autor que estupendamente utiliza en ella la polifonía y la fenomenología[5], corriente filosófica que le permite describir los rasgos esenciales de su mundo empírico. La mirada del poeta Andre Cruchaga es esencialmente fenomenológica en Sublimación de la noche. Lo dicho se ve claramente en el poema “País de las cenizas” (70-71) donde el poeta describe las relaciones esenciales existentes entre el objeto y la realidad. La intuición empírica y la intuición de las esencias de las formas universales de las cosas afloran en el poema que hemos señalado. Consideremos los siguientes versos:
“…
Y una campana vestida de lluvia, ajados días de salud irreal.
Cada rato de vivir hay desorden en las baldosas,
Pero amo tu sombra de mirlo en medio de los encajes;
Cada pie se vuelve frágil durante las semanas,
Aún así camino ganándole al azor, el murmullo armado
[de los tapiales.
Al filo de la ternura esta forma del País.
[Los nombres, las linternas.
Detrás de las linternas los murciélagos en círculos, la luz a nudos,
La mesa sin suspiros, la cama edificada en los escombros.
Después de no tener un delantal sacudiendo las horas habituales,
Las migas proliferan en mis dedos, la velocidad fúnebre de la noche,…” (71)

Estupendamente la mirada fenomenológica trasciende los objetos y extrae de ellos las esencias religiosas, estéticas, antropológicas, psicológicas que evocan las apariencias sensibles, apariencias que no coinciden con la supuesta realidad concreta que estas encierran. Por eso, la campana, símbolo religioso, se viste, como si fuera una mujer, pero se viste de lluvia, y de ahí el poeta fenomenólogo capta cada tipo de realidad en lo que las cosas poseen y el objeto conocido, campana, se vuelve una experiencia conceptual que da paso al objeto tal y como lo aprecia la conciencia. Esa realidad que la conciencia percibe es lo que conocemos como fenómeno. Los actos de la conciencia fenomenológica en Sublimación de la noche desatan unas sensaciones y percepciones que no se limitan a los objetos. Por eso, “detrás de las linternas los murciélagos en círculos, la luz a nudos,/ la mesa sin suspiros, la cama edificada en los escombros….” emergen porque los estados de la conciencia no se limitan al conocimiento de los objetos concretos sino que permiten que la percepción, la imaginación, el recuerdo, el amor, el deseo, etc., se revelen a través de ella. La declaración que aparece en el primer verso del poema que estamos considerando: “Para calmar al País de las cenizas invento las palabras…” revela un estado alterado de la conciencia poética que conduce a un trance que penetra en las esencias de las cosas observadas, pensadas o imaginadas. La mirada fenomenológica alcanza una dimensión estética sublime que se cristaliza en un verso hermosísimo: “Pero amo tu sombra de mirlo en medio de los encajes;”.
Finalmente, podemos decir que lo que hemos apuntado no agota las posibilidades del análisis en Sublimación de la noche, sólo esperamos que sirva de aliciente para que otros investigadores las sigan explorando. Confiamos en que el estudio de la polifonía, de la fenomenología y de los temas que hemos señalado en la obra de André Cruchaga despierte el interés de los lectores y de paso a nuevos estudios en los que se le haga justicia a la calidad del trabajo de este poeta.

(Dra. Teonilda Madera, Nueva York, 2010)

[1] Samuel Gili Gaya. Resumen práctico de gramática española. Barcelona: INELVA, 1984, 64.
[2] Keith A. McDuffie, “Babel y lo babilónico” en Aproximaciones a César Vallejo, Nueva York, Las Américas, 1971, 60 (coordinador, Ángel Flores).
[3] M.M. Bajtín. Estética de la creación verbal. Siglo veintiuno de españa editores, s.a., Madrid, España. 1999. (374)
[4] César Vallejo. Poemas en prosa Poemas humanos España, aparta de mí este Cádiz. Ed. Julio Vélez. Madrid: Catedra, S.A., 1991, 196-197.

[5] El fundador de este movimiento es Edmund Husserl (1859-1938), y los representantes más destacados Alexander Pfänder (1870-1941), Max Scheler (1874-1928), Dietrich von Hildebrand (1890-1978), Martin Heidegger (1889-1976), Jean-Paul Sartre (1905-1980) y Maurice Merleau-Ponty (1908-1961). En este movimiento o corriente filosófica se destacan dos variables principales: la fenomenología realista que considera los fenómenos conocidos como reales e independientes de nuestra mente, y la fenomenología trascendental que considera que la realidad es el producto de los distintos modos de actuación de la conciencia pura o trascendental. Una de las tareas más relevantes de la fenomenología es la descripción de los tipos distintos de vivencias, de sus géneros y especies, y de las relaciones esenciales que entre ellas se establecen. El estudio realizado por Mario J. Valdés, Shadows in the cave a phenomenological approach to literary criticism base don Hispanic texts. Toronto: University of Toronto Press, 1982, conjuntamente con los estudios realizados por los representantes de la corriente fenomenológica nos han servido de base en lo que hemos apuntado.
______________________
Teonilda Madera nació un dos de diciembre en la República Dominicana. Se ha especializado en Literatura Española. Ha obtenido dos maestrías una en literatura y la otra en Filosofía. En el 2008 obtuvo un doctorado (PhD) en filosofía en The Graduate School and University Center of the City of New York. Recibió el prestigioso Willa Elton Memorial Prize for Excellence in Spanish Literature. Integra el Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos (CEPI). En 1992 asistió al IX Curso para Profesores de Origen Hispano realizado en la Universidad de Alcalá de Henares (España). En 1993 obtuvo, con su poemario Canela y miel, la Primera Mención Honorífica en el XXX Certamen Literario Internacional Odón Betanzos Palacios. En 1994 formó parte de un equipo investigador auspiciado por la Universidad Columbia cuyo fin fue investigar la cultura prehispánica en el territorio mexicano. Ha publicado artículos y poemas en periódicos y revistas literarias, entre ellos, El Diario La Prensa, Meridiam, Relicario, Brújula, Baquiana, MaComére, Hola, Latinoamérica en Vilo, Boletín Cultural Informativo (Número Especial literatura Salvadoreña) Universidad Dr. José Matías Delgado, entre otras. Ha sido antologada en Who’s who Among American Teachers, Evas Terrenales, Moradalsur, Ensayos Críticos Sobre Escritoras Dominicanas del Siglo XX. Ha leído parte de su producción literaria en Columbia University, en la Embajada Dominicana de Madrid, en la Universidad de Sevilla, España, en Saint Elizabeth College, en Saint Lawrence University , en la II Feria Internacional del Libro en Puerto Rico, en la tertulia Exotérica, en Middlebury College, entre otras. En el año 2000 fue seleccionada por la Academia Iberoamericana de Poesía para participar en la Tercera Exhibición Internacional de Poemas Póster realizada en St. Thomas Universty. Sus libros han sido incluídos en cursos de maestría en Lehman College, Clemson University, y en el curriculum de las escuelas secundarias de Nueva York. En 1995 publicó Corazón de jade con lágrimas de miel , en 1998 Van llegando los recuerdos y en 2001 Sorbitos de café en paisajes yertos. Tiene inéditos varios libros: un poemario, un compendio de cuentos titulado Catedrales de humo, dos novelas, y varias obras de teatro. Un camino carmesí: A Crimson Path es su más reciente poemario. Desde hace varios años reside en la ciudad de Nueva York.

viernes, 26 de febrero de 2010

Dubtes de l’alé-poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Són els vells focs del descaminament els que nuguen les ales.
El nombre dels silencis acumulats als ràfecs,
la fam de la curiositat desvetla els espills —afora
Els cossos interpreten el temps,
La set en l’aigua dels pensaments,
La llum en tràngol dels rats penats, els grisos damunt de l’asfalt
Com una pregària.

Autor de la fotografía: Marcos Molina








DUBTES DE L’ALÉ
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó






…siglos de ceniza
En cándido vestido sin materia.
DIONISIO RIDRUEJO








Són els vells focs del descaminament els que nuguen les ales.
El nombre dels silencis acumulats als ràfecs,
la fam de la curiositat desvetla els espills —afora
Els cossos interpreten el temps,
La set en l’aigua dels pensaments,
La llum en tràngol dels rats penats, els grisos damunt de l’asfalt
Com una pregària.
Amb les seues nits les palpebres guarden la seua trama.
Afora dels dies queden reproduïts els besllums del tràfec.
De sobte s’esfuma allò que s’ha viscut com cert.
Un adverteix al temps sense punts cardinals,
Fins que s’esgota la gespa al cel. En aqueixa ferida gastada de la dignitat.
Quants noms caben a l’ull de l’infinit, a la pedra
Desgastada de l’emoció? —Aquells que no deixen saldo per a l’oblit,
I desemboquen a les ciutats de l’oblit.
De sobte els corredors de les temples es tornen portes:
—Les ombres tremolen a galop de passos; la remor freda
Se sent inèdita; els gestos, en la feixuguesa de la indecisió.
La pell de sobte s’esdevé massa incòmoda en el tràfec del migdia.
[De sobte el vici de pensar-te sense fer-li preguntes al sutze de la nit,
O al tabac lent que s’endreda en la flama del cresol,
O al tren cansat de les ombres en la fusta de la meua cambra,
O a aqueixa simetria de l’aigua indefinida].
De sobte el safareig de les hores en els somnis, la molsa com tanques
A les enclaves, els quadrons sense abrics ni paraigües
Per a reguardar el paper dels pòmuls,
La veu apostada al comú dels carrers sense pena ni glòria.
Els badalls tornen el decor en cansada veritat.—I és una manera,
De protestar, de convertir les fotografies
En un altre penya-segat sense finestres. En una altra porció de llum inútil.
Mai no em manquen raons per a pensar en els ports i els ferrocarrils.
Mai no em manquen els cellers de les dates per a trobar rius,
Mai no em manquen els colps per a densificar la consciència. Per a jugar a la taula.
Cada dia és menys cert en la brutícia dels plats.
—Sempre m’assalta la vexació i la violència i les teues cuixes hospitalàries.
Als noms que he anat atresorant,
Davant seu, un mapa de freds; o altrament, finestres acomiadant-me.
Mai no he sabut endevinar què hi ha en l’abric dels robers;
Què hi ha en la pluja atrapada del pressentiment?
—Hirsut cavall de les ombres, fins i tot als carrers.
Què hi ha al condiment de cada cicatriu?
—Massa follia al suor de les paraules. Estranys somnis davall dels llençols.
Tal vegada les meues ales feixugues no abasten els tendals de la llum,
Ni tan sols el costum de recordar les enfiladisses,
Ni tan sols prendre la meua veu en les campanes del vent;
Però sí seure a la dreta dels escaparates, llepar les bijuteries dels sex show,
O simplement, caminar amb la meua pobre paciència confosa.
Cada nom deixa una tempesta a la meua flaçada.
Al balcó de la memòria, la pluja suporta les meues nostàlgies.
Baratària, 30.IX.2009









DUDAS DEL ALIENTO






…siglos de ceniza
En cándido vestido sin materia.
DIONISIO RIDRUEJO








Son los viejos fuegos del desvarío los que atan las alas.
El número de los silencios acumulados en los aleros,
El hambre de la curiosidad desvela los espejos —afuera
Los cuerpos interpretan el tiempo,
La sed en el agua de los pensamientos,
La luz en trance de los murciélagos, los grises sobre el asfalto
Como una plegaria.
Con sus noches los párpados guardan su trama.
Afuera de los días quedan reproducidos los destellos del trajín.
De pronto se esfuma aquello que se ha vivido como cierto.
Uno advierte al tiempo sin puntos cardinales,
Hasta que se agota el césped en el cielo. En esa herida gastada de la dignidad.
¿Cuántos nombres caben en el ojo del infinito, en la piedra
Desgastada de la emoción? —Aquellos que no dejan saldo para el olvido,
Y desembocan en las ciudades del olvido.
De pronto los pasillos de las sienes se vuelven puertas:
—Las sombras tiemblan a galope de pasos; el murmullo frío
Se siente inédito; los gestos, en la torpeza de la indecisión.
La piel de pronto resulta demasiado incómoda en el tráfago del mediodía.
[De pronto el vicio de pensarte sin hacerle preguntas al hollín de la noche,
O al tabaco lento que se enreda en la flama del candil,
O al tren cansado de las sombras en la madera de mi habitación,
O a esa simetría del agua indefinida].

De pronto el charco de las horas en los sueños, el musgo como setos
En las mochetas, los cuartones sin abrigos ni paraguas
Para resguardar el papel de los pómulos,
La voz apostada en el común de las calles sin pena ni gloria.
Los bostezos convierten el decoro en cansada verdad.—Y es, una manera,
De protestar, de convertir las fotografías
En otro acantilado sin ventanas. En otra porción de luz inútil.
Nunca me faltan razones para pensar en los puertos y los ferrocarriles.
Nunca me faltan las bodegas de las fechas para encontrar ríos,
Nunca me faltan los golpes para densificar la conciencia. Para jugar a la mesa.
Cada día es menos cierto en la suciedad de los platos.
—Siempre me asalta el vejamen y la violencia y tus muslos hospitalarios.
En los nombres que he ido atesorando,
Hay frente a ellos, un mapa de fríos; o de otro modo, ventanas despidiéndome.
Nunca he sabido adivinar qué hay en el abrigo de los roperos;
¿Qué hay en la lluvia atrapada del presentimiento?
—Hirsuto caballo de las sombras, incluso en las calles.
¿Qué hay en el condimento de cada cicatriz?
—Demasiada locura en el sudor de las palabras. Extraños sueños bajo sábanas.
Pueda que mis torpes alas no alcancen los toldos de la luz,
Ni siquiera la costumbre de recordar las enredaderas,
Ni siquiera prender mi voz en las campanas del viento;
Pero sí sentarme a la diestra de los escaparates, lamer las bisuterías de los sex show,
O simplemente, caminar con mi pobre paciencia confundida.
Cada nombre deja una tormenta en mi cobija.
En el balcón de la memoria, la lluvia soporta mis nostalgias.
Barataria, 30.IX.2009

lunes, 22 de febrero de 2010

TRANSPIRACIÓ A CEL RAS- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Arribem a la vorera dels grisos amb rostres demacrats.
Els vells deliris ascendeixen als espills.
Sempre al fons, després de la llinda, rls vaixells i els trens.

Autor de la fotografía: Alonso Muñoz









TRANSPIRACIÓ A CEL RAS







Aprendo el mundo en ásperos estudios.
Yo soy mudo, recibo la palabra.
Amo a veces la hoja que me hiere.
ROBERT SABATIER

Entre los polos de lo consciente y de lo inconsciente, el espíritu oscila.
Columpio donde están suspendidos todos los seres y todos los mundos
y cuya oscilación nunca cesa.
SAINT KABIR







A voltes caminem contra els milímetres del vent. Contravent
Dels dits, les cames, les sabates. Caminem sobre absències
Feroces, destilant tòrrides invalideses.
Estem morts en el paper secant de les sabates.
Bull la cresta dels galls, desolats habitants del cerç.
Arribem a un punt on tot és assaig i errada.
No sempre la puntualitat dels rellotges marca els batecs.
En algunes ciutats creix el dolor com el mar. Com la sal
Convertida en estàtua. Com el calor crepitant dels ciris en plena
Capella ardent. Las aigües del plor despullen els pètals.
Arribem a la vorera dels grisos amb rostres demacrats.
Els vells deliris ascendeixen als espills.
Sempre al fons, després de la llinda, rls vaixells i els trens.
Els xiquets viatgen ara a través de molls obscurs.
Ací només hi ha multituds devastades. Esperances tallades.
Estacions de dubtosa procedència. Tatxes de feridor accent.
—Quan arribarà l’amor als ulls de la nit?
Quan deixarem els pupitres per a aguaitar d’altres pissarres que només
Tinguen a veure amb l’alé i no amb la usurpació de la llum?
—Sempre tornem a les mateixes conjectures.
Farts ens engolim els densos brins de sol. L’aire pudent
Dels carrers, les mosques dels mercats ambulants,
Les panderoles de les clavegueres, les estrelles verdes dels cabdells,
La pastanaga roja de l’escuma. L’escuma remorosa de la llengua.
[Tu i jo sabem que dins de la pell es mouen aigües feroces;
Tu que et converteixes en la meua catedral de colors,
Rierol blau dels vitralls,
Forma de la gespa recolzada a les meues ninetes. Tu que ets a prop
De mi, necessàriament inevitable dins de l’hangar de la nit.
Tu i jo sense roba en rotació en totes les direccions del desig].

Fora de nosaltres hi ha els cossos tirats a les voreres. La història
També té la seua pròpia garriga apocalíptica.
Ens arrossega sovint la nostàlgia de la comissura dels llavis.
El compàs dels rellotges clandestins. El materialisme històric
De les còleres. No sempre podem defugir la tirania
De les superestructures, ni els pijames que usen els sordomuts.
Ni el tir al blanc de la quallada sense l’assot d’arrels furibunds.
Els defectes i la iniquitat tenen lectures parcials.
La bona lectura sotsobra als alambins i els embuts
De rústic alumini. Molts fantasmes, des dels seus mateixos taüts,
Requereixen d’ales. Del bosc, encara que siguen només fantasmes.
Tot açò ja ho havia pronosticat Nostradamus en innocents violes:
—Ens pertoca, —per si de cas, a tu i a mi —, perbocar damunt dels malsons,
Somiar sense baixar als llocs de l’odi.
Sabem, a més a més, que cap lloc no està exempt de la nit.
Devem, per si de cas, arrossegar el matamosques en les nostres mans.
Despullar els joguets menuts guardats als ropers.
Extremar els insecticides en entrar la nit,
Foragitar la gepa de la tos i embolicar-nos en el sudari
D’algun jardí amb les consegüents precaucions del cas.
Baratària, 12.II.2010








TRANSPIRACIÓN A CIELO RASO








Aprendo el mundo en ásperos estudios.
Yo soy mudo, recibo la palabra.
Amo a veces la hoja que me hiere.
ROBERT SABATIER

Entre los polos de lo consciente y de lo inconsciente, el espíritu oscila.
Columpio donde están suspendidos todos los seres y todos los mundos
y cuya oscilación nunca cesa.
SAINT KABIR








A veces caminamos contra los milímetros del viento. Contraviento
De los dedos, las piernas, los zapatos. Caminamos sobre ausencias
Feroces, destilando tórridas invalideces.
Estamos muertos en el papel secante de los zapatos.
Hierve la cresta de los gallos, desolados habitante del cierzo.
Llegamos a un punto donde todo es ensayo y error.
No siempre la puntualidad de los relojes marca los latidos.
En algunas ciudades crece el dolor como el mar. Como la sal
Convertida en estatua. Como el calor crepitante de los cirios en plena
Capilla ardiente. Las aguas del llanto desnudan los pétalos.
Llegamos a la cera de los grises con rostros demacrados.
Los viejos delirios ascienden a los espejos.
Siempre al fondo, después del umbral, los barcos y los trenes.
Los niños viajan ahora a través de muelles oscuros.
Aquí sólo hay multitudes devastadas. Esperanzas sajadas.
Estaciones de dudosa procedencia. Tachuelas de hiriente acento.
—¿Cuándo llegará el amor a los ojos de la noche?
¿Cuándo dejaremos los pupitres para acechar otras pizarras que sólo
Tengan que ver con el aliento y no con la usurpación de la luz?
—Siempre volvemos a las mismas conjeturas.
Hartos nos tragamos las densas hebras de sol. El aire pestilente
De las calles, las moscas de los mercados callejeros,
Las cucarachas de las cloacas, las estrellas verdes de los repollos,
La remolacha roja de la espuma. La espuma rumorosa de la lengua.
[Vos y yo sabemos que dentro de la piel de mueven aguas feroces;
Vos que te convertís en mi catedral de colores,
Arroyo azul de los vitrales,
Forma del césped recostada en mis pupilas. Vos que estás cerca
De mi, necesariamente inevitable dentro del hangar de la noche.
Vos y yo sin ropa rotando en todas las direcciones del deseo].
Fuera de nosotros están los cuerpos tirados en las aceras. La historia
También tiene su propia breña apocalíptica.
Nos arrastra a menudo la nostalgia de la comisura de los labios.
El compás de los relojes clandestinos. El materialismo histórico
De la cóleras. No siempre podemos esquivar la tiranía
De las superestructuras, ni las pijamas que usan los sordomudos.
Ni el tiro al blanco de la cuajada sin el azote de raíces furibundas.
Los defectos y la iniquidad tienen lecturas parciales.
La buena lectura zozobra en los alambiques y los embudos
De rústico aluminio. Muchos fantasmas, desde sus propios ataúdes,
Requieren de alas. Del bosque, aunque sean sólo fantasmas.
Todo esto ya lo había pronosticado Nostradamus en inocente alelíes:
—Nos toca, —por si acaso, a vos y yo—, vomitar sobre las pesadillas,
Soñar sin bajar a los lugares del odio.
Sabemos, además, que ningún lugar está exento de la noche.
Debemos, por si acaso, arrastrar el matamoscas en nuestras manos.
Desnudar los pequeños juguetes guardados en los roperos.
Extremar los insecticidas al entrar la noche,
Ahuyentar la joroba de la tos y envolvernos en el sudario
De algún jardín con las consecuentes precauciones del caso.
Barataria, 12.II.2010

domingo, 7 de febrero de 2010

VIDA INTERIOR-poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

—Em robares la tranquil·litat dels teulats, la possibilitat de nuar
L’espavent, el tramvia de les vocals damunt de l’aigua,
El tossal íntim de la llum. El romaní dels somnis. Només per a deixar-me,
La collita dels suïcidis i les parets amb grafits.
Ilustración: Joan Miró









VIDA INTERIOR







Rostros, manos, palabras, saludos milenarios,
telúricos refranes, voces puras de vida
que vienen caminando de la sombra y me alcanzan.
ROBERTO MANZANO DÍAZ

Junto al muelle hechizado vivo ahora
y la mar se desplaza enardecida,
como el alma de mí para quien llora…
NANCY MOREJÓN







En les aigües interiors la nit és freda. La remor, vertigen.
El brot dels dies dol al calendari. El vent llisca
Al confí. —On és el sucre dels vaixells i la rosada?
En quin paraigües la fullaraca resta tranquil·la?
Mosseguen les campanes des del silenci de les cames.
Sempre, silenciosament, perdem allò guanyat: —El territori
De les mans, la carícia sense baldes o el colp de la indiferència.
Deixem de ser, sovint, per a ser uns altres.
Tardívola esperança o present d’incerteses; o simple ganyota
D’aqueixes hores que parten sense aquietar-se.
[“dolç brufol que busques l’alosa invisible
llum albirada a la teua sang
per a assassinar la seua boca amarga
i perpetuar-se de blanc”].
La taronja blava de la molsa s’obri als ocells. El sexe del paisatge
Mossega la tendresa. Semble animal amb mocadors a la llengua;
Vendaval d’un acordió desbotonat. Junt al no-res apareixen
Els diftongs, les paraules amb totes les regions fosques.
Cada dia els somnis foren esmunyint-se damunt dels rails del rellotge.
Malgrat això, fiu tendresa dels parracs,
Escurí els plats de les sobralles, caminí dies sencers sense guitarres,
Fiu de la penombra finestres verdes, em despullí en les espigues,
Fiu de les butxaques trencades, rialla d’infants, —fiu pa per a trencar l’alba
Amb altaveu, trenquí les anous del desamparament fins a sagnar…
Un dia i un altre, mengí llesques de suor.
Futurs de feixuguesa i pedres i reixats de filferro.
Estimí carícies en les campànules silvestres.
Doblí la innocència per un campanari de taverna. Cremaren
Els talons al brancall de la ràfega. Violenta veu d’embuts,
Fong del cadàver damunt de la pell fosca de la tempesta.
Un dia malbaratí la meua barba de cendra entre barricades:
—Sempre fou
Brasa el sanglot, els cantons humits de l’atzar, els jocs amb mapes
Sense infantesa, el reble de les paraules sense mètrica, ni música.
Em robaren el pòl·len dibuixat als meus quaderns de primària.
Em robaren l’aleteig de l’escuma en les meues ninetes.
—Em robares la tranquil·litat dels teulats, la possibilitat de nuar
L’espavent, el tramvia de les vocals damunt de l’aigua,
El tossal íntim de la llum. El romaní dels somnis. Només per a deixar-me,
La collita dels suïcidis i les parets amb grafits.
Baratària, 06.II.2010








VIDA INTERIOR








Rostros, manos, palabras, saludos milenarios,
telúricos refranes, voces puras de vida
que vienen caminando de la sombra y me alcanzan.
ROBERTO MANZANO DÍAZ

Junto al muelle hechizado vivo ahora
y la mar se desplaza enardecida,
como el alma de mí para quien llora…
NANCY MOREJÓN








En las aguas interiores la noche es fría. El rumor, vértigo.
El brote de los días duele en el calendario. El viento resbala
En el confín. —¿Dónde está el azúcar de los barcos y el rocío?
¿En qué paraguas la hojarasca queda tranquila?
Muerden las campanas desde el silencio de las piernas.
Siempre, calladamente, perdemos lo ganado: —El territorio
De las manos, la caricia sin aldabas o el golpe de la indiferencia.
Dejamos de ser, a menudo, para ser otros.
Tardía esperanza o presente de incertidumbres; o simple mueca
De esas horas que parten sin aquietarse.
[“dulce búho que buscas la alondra invisible
luz asomada a tu sangre
para asesinar su boca amarga
y perpetuarse de blanco”].

La naranja azul del musgo se abre a los pájaros. El sexo del paisaje
Muerde la ternura. Parezco animal con pañuelos en la lengua;
Vendaval de un acordeón desabotonado. Junto a la nada aparecen
Los diptongos, las palabras con todas las regiones oscuras.
Cada día los sueños fueron deslizándose sobre los rieles del reloj.
A pesar de ello, hice ternura de los harapos,
Lavé los platos de las sobras, caminé días enteros sin guitarras,
Hice de la penumbra ventanas verdes, me desnudé en las espigas,
Hice de los bolsillos rotos, risa de niños, —hice pan para amanecer
Con altavoz, rompí las nueces del desamparo hasta sangrar…
Un día y otro, comí rodajas de sudor.
Futuros de torpeza y piedras y alambradas.
Armé caricias en las campánulas silvestres.
Doblé la inocencia por un campanario de taberna. Ardieron
Los calcañales en la ramazón de la ráfaga. Violenta voz de embudos,
Hongo del cadáver sobre la piel oscura de la tormenta.
Un día estropeé mi barba de ceniza entre barricadas: —Siempre fue
Brasa el sollozo, las esquinas húmedas del azar, los juegos con mapas
Sin infancia, el ripio de las palabras sin métrica, ni música.
Me robaron el polen dibujado en mis cuadernos de primaria.
Me robaron el aleteo de la espuma en mis pupilas.
—Me robaste la tranquilidad de los tejados, la posibilidad de desnudar
El asombro, el tranvía de las vocales sobre el agua,
La loma íntima de la luz. El romero de los sueños. Sólo para dejarme,
La cosecha de los suicidios y las paredes con graffiti.
Barataria, 06.II.2010
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Querido Cru:
El poema tiene la cadencia del Cruchaga selecto. Has logrado una manera, insisto una vez más, no importa cuál sea el asunto del que trates. Tus textos son vorágine, incluso cuando remansas las aguas, es para coger impulso. Los versos largos en ti zigzaguean y apuntan al centro en un tris. Eso mismo ocurre cuando deseas que el lector conozca la noche de tormenta —más que obscura— del alma al enfrentarse a la lectura del poema. ¿Vida interior? Ya lo creo, eso no falta nunca en el espejo del poema. De Garcilaso o antes Petrarca a acá, el poema como espejo, aunque tú seas el otro. Desdoblas y rompes así el hechizo. Y en ese plegamiento a dos voces —intensidad lírica que no falta— vuelve al clasicismo del bestiario: el búho y la alondra. Y no es dejar pasar los dos reinos que simbolizan: el del alba femenina y tu misterio de la noche masculino. Es importante a la hora de estudio de tu obra que alguien remarque tu capacidad y maestría para recabar —y que funcione— toda suerte de material que, por otra parte, siempre ha estado ahí, al alcance de la mano sabia que sepa amasar en el barro y caña de textos acabados y de pleno sentido, como los tuyos, como este poema, por ejemplo. Señalaría, particularmente, ese trazado tan de Cruchaga para redondear en los versos finales. Y cito:

—Me robaste la tranquilidad de los tejados, la posibilidad de desnudar
El asombro, el tranvía de las vocales sobre el agua,
La loma íntima de la luz. El romero de los sueños. Sólo para dejarme,
La cosecha de los suicidios y las paredes con graffiti.

Con ese material de derribo que cantas en el verso final, construyes poemas como éste. Todo un lujo.