sábado, 29 de octubre de 2011

SOMNAMBULISME/ SONAMBULISMO-COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ


Entre fanals de fred, burilles parpellejants, filera de silencis
a gotelleres: l'aigua caient en el taüt de la terra,
coordenades obertes, les finestres dels ulls, el tamborinet antic
a l'altura dels rats penats; a la meua manera, faig conjurs a l'endevinalla...
Imagen tomada de Miswallpapers.net





SOMNAMBULISME/ SONAMBULISMO-COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ



[RENDIJA EN EL OJAL DEL DESPEÑADERO- CONTRAPOEMA A MANERA DE POSDATA]



Querido André:

Yo no soy sonámbulo, es verdad, pero sé lo que es el insomnio durante meses. Uno acaba haciéndolo productivo, pues pasa por diversas fases. Yo ya no fumo (he sido un fumador empedernido -me dicen que compulsivo- y por tanto ya no reafirmo mi forzada vigilia contemplando las volutas y jerigonzas del humo (tampoco me puedo permitir el cigarrillo del cumplimiento satisfecho del poema), pero puedo saborear el café bien cargado (sólo tras cada comida, aunque como podrás pensar acostumbro a saltar esa dieta); ordeno la mesa de trabajo, rompo papeles, aunque no demasiados, para mi pesar, pues siempre les encuentro acomodo; saco punta a los lápices de color; oteo algún libro que yace a la espera en el rincón de los privilegiados; reordeno los libros de las estantería; por enésima vez los recoloco por diversos conceptos, colecciones, temática e incluso tamaño; observo los que se hallan repetidos, pero tienen diversos estudios; los reparo si necesitan algún apaño doméstico, encolado, planchado, forrado o los preparo para la papelería en donde los llevan a una encuadernación de viejo; y, cuando todo eso no es suficiente para calmar el paso de las horas y ni siquiera una buena lectura me atrae y la necesidad de escribir se apura, me dejo llevar por el pensamiento de manera harto pendenciera, aunque pocas veces me llega el regocijo de las viejas querencias reverdecidas. Pocas veces las musas se sienten apiadadas o compadecidas por este ser en rastrojos de duermevela o en aparente ensoñación de alta madrugada. Y, como quiera que ni siquiera en la ensoñación el placer llega, no encumbro pensamientos del gozo, antes bien me viene todo un amasijo de objetos, recuerdos, ocasiones perdidas o malhalladas, circunstancias de toda índole y pesar, amores primeros o tardíos, festín de animalías en pesadillas de otrora, y es en esos territorios en los que lo mismo se me da nombrar plantas, pájaros, flores y arbustos que dejarme llevar por las enramadas de jazmín, murta o arrayán, dar nombre a lo perdido que bautizar las ausencias, encender candiles que mojar aceite del velón para tiznar la tristeza, recordar las ratas penadas -tus murciélagos- de mi infancia que guardar las cajas con las cabezuelas de las libélulas o las colas de lagartijas en el solar de la nostalgia, abrir los álbumes de sellos que guardar en infinitas carpetas la escritura del deseo, tomar una fruta que salir al balcón en busca del rocío que no ofrecen ingles de hembra sediciosa o las primeras gotas de lluvia temprana...

(Y a veces, sólo a veces, me pongo frente al ordenador y escribo.)
Un abrazo,
Pere




SOMNAMBULISME





en la tarde, qué espanto, se transforma
en el más agresivo, legañoso y cenizo
«disparate» goyesco.
ANTONIO MARTÍNEZ SARRIÓN




En l'argent viu dels silencis, el laberint, la nit, els somnambulismes,
els armaris oblidats, els armaris de paret buits, el dia que perd la tendresa
de les seues mans, la veu en allò brusc de la saliva:
camine entre els noms defallents del paisatge,
res no són les murtres
acerbes a la boca, quan la nit és un bategament dessagnat.
Entre fanals de fred, burilles parpellejants, filera de silencis
a gotelleres: l'aigua caient en el taüt de la terra,
coordenades obertes, les finestres dels ulls, el tamborinet antic
a l'altura dels rats penats; a la meua manera, faig conjurs a l'endevinalla
al caníbal immund del sifó del pati de darrere
del calendari amb els dits senars del celler
que penja de les bigues: zumzumeja el rauquit de la nàusea
els modismes subterranis dels somnis, al voltant sord
de les prestatgeries, quasi impúdics davant de la pols abrasadora de certs
lleixes disposades per a les ombres,
de torrents clavats en el somnambulisme, divan de papers
als braços acostumats a les galteres de la nit,
a la pol•lució de les postals, a la inusitada rosa pornogràfica,
disfressada de paraigües d'èxtasi.

(Hi ha abrics planyívols com heretgies paral•leles als ocells,
ritus agredolços, riure desgastat en la camisa líquida de l'aigua,
un jazz pansit, mèdiums explorant
la diadema dels cementeris, la ganyota degollada dels colors,
la braga llimant els èlitres del coixí, colosal apoteca on
pedreguen els escapularis el setí de les escales.
És interminable el ferment de la sal, les hores carnívores
irrompent al llit amb cuqleig metàl•lic, sense més flauta
que aquest hivern tranuitat
de la matinada, de les vesprades, de les parpelles sagnants.)

Porte dies pensant en el cigarret dels segles:el combat és dur
quan no s'esperen miracles, l'atzar fantasmal
de les possibilitats, l'ull prohibit discorreguent en la llimonada,
creus i llums acompanyen en els ascensors,
aires grisos en el cos dels hisops, llàgrimes rovellades,
llençols en vendaval lliurats a estufes de llenya, al carbó
disposat com un centpeus al tarquim ebriac de la llengua.
És un anar i tornar enmig del fang apegalós, al•luvions arquejats
en la foscor: sulfúriques bastides del somnambulisme,
ventalls jugant a l'acord infinit, gargots en la travessia
inaccesible de la tendresa: dies on l'únic arsenal és el desvetlament.
Dies inajornables com la fruta madura sense consumir-se: passat
el temps, cau el darrer ocell de la tempesta…

Baratària, octubre de 2011





SONAMBULISMO




en la tarde, qué espanto, se transforma
en el más agresivo, legañoso y cenizo
«disparate» goyesco.
ANTONIO MARTÍNEZ SARRIÓN




En el azogue de los silencios, el laberinto, la noche, los sonambulismos,
los armarios olvidados, las alacenas vacías, el día que pierde las ternura
de sus manos, la voz en lo brusco de la saliva:
camino entre los nombres desfallecidos del paisaje,
nada son los arrayanes
acerbos en la boca, cuando la noche es una palpitación desangrada.
Entre faroles de frío, colillas parpadeantes, fila de silencios
a goterones: el agua cayendo en el ataúd de la tierra,
abiertas coordenadas, las ventanas de los ojos, el taburete antiguo
a la altura de los murciélagos; a mi modo, hago conjuros al acertijo
al caníbal inmundo del sifón del traspatio
del calendario con los dedos impares del tabanco
que cuelga de las vigas: zumba el ronquido de la náusea
los modismos subterráneos de los sueños, alrededor sordo
de los estantes, casi impúdicos ante el polvo abrasador de ciertos
anaqueles dispuestos para las sombras,
de torrentes clavados en el sonambulismo, diván de papeles
en los brazos acostumbrados a las paperas de la noche,
a la polución de las postales, a la inusitada rosa pornográfica,
disfrazada de paraguas de éxtasis.

(Hay abrigos quejumbrosos como herejías paralelas a los pájaros,
ritos agridulces, risas desgastadas en la camisa líquida del agua,
un jazz trasnochado, médiums explorando
la diadema de los cementerios, la mueca degollada de los colores,
la braga limando los élitros de la almohada, colosal bodega donde
granizan los escapularios el satín de las escaleras.
Es interminable el fermento de la sal, las horas carnívoras
irrumpiendo en la cama con graznido metálico, sin más flauta
que este invierno trasnochado
de la madrugada, de las tardes, de los párpados sangrantes.)

Llevo días pensando en el cigarro de los siglos: el combate es duro
cuando no se esperan milagros, el azar fantasmal
de las posibilidades, el ojo prohibido discurriendo en la limonada,
cruces y luces acompañan en los ascensores,
aires grises en el cuerpo de los hisopos, lágrimas oxidadas,
sábanas en vendaval entregadas a estufas de leña, al carbón
dispuesto como un ciempiés en el légamo embriagado de le lengua.
Es un ir y venir en medio del barro pegajoso, aluviones arqueados
en la oscuridad: sulfúricos andamios del sonambulismo,
abanicos jugando al acorde infinito, garabatos en la travesía
inaccesible de la ternura: días donde el único arsenal es el desvelo.
Días inaplazables como la fruta madura sin consumirse: pasado
el tiempo, cae el último pájaro de la tormenta…

Barataria, octubre de 2011

jueves, 20 de octubre de 2011

MATÈRIA AMB ESQUERDES/ MATERIA CON GRIETAS. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ


Sempre es difícil caminar amb l'aixadella invertida
de la llum als atzucacs on de penes caben els porus,
cava l'ombra i la llum els seus estrèpits,
crema el corc als taüts de l'alé el ràfec incert...
Imagen tomada de Miswallpapers.net




MATÈRIA AMB ESQUERDES/ MATERIA CON GRIETAS. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ




Querido André:

Es tiempo de vendimia. Pero una vendimia simbólica: la de la materia imperfecta, con fisuras, como adelantas en el título. Las grietas del ser humano. Las del poeta en su propia natura del poetizar. En primer lugar, la grieta del tiempo, capaz de enfrentarse al templo más incólume. En segundo lugar, la luz de la razón. Ya sabíamos que el sueño de la razón produce mostruos, pero André Cruchaga dice la luz de otra manera, a través de una metáfora tan intrépida como contundente: el azadón invertido de la luz. Ya los clásicos nos advertieron que la vida era cavar uno su monumento. En tercer lugar, la grieta de la conciencia derivada tanto de la experiencia como del conocimiento de los sueños. Sin embargo, es la palabra -tan materia como la piedra, según ya nos manifestó la clarividencia de Rubén Darío- la que nos salva a través del poema. Si Juan Ramón Jiménez tiraba la piedra al cielo y le daba en el corazón, André Cruchaga tira la piedra al horizonte para alcanzar con tal poema aquella materia que el tiempo no detiene:

Bajo las estatuas yacentes de la memoria, el cuerpo es lo que es,
idas, regresos, probabilidades, viaje lejano y solitario pese
a las multitudes: así emerge cada poema, jadeante en la órbita
del cuerpo, disuelto en la respiración de las grietas…





MATÈRIA AMB ESQUERDES



los últimos dedos de las hojas
se aferran y se hunden en la ribera húmeda…
T.S.ELIOT




Tot és veritat: el forcat del temps que s'alça sobre les temples,
Els temps difícils de sempre, el cor confiat en la labor
dels carrers, quan tot sembla ser tan efímer, volàtil resina
en les mans, parva de boques com sentinelles d'un món fosc.
La plena raó intriga en les temples i enfila l'alé
cap a la verema de la matèria,
busque la llum en cada hora de pedres, on ningú no puga vendre
hores falses, cels sense treva, socarrats. Així de simple,
intuisc l'estrèpit de la lava baixant a les sabates,
mossegant la biga del capell, la camisa laboriosa dels somnis.

Sempre es difícil caminar amb l'aixadella invertida
de la llum als atzucacs on de penes caben els porus,
cava l'ombra i la llum els seus estrèpits,
crema el corc als taüts de l'alé el ràfec incert
de l'ocell abillat de brines perilloses, guspires de sobte
feroces, madurs llenys que consumeix el foc;
camine durant les hores que l'ànima no necessita d'aixopluc,
ni brases per a calfar l'hivern flotant en la seua naturalesa.

(He vist tremolar els picaportes del calendari, que ara crec molt
en tot aquest fruit de la memòria;
no importa quant haja caminat, o quant haja desanat:
tot té el seu temps per a la sega, la saó de l'olfacte i l'oïda,
per a entendre que les ombres són rius d'aigües estroncables
i que en la porfia del coixí madura també el coneixement;
es fa temps el temps com en una escola,
de nit i llum; de mocadors i deshores…)

Mai no es fortuïta la pedra, si la pedra és la justa manera
d'enfilar-se a l'horitzó,
si la paraula ens salva dels silencis noctàmbuls i genuflexos,
si de sobte dels cresols fem alborades,
si la suor és la resposta a la gàbia que ens mossega,
si en sacsar la consciència, sacsem també els dimonis,
que la nit enfunda com saba, sang enroscada en cada colp.
Cadascú alça des de la seua set, aqueixa matèria que el temps no detura:
tota profunditat fendeix la cendra dels dies,
volen les escates destintades dels punys,
boten de la carn els fantasmes, amb barres mortals
i, tanmateix, les esquerdes no ens afonen, ens desafia l'espai
estret de la gravetat, la corrent de granit inesperada.

Davall de les estàtues jaients de la memòria, el cos és el que és,
anades, vingudes, probabilitats, viatge llunyà i solitari malgrat
les multituds: així emergeix cada poema, panteixant en l'òrbita
del cos, dissolt en la respiració de les esquerdes…

Baratària, octubre de 2011





MATERIA CON GRIETAS




los últimos dedos de las hojas
se aferran y se hunden en la ribera húmeda…
T.S.ELIOT




Todo es verdad: el arado del tiempo que se alza sobre las sienes,
los tiempos difíciles de siempre, el corazón confiado en la labor
de las calles, cuando todo parece ser tan efímero, volátil resina
en las manos, parva de bocas como centinelas de un mundo oscuro.
La plena razón cabildea en las sienes y enfila el aliento
hacia la vendimia de la materia,
busco la luz en cada hora de piedras, donde nadie pueda vender
horas falsas, cielos sin tregua, chamuscados. Así de simple,
intuyo el estrépito de la lava bajando a los zapatos,
mordiendo la viga del sombrero, la camisa laboriosa de los sueños.

Siempre es difícil caminar con el azadón invertido
de la luz en los callejones donde apenas caben los poros,
cava la sombra y la luz sus estrépitos,
arde la carcoma en los ataúdes del aliento, el alero incierto
del pájaro ataviado de briznas peligrosas, centellas de pronto
feroces, maduros leños que consume el fuego;
camino durante las horas que el alma no necesita de abrigo,
ni brasas para calentar el invierno flotando en su naturaleza.

(He visto temblar los aldabones del calendario, que ahora creo mucho
en todo este fruto de la memoria;
no importa cuánto haya caminado, o cuánto haya desandado:
todo tiene su tiempo para la siega, la sazón del olfato y el oído,
para entender que las sombras son ríos de aguas restañables
y que en la porfía de la almohada madura también el conocimiento;
se hace tiempo el tiempo como en una escuela,
de noche y luz; de pañuelos y deshoras…)

Nunca es fortuita la piedra, si la piedra, si la piedra es el justo modo
de trepar al horizonte,
si la palabra nos salva de los silencios noctámbulos y genuflexos,
si de pronto de los candiles hacemos alboradas,
si el sudor es la respuesta a la jaula que nos muerde,
si al sacudir la conciencia, sacudimos también los demonios,
que la noche enfunda como savia, sangre enroscada en cada golpe.
Cada quien alza desde su sed, esa materia que el tiempo no detiene:
toda profundidad hiende la ceniza de los días,
vuelan las escamas desteñidas de los puños,
saltan de la carne los fantasmas, con mandíbulas mortales
y sin embargo, las grietas no nos hunden, nos desafía el espacio
estrecho de la gravedad, la corriente de granito inesperada.

Bajo las estatuas yacentes de la memoria, el cuerpo es lo que es,
idas, regresos, probabilidades, viaje lejano y solitario pese
a las multitudes: así emerge cada poema, jadeante en la órbita
del cuerpo, disuelto en la respiración de las grietas…

Barataria, octubre de 2011

sábado, 15 de octubre de 2011

CERIMÒNIA PLURAL/ CEREMONIA PLURAL. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ


Al capdavall ens cundeix l'aigua desquallada, l'aigua recolzada
en la branca dels ulls, el foc dels pulmons,
la llum maridada al teulat desplegada en llumins de sucre.
Imagen tomada de Miswallpapers.net





CERIMÒNIA PLURAL/ CEREMONIA PLURAL. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ



Querido André:


En primer lugar, gracias por la dedicatoria, que de alguna rompe el silencio con que me tenías atado. Tus versos son un collar de metáforas, un encadenamiento de 'pétalos desclavados de las nubes en el sinfín del cuaderno plural de tinta y sangre' en el dintel del tiempo.
Y a bote pronto hay un verso que me deja despitorrado -coge ésa.

la luz desposada al tejado, desplegada en fósforos de azúcar

Bellísimo. Imagino la plasticidad de tu verso: un techo ardiendo por una luz o lumbre que, fruto de su entrega en tal tálamo de amor (techo a la intemperie), se derrama y esparce en cerillas o fósforos de azúcar. Una imagen que rompe incluso con el tabú de la infancia: las mamás siempre advirtiéndonos que no nos lleváramos monedas, medallas o canicas... y mucho menos mixtos (cerillas o fósforos) a la boca. Qué tentación, pues.
A-co-jo-nan-te!!!

Pere Bessó
Mislata, 15 de octubre de 2011






CERIMÒNIA PLURAL



A Pere Bessó, en la permanència de la llum.




…vayamos haciendo camino
creyendo que lo hacemos desde dentro
para no morir,
para no dejarse vencer por el tiempo…
ANA MARÍA FAGUNDO





La llum com una litúrgia desvetlada en la nuesa del crepuscle,
l'armari de paret en l'ardor dels batecs, cofre de cristal•lina sal,
mar adins els jardins subterranis desfent el seu cos,
cada lletreig és un diorama en sí mateix d'aires esparsos
en tot el present de les bigues i la llinda del temps,
pètals desclavats dels núvols en el sens fi del quadern plural
de tinta i sang, d'escales enceses de paraigües.

(Torne als ulls acumulats del xiuxiueig, ritus de lluernes
fent previsible la brasa estesa en la llengua,
l'horiztzó on el pols es torna armari de paret petri, fecund
aprenentatge de l'arc del cel, trajecte plural de l'horitzó.
De l'aroma apressat d'ocells, emergeixen valises de secret: el temps
que de manera inversemblant corre immers a través de les dents,
també el desdejuni en trossets,
memòria i tragí del desencert, ràfega que ens condueix a tapisseries
esponjades, a mans que recordem perquè un dia foren les nostres
mans, territori d'armaris de paret, turó al capciró de l'alé.)

Al capdavall ens cundeix l'aigua desquallada, l'aigua recolzada
en la branca dels ulls, el foc dels pulmons,
la llum maridada al teulat desplegada en llumins de sucre.
A voltes pres d'aigües espaiades, ens endinsem en la respiració
del poema, com entra un infant a la bengala tangible de la tinta,
al gargot que, en els seus estreps,
porta claredat i mèrvels, blanques violes en les parpelles.
Altrament, les teranyines no tindrien sentit, ni càmfora l'aire,
ni balcons filials, ni carrers on l'alé es torne fogata;
altrament, nosaltres, els noctàmbuls, perderíem la llum
per a respirar l'aire o, en tot cas,
per a trobar sentit a la intempèrie de les pàgines en blanc,
al matinejar que ens dóna la nit de lluernes,
al somni pregon dels pins ofegat al pit.
Altrament, sí, altrament, la pedra hi restaria, imbatible
com la tinta estampada en parets sinistres, com el ventall
de l'ermàs despentinat enmig de tanta garrotxa,
entre pòlips de fermentada ressaca, entre canelobres d'ansietats.
Mire caragols penjant de la llinda: mire paraules grogues,
estranys litorals d'oliban,
de segurs és el mirall, la mateixa cerimònia plural de la saba,
la terra que de sobte ens refugia en el seu puls,
o la memòria que respira en el rapte dels espectres,
les trenes pressentides de l'inevitable: el poema amb les seues recurrents
portes, les onades blanques de la consciència compartida.

Baratària, 14.X.2011





CEREMONIA PLURAL



A Pere Bessó, en la permanencia de la luz.




…vayamos haciendo camino
creyendo que lo hacemos desde dentro
para no morir,
para no dejarse vencer por el tiempo…
ANA MARÍA FAGUNDO




La luz como una liturgia desvelada en la desnudez del crepúsculo,
la alacena en el ardor de los latidos, cofre de cristalina sal,
mar adentro los jardines subterráneos deshaciendo su cuerpo,
cada deletreo es un diorama en sí mismo de aires esparcidos
en todo el presente de las vigas y el dintel del tiempo,
pétalos desclavados de las nubes en el sinfín del cuaderno plural
de tinta y sangre, de escaleras encendidas de paraguas.

(Vuelvo a los ojos acumulados del murmullo, rito de luciérnagas
haciendo previsible la brasa tendida en la lengua,
el horizonte donde el pulso se vuelve alacena pétrea, fecundo
aprendizaje del arco iris, trayecto plural del horizonte.
Del aroma urgido de pájaros, emergen valijas de sigilo: el tiempo
que de manera inverosímil corre inmerso a través de los dientes,
también el desayuno en trocitos,
memoria y ajetreo del desatino, ráfaga que nos conduce a esponjadas
tapicerías, a manos que recordamos porque un día fueron nuestras
manos, territorio de alacenas, colina en la yema del aliento.)

Después de todo nos cunde el agua descuajada, el agua reclinada
en la rama de los ojos, el fuego de los pulmones,
la luz desposada en el tejado desplegada en fósforos de azúcar.
A veces asido de aguas espaciosas, nos adentramos en la respiración
del poema, como entra un niño a la bengala tangible de la tinta,
al garabato que, en sus estribaciones,
lleva claridad y canicas, blancos alelíes en los párpados.
De otro modo, las telarañas no tendrían sentido, ni alcanfor el aire,
ni balcones filiales, ni calles donde el aliento se vuelva fogata;
de otro modo, nosotros, los noctámbulos, perderíamos la lumbre
para respirar el aire o, en todo caso,
para encontrarle sentido a la intemperie de las páginas en blanco,
al madrugón que nos da la noche de luciérnagas,
al hondo sueño de los pinos ahogado en el pecho.
De otro modo, sí, de otro modo, la piedra estaría allí, imbatible
como la tinta estampada en paredes siniestras, como el abanico
del páramo despeinado entre tanta breña,
entre pólipos de fermentada resaca, entre candelabros de ansiedades.
Miro caracoles colgando del dintel: miro palabras amarillas,
extraños litorales de incienso,
de seguro es el espejismo, la misma ceremonia plural de la savia,
la tierra que de repente nos refugia en su pulso,
o la memoria que respira en el rapto de los espectros,
las trenzas presentidas de lo inevitable: el poema con sus recurrentes
puertas, el oleaje blanco de la conciencia compartida.

Barataria, 14.X.2011

miércoles, 12 de octubre de 2011

RELECTURA DE L’ALÉ/ RELECTURA DEL ALIENTO. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ.


I és així com l’espill transparenta el present del poema,
la volença a les estovalles de les campanetes,
els velers que endinsen en les temples la bretxa necessària
per tal d’alçar cada dia la foguera vessada en la taula.
Imagen tomada de Miswallpapers.net





RELECTURA DE L’ALÉ/ RELECTURA DEL ALIENTO. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ.




Querido André:

Un poeta que es capaz de ver en el vaso de agua de la mesa de trabajo el pozo del deseo puede también releer el aliento en cualquiera de los objetos y lugares reales o ensoñados: alacena, luna llena, rocío con perfume de hierbabuena o una simple cerilla. En barcos, trenes o gaviotas puede iluminar el “aliento del poema”:

A veces hay sombras desvaídas que se vuelven invisibles: sombras
donde se congrega el umbral del aliento.

Para ese poeta capaz de alentar los deseos a través de la escritura vale la introspección en el umbral de la conciencia:

Cada relectura nos da la luz necesaria para caminar de nuevo
sobre la desbandada de ventanas que pasa por la rendija del aliento

Una relectura que es seducción misma de nuevo. Relectura capaz de transportar a los viejos mitos de la desposesión y de la desnudez: amantes ciegos, falsos profetas, desamparados… hasta volver a dar luz al mito de la hoja de laurel en el propio poema:

Me seduce la desnudez, ¿dónde estás Daphne, con tus largas trenzas
amarrando al borracho del deseo?


Pere Bessó




RELECTURA DE L’ALÉ





En l’harmonia de l’armari de paret, la lluna redona il•lumina en las mans.
En la antesala de l’alba, la menta del ros, el llumí que refila,
com un altre ull en las ninetes: rellig l’alé en obrir-se el pols.
Dia rere dia els vaixells en las gavines, els trens en l’ala,
quasi com una llum alada que mai no termina, sinó en l’infinit;
en el bulliment del poema, tots els somnis: l’aleteig franc de la tinta,
costera amunt la pàgina en la fam, la xanca de les línies
en l’alfabet, com l’aigua blanca que s’escola en la gola.
El tragí diari sempre resulta una mena de sorpresa:
sal, sang i sucre donen vida a l’alé des dels pastos del goig.

I és així com l’espill transparenta el present del poema,
la volença a les estovalles de les campanetes,
els velers que endinsen en les temples la bretxa necessària
per tal d’alçar cada dia la foguera vessada en la taula.
A voltes hi ha ombres esvanides que es tornen invisibles: ombres
on es congrega el llindar de l’alé;
d’altres potser no faran aquest exercici de transparència i cremen
de bona hora els manuscrits de l’ànima,
cremen el xiuxiueig dels carrers del temps amb ànima de serfs.

(En la humitat és propici llavar la saliva de les parets,
oferir la mà sense taques i sense por al proïsme,
mirar el límit del tobogan de l’ocell aturat al cantó
de la fulla que es balanceja en l’evangeli del sexe;
hem viscut a mercé de la nit deixant-nos per l’espiera
de les ombres, sense cap altra alcova que la demència del País en agonia;
ara toca desaprendre els crepuscles,
i matar el llop gris dels records, l’última tomba dels fantasmes
al peu del cel i els estranys beuratges de la història.)

Cada relectura ens dóna la llum necessària per a caminar de nou
sobre la desbandada de finestres que passa per l’escletxa de l’alé;
veig el subsòl de la consciència en perpetu assetjament,
tirada pels cavalls del somni, cascos de pòstum ardiment,
rellotges amb la pus a flor del metall,
absurds que llepen les puntes de les aletes dels peixos.
Atie la flama del cresol a l’hora de aguaitar la tinta del quadern,
damunt de la gespa, l’esquirol, l’alé, la necessitat de pegar
els bocins dels plats trencats, tocar la pedra de la illada,
entretindre’m en el bar de les plenàries legislatives, caminar
damunt de l’espill mentre plou i el fang es fa fang.

Vull rellegir de nou tot el planeta: em sedueixen els
amants cecs que perllonguen la seua agonia en el mocador, els falsos profetes
que udolen al barranc de la fossa comuna dels desemparats.
Em sedueix el despullament, on ets Daphne, amb les teues llargues trenes
amarrant l’embriac del desig?
Damunt de la taula un got amb aigua com a pou dels desigs…

Baratària, octubre de 2011





RELECTURA DEL ALIENTO





En la armonía de la alacena, la luna llena alumbra en las manos.
En la antesala del alba, la hierbabuena del rocío, el fósforo que trina,
como otro ojo en las pupilas: releo el aliento al abrirse el pulso.
Día a día los barcos en las gaviotas, los trenes en el ala,
casi como una luz alada que nunca termina, sino en el infinito;
en el hervor del poema, todos los sueños: el aleteo franco de la tinta,
cuesta arriba la página en el hambre, el zanco de las líneas
en el alfabeto, como el agua blanca que se cuela en la garganta.
El trajín diario siempre resulta una suerte de sorpresa:
sal, sangre y azúcar, le dan vida al aliento desde los pastos del gozo.

Y es así como el espejo transparenta el presente del poema,
la querencia al mantel de las campánulas,
los veleros que internan en las sienes la brecha necesaria
para levantar cada día, la hoguera derramada en la mesa.
A veces hay sombras desvaídas que se vuelven invisibles: sombras
donde se congrega el umbral del aliento;
otros quizá no hagan este ejercicio de transparencia y quemen
a temprana hora los manuscritos del alma,
ardan en el susurro de las calles del tiempo con alma de siervos.

(En la humedad, es propicio lavar la saliva de las paredes,
ofrecer la mano sin manchas y sin miedo al prójimo,
mirar el límite del tobogán del pájaro estacionado en la esquina
de la hoja que se columpia en el evangelio del sexo;
hemos vivido a merced de la noche dejándonos por la mirilla
de las sombras, sin más alcoba que la demencia del País en agonía;
ahora toca desaprender los crepúsculos,
y matar al lobo gris de los recuerdos, la última tumba de los fantasmas
al pie del cielo y los extraños brebajes de la historia.)

Cada relectura nos da la luz necesaria para caminar de nuevo
sobre la desbandada de ventanas que pasa por la rendija del aliento;
veo el subsuelo de la conciencia en perpetuo asedio,
tirada por los caballos del sueño, cascos de póstumo ardimiento,
relojes con la pus a flor del metal,
absurdos que lamen las puntas de las aletas de los peces.
Atizo la llama del candil a la hora de acechar la tinta del cuaderno,
sobre el césped, la ardilla, el aliento, la necesidad de pegar
los pedazos de los platos rotos, tocar la piedra del ijar,
entretenerme en el bar de las plenarias legislativas, caminar
sobre el espejo mientras llueve y el barro se hace fango.

Quiero releer de nuevo todo el planeta: me seducen los ciegos
amantes que prolongan su agonía en el pañuelo, los falsos profetas
que aúllan en el barranco de la fosa común de los desamparados.
Me seduce la desnudez, ¿dónde estás Daphne, con tus largas trenzas
amarrando al borracho del deseo?
Sobre la mesa un vaso con agua como el pozo de los deseos…

Barataria, octubre de 2011

lunes, 10 de octubre de 2011

GERMINACIÓ DE LA RESPIRACIÓ/ GERMINACIÓN DE LA RESPIRACIÓN: COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ


A voltes la distància és la companyia més certa que tenim;
germinen incomptables les absències, l’edat que perd el panteix,
la fi de l’espavent quan arriba la partida,
la brisa on immolem els parèntesis d’ahir, hui i demà.
Fotografía de Alfonso Aguirre



GERMINACIÓ DE LA RESPIRACIÓ/ GERMINACIÓN DE LA RESPIRACIÓN: COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ.



Querido André:

Un poema maduro. No en balde asumes desde la escritura –ya desde el propio título- que tu respiración ha germinado. El halo vital se insume en el poema, sabiendo, como dices, que el amor es una boca de larga agonía.

He recortado del poema, por más que la lectura honda requiere de todos sus versos, unos fragmentos que valen por si mismos como auténticos 'poemas' que para sí quisieran muchos cantores de la brevedad:

El poema empieza cuando algo muere: todo fulgor tiene vigas
de ceniza, aires indefinibles, pálpitos misteriosos que luego
escapan de las ventanas como los vilanos.

Deliciosa e inquietante certeza: en el principio está el fin, decían los clásicos. La muerte como culminación de la vida. Sí, pero André va más allá, si es que eso es posible. Llegados a la cima de la experiencia humana, que es imperfecta y condenada a la nada, queda el comienzo de un nuevo fulgor, el poema, que es como la luz, de otra manera. Podríamos citar Yves Bonnefoy: la imperfección está en la cima. Podríamos decir ínfulas de metafísica, pero andaríamos errados. Honda reflexión y delicadeza. Algo tan inmaterial como el fulgor, el destello -l’éclat de los simbolistas- aparece como el edificio con bigas que lo sostienen y vaya bigas, de ceniza, nada menos. Ya estamos acostumbrados a ese vívido contraste con que André suele apuntalar su poesía, que es ir allá de la mera provocación al lector. Insisto que no hay que quedarse con el espejo de la metafísica, porque sí, en este poema la reflexión es honda, pero también permanece en el puntillismo del detalle más coloquial y doméstico. Observemos la comparación de esos aires y pálpitos del fragmento anterior, tan próximos a una adjetivación neorromántica, casi forzada, para provocar el pullazo del contrapunto con un elemento tan aparentemente fútil como del reino de nuestra infancia: los vilanos.

Vilanos que nosotros, los niños valencianos de mi época tratábamos de coger, cuando un aire los levantaba y comenzaban su revoleteo en ascensión. Y cantábamos, como un juego más, a los agüelets. Forma dialectal de güelo o aviet, en valenciano normativo; en castellano: abuelitos. La consideración de esta metáfora pura nos llevaría, quizás, a la lectura antropológica en torno a la muerte, pero creo que también la lectura de la esperanza: se nos decía a los niños que si atrapábamos un vilano y pensábamos secretamente en un deseo, éste se cumpliría si abríamos la palma de la mano, soplábamos y el vilano iniciaba su lenta ascensión hacia el firmamento...

Vaya, André, me he ido, acaso de vara. O mejor, varios pueblos, pero me ha apetecido, ya ves, hablarte de la germinación de mi infancia. Culpa tuya, ha sido culpa teua, que en eso también me recuerdas a mi niñez.

Escojo otro fragmento, para acabar, que merecería mucho más a comentar, pero voy a señalar sólo un elemento constante en tu poesía: la afición a la definición, algo tan querido de los clásicos, lo que conlleva en síntesis a la metáfora copulativa de ambos planos o a la tendencia de las parasemias o refranes: “En cada lágrima hay incesantes pañuelos”…

En cada lágrima hay incesantes pañuelos:
la lluvia hace su labor para limpiar el alma, germinan las formas
más diversas de la luz, el asombro sin amputaciones,
el aura en el ojo del verso, la semilla derramada en la tinta.





GERMINACIÓ DE LA RESPIRACIÓ





Al capdavall la poesia respira en la germinació del rictu
enfilat en les anadures de la fullaraca. Al capdavall,
caminar és sanar succeint-se en el fluir de les voravies
que obrin el camí assumit pel ferment, raneres
de la llavor llostrejada, dins del foc que ens sosté.
En l’enfiladissa del vent, cenyeixen les aigües la seua cintura,
temps a revelar-se en la redonesa de les paraules,
diguem-ne respiració propiciatòria
que fa fragor als papirs de l’hàlit, estany de tròpics
i paradoxes, definitiu hivern, graó pregon de la gola.

A voltes la distància és la companyia més certa que tenim;
germinen incomptables les absències, l’edat que perd el panteix,
la fi de l’espavent quan arriba la partida,
la brisa on immolem els parèntesis d’ahir, hui i demà.
Tot allò que ens és donat ho reconec en la respiració:
aprenguí del pinar el xerric de les branques de la consciència,
l’alé de la llum en la trementina,
la immanència del vent en les llavors, també la finestra que s’inunda d’atropellaments,
llibres mig oberts de la becada, l’ofegament de la tinta en la mirada.

Malgrat tot, sostinc la respiració dels màstics,
el paradís és aquesta faena d’escriure tots els dies amb llàntia
i tinta i quadern, amb records, empomant el cresol
fins a veure llum en la ferida, perquè viure és encara una invitació
al poema, a la cruïlla del mar sense repòs i sense fatiga.
Tinc pressa, és clar, per això no em detinc en bagatel•les,
ni en els armaris oxidats que guardaren el meu pit:
el temps naix en cada alabastre del poema,
naix en la bresca del llampec, en l’ofici dels arrels;
el temps és cada un dins del tuguri de les ombres,
el món, un perllongament adust de les bresques,
on els dits enfonsen les seues mateixes cabòries.
El poema comença quan alguna cosa mor: tot fulgor té bigues
de cendra, aires indefinibles, bategades misterioses que després
escapen de les finestres com els vil•lans.

Com no pensar, al capdavall, en l’encaix dels litorals,
en la tasca del record que neteja la casa, en els senyals visibles
de la terra? En cada llàgrima hi ha incessants mocadors:
la pluja fa la seua faena per a netejar l’ànima, germinen les formes
més diverses de la llum, l’espavent sense amputacions,
l’aura en l’ull del vers, el sement vessat en la tinta.
Res no ha mort i tanmateix tot mor: la pell dissol
El sexe en l’expiració: l’amor és una boca de llarga agonia,
On obra la incandescència. La respiració fa allò que li pertoca:
Deixondeix l’espill i face florir la set…

Baratària, octubre de 2011





GERMINACIÓN DE LA RESPIRACIÓN




Después de todo la poesía respira en la germinación del rictus
enhebrado en las andaduras de la hojarasca. Después de todo,
caminar es ir sucediéndose en el fluir de las aceras
que abren el camino asumido por el fermento, estertores
de la semilla amanecida, dentro del fuego que nos sostiene.
En la enredadera del viento, ciñen las aguas su cintura,
tiempo a revelarse en la redondez de las palabras,
digamos respiración propiciatoria
que hace fragor en los papiros del hálito, estanque de trópicos
y paradojas, definitivo invierno, hondo peldaño de la garganta.

A veces la distancia es la compañía más cierta que tenemos;
germinan incontables las ausencias, la edad que pierde el jadeo,
el final del asombro cuando llega la partida,
la brisa donde inmolamos los paréntesis de ayer, hoy y mañana.
Todo cuanto nos es dado lo reconozco en la respiración:
aprendí del pinar el chirrido de las ramas de la conciencia,
el aliento de la luz en la trementina,
la inminencia del viento en las semillas, también la ventana
que se inunda de atropellos,
libros semiabiertos del entresueño, el ahogo de la tinta en la mirada.

Pese a todo, sostengo la respiración de los almácigos,
el paraíso es esta faena de escribir todos los días con lámpara
y tinta y cuaderno, con recuerdos, empuñando el candil
hasta ver luz en la herida, porque vivir es todavía, una invitación
al poema, al cruce del mar sin descanso y sin fatiga.
Tengo prisa, desde luego, por eso no me detengo en bagatelas,
ni en los armarios oxidados que guardaron mi pecho:
el tiempo nace en cada alabastro del poema,
nace en el panal del relámpago, en el oficio de las raíces;
el tiempo es cada uno dentro del tugurio de las sombras,
el mundo, una prolongación adusta de los panales,
donde los dedos hunden sus propias cavilaciones.
El poema empieza cuando algo muere: todo fulgor tiene vigas
de ceniza, aires indefinibles, pálpitos misteriosos que luego
escapan de las ventanas como los vilanos.

¿Cómo no pensar, después de todo, en el encaje de los litorales,
en la labor del recuerdo que limpia la casa, en las señales visibles
de la tierra? En cada lágrima hay incesantes pañuelos:
la lluvia hace su labor para limpiar el alma, germinan las formas
más diversas de la luz, el asombro sin amputaciones,
el aura en el ojo del verso, la semilla derramada en la tinta.
Nada ha muerto y sin embargo todo muere: la piel disuelve
El sexo en la expiración: el amor es una boca de larga agonía,
Donde obra la incandescencia. La respiración hace lo suyo:
Desvela el espejo y hace florecer la sed…

Barataria, octubre de 2011

sábado, 1 de octubre de 2011

PUNTUALITAT DE LA NIT/PUNTUALIDAD DE LA NOCHE. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN PERE BESSÓ.


He sigut durant anys, un nom entre tants noms:
davall dels cels que gasten el seu mateix ferment, la nit com un arbre
gegant, rostre cec invisible en el col•loqui,
on només bateguen litorals buits. On els dies són estrelles
nàufragues, herència d'entropessades en la gola.
Imagen tomada de Miswallpapers.net




PUNTUALITAT DE LA NIT/PUNTUALIDAD DE LA NOCHE. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN PERE BESSÓ.




Aunque graves razones personales me impiden trabajar en tus textos como debiera, sigo leyéndote noche a noche con el deleite que sólo la madrugada alcanza. Te envío el poema traducido, después de haberlo hecho mío, en el sentido más desposeído, pero no paradójico. Tú me entiendes. El poema ha comulgado conmigo, como la dosis inversa de la lectura puntual, nocherniega, noctámbula. Y, claro, Ella no faltará a la cita. La noche, tema mayor de la lírica, que tú sostienes con tu riquísimo y coherente armazón conceptual, trufado de un aparato retórico-formal exquisito y que señalan la maniera tan tuya de trabajar la escritura, el artefacto del poema. Porque es el tuyo un poema de buen trabado lirismo. Un poema que permite leerse de un tirón, sin reposo, tal cual llega la noche para después, más sosegadamente, ir advirtiendo los juegos ocultos. Una vez que percibimos -sentimos- cómo André anima la Noche, el lector consciente advertirá las dos caras de la misma: la de la noche que llega, pero también sus huidas. Una noche, amante fiel, transcrita desde el borbotar de imágenes que se entrelazan y ensamblan para lograr el tono obscuro que celebra el texto. Sólo deseo destacar un elemento muy productivo en la poética de Andre Cruchaga: los ojos. Unos ojos que la noche rompe para ubicar el paisaje de las sombras. Unos ojos asociados sorpresivamente, por ejemplo, a una metáfora de hondo calado transracional: paraguas de ceniza. Y es que la asociación hay que preverla: se abre y se cierra un paraguas como se abren y se cierran los ojos. Por ese camino que un lector exigente debe cumplir, puede ensoñar, con la ayuda del poema, la sal, la mar, el pozo, los párpados y tantos elementos recurrentes para colegir -curioso que en el poema no se nombre aun estando en la retaguardia, la lluvia (aunque una lluvia de cenizas se presienta)- que ni siquiera nos cobija el árbol gigante de la Noche...

Mislata, Valencia, septiembre 30 de 2011-09-30




PUNTUALITAT DE LA NIT




Sempre arribes d'hora, sense repòs, armada de premeditades
ombres, puntual com l'esfera dels fanals en plena intempèrie;
omplis la meua boca de paraules fosques, trenques els meus ulls per a posar
paraigües de cendra, abandons i ossos esberlats.
Tot és així d'indefens en el paladar que acumula paraules
incertes. Batega la nit en la fotja de les hores, en aquesta lentitud
de viure dins de masmorres, de fer camins amb la sal
de les pestanyes, de defugir el cos entre corbs i teranyines.

—No hi ets. Mai no estàs filant l'horitzó amb d'altres colors
que no siga el color de les burilles desfent la seua espiral d'abelles;
Vespreja als vaixells i, també, en els peixos de la vida:
llavors cauen les enfiladisses al pou que els ocells han fet
als racons de les cantonades, en el niu perllongat que els braços
deleren. Aquestes ales fatigades envelleixen en l'ara de les parets,
i, encara que sobtoses, abasten cert vol,
gasten el seu cor en la feixuguesa que penja de les hores sense objecció.
He sigut durant anys, un nom entre tants noms:
davall dels cels que gasten el seu mateix ferment, la nit com un arbre
gegant, rostre cec invisible en el col•loqui,
on només bateguen litorals buits. On els dies són estrelles
nàufragues, herència d'entropessades en la gola.

Res no és tan puntual i precís com el rellotge d'aigua en la mar
que soscava els ulls, i escriu llegendes cegues i s'endinsa
en l'alé amb força furibunda; en cada mort que em deixa
la nit, els mesos sense retard, ombres llevades al poema,
larves gestant ombres en matèria i temps.
És possible que un dia trenque les ales, el soroll, el passa-muntanyes
dels camins, el cigarret que relata els meus racons;
és possible perforar la ferida del granit que esberla l'alé,
la molsa que fa llunyana la claror.

Sovint tan sols és possible la intempèrie tacada de violència,
la dificultat de fer soroll en la garrotxa, damunt de les verdures
podrides en mocadors, ombres buscant la seua ferida.
En aquesta llenya del terra habiten els voltants del caos amb tots
els seus matisos: pàgines nuvolades, esvanides amb els matins,
torrencials vísceres del desordre, altures invertides
de sobretaula, escales de doble vertigen.

Hi ha fugides, també, en cada puntualidad de la nit;
diluvis esperant la següent hora, poemes oblidats en la pell,
aguaits rajant mapes, a la vorera dels cementeris,
teulats on naufraga l'arc de Sant Martí, mesos amb sobrecàrrec
de puntades, trinxeres sense palpebres.
Quan el rumb és un tren incert, són preferibles les veredes:
Ara udola el niu de les parpelles, els resquills de la nit
llampeguen en la boca, en la taca de la tempesta.

Baratària, setembre de 2011




PUNTUALIDAD DE LA NOCHE




Siempre llegas puntual, sin descansar, armada de premeditadas
sombras, puntual como la esfera de los faroles en plena intemperie;
llenas mi boca de palabras oscuras, rompes mis ojos para poner
paraguas de ceniza, abandonos y desquebrajados huesos.
Todo es así de indefenso en el paladar que acumula palabras
inciertas. Late la noche en la foja de las horas, en esta lentitud
de vivir dentro de mazmorras, de hacer caminos con la sal
de las pestañas, de sortear el cuerpo entre cuervos y telarañas.

—No estás. Nunca estás hilando el horizonte con otros colores
que no sea el color de las colillas deshaciendo su espiral de abejas;
atardece en los barcos y, también, en los peces de la vida:
entonces caen las enredaderas en el pozo que los pájaros han hecho
en los rincones de las esquinas, en el nido prolongado que los brazos
Anhelan. Estas alas fatigadas envejecen en el altar de las paredes,
y aunque de pronto, alcancen cierto vuelo,
gastan su corazón en la torpeza que cuelga de las horas sin reparo.
He sido por años, un nombre entre tantos nombres:
bajo los cielos que gastan su propio fermento, la noche como un árbol
gigante, ciego rostro invisible en el coloquio,
donde sólo laten litorales vacíos. Donde los días son estrellas
náufragas, herencia de tropezones en la garganta.

Nada es tan puntual y preciso como el reloj de agua en la mar
que socava los ojos, y escribe leyendas ciegas y se adentra
en el aliento con fuerza furibunda; en cada muerte que me deja
la noche, los meses sin demora, sombras levadas en el poema,
larvas gestando sombras en materia y tiempo.
Es posible que un día rompa las alas, el ruido, el pasamontañas
de los caminos, el cigarro que relata mis rincones;
es posible perforar la herida del granito que rompe el aliento,
el musgo que hace lejana la claridad.

A menudo sólo es posible la intemperie manchada de violencia,
la dificultad de hacer nido en la breña, sobre las verduras
podridas en pañuelos, sombras buscando su herida.
En esta leña del suelo, habita la cercanía del caos con todos
sus matices: páginas nubladas, desvanecidas con las mañanas,
torrenciales vísceras del desorden, alturas invertidas
de sobremesa, escaleras de doble vértigo.

Hay huidas, también, en cada puntualidad de la noche;
diluvios esperando la siguiente hora, poemas olvidados en la piel,
acechanzas chorreando mapas, al borde los cementerios,
tejados donde naufraga el arco iris, meses con sobrecargo
de puntadas, trincheras sin párpados.
Cuando el rumbo es un tren incierto, son preferibles las veredas:
Ahora aúlla, el nido de los párpados, las esquirlas de la noche
Relampaguean en la boca, en la mancha de la tormenta.

Barataria, 12.X.2011