sábado, 25 de diciembre de 2010

SAINT GEORGE: DARRERA ESCALA/ SAINT GEORGE: ÚLTIMA ESCALA, COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ


Lluny del centre ja de Salt Lake City, al sud, entre els congostos.
La carretera 15 com un vell dromedari, les viles disfressades
de postals, la respiració inflada i els ulls en el seu resplendor
desbordant: l'aurora es disfressa de menta inefable, tremola
el rostre damunt dels pergamins estesos dels estreps.
Carretera central de Saint George






SAINT GEORGE: DARRERA ESCALA/ SAINT GEORGE: ÚLTIMA ESCALA, COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ



Querido André:

Mi presente de Navidad: tu poema de San Jorge a la gringa, a despecho de la vieja mitología. Un nuevo caballero de la poesía con las nuevas armaduras y el nuevo caballo metálico y su mesnada siguiéndole. Un nuevo San Jorge o San Andrés, si quieres, cabalgando hacia el bosque y las montañas desnudas a la búsqueda del nuevo dragón con su cola de pipas de petróleo. O los escorpiones con su veneno de oro negro. Y los nuevos peligros de siempre, los desfiladeros, las nieves o la soledad misma. Y el tiempo del frío para recordar o sumarse al paisaje. Un paisaje resucitado, soñado, digno de la visión. Un paisaje que a mí me hace recordar la noche lorquiana de Poeta en Nueva York, pero que acá con la misma intención de dimensión épica, Andrés, recuperas. Para Lorca la ciudad de neón y el puente de Brooklyn, para tí, amigo, lejos de la megaurbe, el paisaje abierto y desolado -la soledad de nuevo- en el que tampoco nadie duerme, pero acá como allá una última estación, una última escala, la frontera última.
[On the road again i back home, dos modos de cante jondo a la gringa, que en ti suponen el border line, las tierras fronterizas y la vuelta a casa no sólo junto a os tuyos, sino más interiorizada: la vuelta a la lengua de la madre, mujer y hermanos y a la escritura propia]
Alegra ver, hermano, cómo, pese al frío interior y el de las afueras, sigues, tal canned heat, de nuevo en la carretera de las grandes convenciones líricas del amor y desamor, paisaje, soledad, tiempo, muerte y trascendencia... Pero alegra aun más comprobar cómo en el poeta Cruchaga el tránsito de los días cuentan con ciudades y calendarios, santorales con hojas de poemas curtidos a la sazón, como éste:



SAINT GEORGE: DARRERA ESCALA





Lluny del centre ja de Salt Lake City, al sud, entre els congostos.
La carretera 15 com un vell dromedari, les viles disfressades
de postals, la respiració inflada i els ulls en el seu resplendor
desbordant: l'aurora es disfressa de menta inefable, tremola
el rostre damunt dels pergamins estesos dels estreps.
Cases de fusta i sostres de fantasia, escorpions petris
travessant el desert: el fred entumeix el meu alé, encara que semble
paradoxa aquesta gota d'univers al meu pit.
Aleteja un vent lleuger de tempesta: en les àrees de descans fume
un cigarret, mentre d'altres caminants passen amb l'insomni
en el volant. L'armari de paret de l'albor no cap en les meues mans,
ni jo em puc contindre la joia.
Famolencs, la nit ens devora amb astorament oceànic. Sí, és espessa
la nit i aqueixa lluerna que entrelluquem de penes en les fronteres.
El fred no cessa encara al desert. És com anar descalços i en secret
travessant les Muntanyes Rocoses i part dels Apalatxes.
Res no defugeix la set de la foguera, ni la foguera apaga el vol:
—Beatriu, Alfons, Roser i jo, escrivim en el quadern del paisatge;
Abriguem el palpebreig del temps amb les hores familiars;
Pugem a la targeta postal de la fantasia, mentre aprenem
Dels ocells, mentre la sendera ens cura com a casa.
Passem ciutats i ciutats en desvetlament amb un tràfic esclarit
Fins a l'alba: —no veierem a ningú eixint d'amagat del bosc,
Ni desconeguts amb un punyal en les mans.
Las Vegas a la nit és una festa irreal imaginada o ressuscitada:
Ací ningú no dorm amb el seu verdor de llums, —ningú no resta, tampoc,
Arran de les finestres, ningú no desperta de la seua nit íntima
De jocs i apostes.
Al capdavall, posàrem les estovalles dasmunt de la taula i menjàrem: afora un altre
Paisatge ja: verd i fred i uns altres roquissars grocs,
com els de Pasadena i Palmdale a California…

(Escrit en el camí a California des de (West Valley, Salt Lake City, en vehicle, --14 horas--11 de desembre de 2010.)




SAINT GEORGE: ÚLTIMA ESCALA





Lejos del centro ya de Salt Lake City, al sur, entre los desfiladeros.
La carretera 15 como un viejo dromedario, las aldeas disfrazadas
de postales, la respiración henchida y los ojos en su esplendor
desbordante: la aurora se disfraza de hierbabuena inefable, tiembla
el rostro sobre los pergaminos tendidos de las estribaciones.
Casas de madera y techos de fantasía, escorpiones pétreos
atravesando el desierto: el frío entumece mi aliento, aunque parezca
paradoja esta gota de universo en mi pecho.
Aletea un leve viento de tormenta: en las áreas de descanso fumo
un cigarrillo, mientras otros caminantes pasan con el insomnio
en el volante. La alacena del albor no cabe en mis manos,
ni yo puedo contener mi regocijo.
Hambrientos, la noche nos devora con oceánico azoro. Sí, es espesa
la noche y ese tragaluz que apenas divisamos en las fronteras.
El frío no cesa aún en el desierto. Es como ir descalzos y en sigilo
atravesando las montañas Rocosas y parte de los Apalaches.
Nada esquiva la sed de la hoguera, ni la hoguera apaga el vuelo:
—Beatriz, Alfonso, Rosario y yo, escribimos en el cuaderno del paisaje;
Abrigamos el parpadeo del tiempo con las horas familiares;
subimos a la tarjeta postal de la fantasía, mientras aprendemos
de los pájaros, mientras el sendero nos cuide como en casa.
Pasamos ciudades y ciudades en desvelo con un tráfico despejado
hasta el alba: —no vimos a nadie saliendo a hurtadillas del bosque,
ni desconocidos con un puñal en las manos.
Las Vegas en la noche, es una fiesta irreal imaginada o resucitada:
ahí nadie duerme con su verdor de luces, —nadie permanece, tampoco,
al pie de las ventanas, nadie despierta de su íntima noche
de juegos y apuestas.
Al final, pusimos el mantel sobre la mesa y comimos: afuera otro
paisaje ya: verde y frío y otros roquedales amarillos,
como los de Pasadena y Palmdale en California…

(Escrito en el camino a California desde (West Valley, Salt Lake City, UTA en vehículo, --14 horas--11 de diciembre de 2010.)