sábado, 8 de mayo de 2021

CAL•LIGRAFIA DESEIXIDA DE LA NIT│ CALIGRAFÍA DESASIDA DE LA NOCHE

Imagen FB de Pere Bessó



CAL•LIGRAFIA DESEIXIDA DE LA NIT

 

 

Cerrarás los ojos para no mirar por los cristales

la noche y sus negras muecas,

los monstruos amenazantes, lobos negros, negros diablos

como muchedumbre atroz.

Arthur Rimbaud

 

 

En l’ull clos no veiem l’embotellament de les ombres, ni les ganyotes que pul•lulen com velles làpides d’infàmia; en la incandescència de la terra, s’alcen els repunts del trau en la seua tossuderia d’alenada atroç. Pertot arreu floten gruixuts escapularis com peixos eixits de la tempesta d’una angoixa que deixa les seues pròpies macadures amenaçants. A l’ala de l’ocell mutilat, hi ha bisells i bisturís que tallen l’alè de les lligadures de l’espill: grimpe en aquests pedrots de la nit on es consagra el mateix dol, mentre el sanglot no deixa de ser la cal•ligrafia al quadern deseixit de la nit.

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CALIGRAFÍA DESASIDA DE LA NOCHE

 

 

Cerrarás los ojos para no mirar por los cristales

la noche y sus negras muecas,

los monstruos amenazantes, lobos negros, negros diablos

como muchedumbre atroz.

Arthur Rimbaud

 

 

En el ojo cerrado no vemos el embotellamiento de las sombras, ni las muecas que pululan como viejas lápidas de infamia; en la incandescencia de la tierra, se alzan los pespuntes del ojal en su terquedad de bocanada atroz. Por todos lados flotan gruesos escapularios como peces salidos de la tormenta de una angustia que deja sus propias magulladuras amenazantes. En el ala del pájaro mutilado, hay biseles y bisturís que cortan el aliento de las ligaduras del espejo: trepo a esos pedruscos de la noche donde se consagra el mismo luto, mientras el sollozo no deja de ser la caligrafía en el cuaderno desasido de la noche.

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Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga


 

TESTAMENT DE LA IDOLATRIA│ TESTAMENTO DE LA IDOLATRÍA

 

Imagen FB de Pere Bessó



TESTAMENT DE LA IDOLATRIA

 

 

Hi ha una barreja d’escuma en les estirps autoritàries del cudol.

Resulta una raresa veure tapaboques de fum en ple estiu,

al redoblament del maquillatge, sense cobrar-li els emprèstits a l’asfalt,

o a les intempèries d’aquest país d’urgències, de testaments de cendra

i falses profecies pròpies de la idolatria i desdeny a la tendresa.

Sovint fa riure tanta moralitat i colps de pit, les veus

de sobte miraculoses, els baptismes a seques, ocultant l’infern.

Els vells costums es multipliquen com una falsa primavera.

Entrem en un onatge de cel•les, enfonsats els ulls en una retòrica

de mentides, encisats per la disfressa d’una terra cansada d’ossos.

Res no guanyem ací i ho perdem tot.

Som ací entre tants Judes movent només el cap

damunt de la ferida que cada vegada es fa més pregona: hi ha fosques gotes

de por enmig de les comissures de la inclemència, atapeït aleteig

de fum, i fins i tot confosa ingenuïtat en el rictus de l’absurd.

Comence a pensar en l’estranya tortura d’aquest desballestament de portes.

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. Poema d'ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

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TESTAMENTO DE LA IDOLATRÍA

 

 

Hay una mezcla de espuma en las estirpes autoritarias del guijarro.

Resulta una rareza ver bufandas de humo en pleno verano,

al redoble del maquillaje, sin cobrarle los empréstitos al asfalto,

o a las intemperies de este país de urgencias, de testamentos de ceniza

y falsas profecías propias de la idolatría y desdén a la ternura.

A menudo da risa tanta moralidad y golpes de pecho, las voces

de pronto milagrosas, los bautismos a secas, ocultando el infierno.

Las viejas costumbres se multiplican como una falsa primavera.

Entramos a un oleaje de celdas, hundidos los ojos en una retórica

de mentiras, hechizados por el disfraz de una tierra cansada de huesos.

Nada ganamos aquí y lo perdemos todo.

Estamos aquí entre tantos Judas solo moviendo la cabeza

sobre la herida que cada vez se hace más profunda: hay oscuras gotas

de miedo entre las comisuras de la inclemencia, apretado aleteo

de humo, y hasta confundida ingenuidad en el rictus del absurdo.

Comienzo a pensar en la extraña tortura de este desquicio de puertas.

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Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga