sábado, 11 de agosto de 2012

BULLIMENT LA IMPACIÈNCIA/ HERVOR LA IMPACIENCIA. INTRODUCCIÓN AL POEMA Y TRADUCCIÓN PERE BESSÓ

Imatge presa de blog.enfemenino.com




BULLIMENT LA IMPACIÈNCIA/ HERVOR LA IMPACIENCIA. INTRODUCCIÓN AL POEMA Y TRADUCCIÓN PERE BESSÓ




Querido André: Un poema, sin duda fuerte, la desafección, el desapego o el desamor no sólo se halla en el tránsito de la vida, sino que puede convertirse -si el poeta es sincero, valiente e impecable para consigo mismo- en auténtica materia poética. Sólo entonces el poeta puede escribir de y desde el trance: desde la ebullición de la impaciencia a la ebullición de la demencia. En efecto, antes el hervor febril que permite el destello de luz o el traje de relámpago que el estado semiconfortable de una estufa, si escogemos la referencia de Herman Hesse en El lobo estepario.

Ejemplar es el desdoblamiento de la voz lírica que adopta un tono confesional más que evidente:

(Nos damos cuenta, de pronto, que todo cambió y que necesitamos un forense para nuestra enfermedad de desapego, pues la mutilación ha dejado todos los miembros desprendidos: ahora no nos amenazan las arterias rotas del sollozo, sino el aliento arrancado a la guitarra. No respira ni vuelve al punto cero del centelleo.)

El centelleo, sí, el aguijonazo que le haga sentir vivo, piensa el poeta. ¿Más viejos? ¿Mayor experiencia? ¿Más oscuros? hasta llegar a rezongar con la posibilidad de escribir 'otra historia en cuaderno nuevo'. André Crichaga reivindica la pasión del cuerpo, la pasión de la escritura:

"En las cuestiones del aire, lo fiable es el ojo de lo efímero, el fuego que goza de morder boca y sienes y hasta las ingles de las palabras."

La sabia contención de la ironía no exime, como vemos, al poeta de optar por la corporización de la poesía. Y, sin embargo, André Crichaga sabe/siente que está cercano el día que todo se vea a los ojos del poeta con menos urgencia, con la serenidad de quien acepta -confiesa- que ha vivido. En tal actitud poètica, nuestro amigo no ceja en su empeño. Una interrogación retórica que es toda una declaración de principios: ¿es la razón o la nostalgia, el semen o la saliva? Si estas apresuradas disgresiones, a vuelapluma, al menos desean señalar algo es eso: el reconocimiento, ya desde la razón y vuelta a la cordura, de los fluidos que fueron -.semen- y aquél que nos queda -saliva-.

Hay sabiduría de poeta en la última reflexión, a qué negarlo: 'Perdimos y ganamos' Es, pues, la aceptación del tránsito y la pérdida del carpe diem, al tiempo. Finura de puntillista: 'Eso es todo'...




BULLIMENT LA IMPACIÈNCIA



Sovint la impaciència, amb la seua carronya de dies ens dóna vestits de punys tancats. El bulliment ha esdevingut un rampell de genolls inusuals: sobre el guacal de les pròpies abstraccions, els crancs diluïts de la saviesa, les vespes ames de les aixelles, la mort anticipada del que creïem domèstic, el moviment de la sang com un colp d'agulles de cap. (Ens adonem, de sobte, que tot canvià i que necessitem un forense per a la nostra malaltia de desafecte, car la mutilació ha deixat tots els meembres despresos: ara no ens amenacen les artèries trencades del sanglot, sinó l'alé arrancat a la guitarra. No respira ni torna al punt zero de l'espurneig.) Fou, en tot cas, vestit de llampec la història que durant dècades esperí en arques, volàtil llavors com l'aigua oxigenada. A partir d'això, no sé si ens fem més foscos o, en tot cas, hem guanyat la possibilitat d'escriure una altra història en quadern nou. No ho sé. Davall de la llengua, els sabors aïllats; endalt de les telles, el cel acostant-se a les rugues, el bulliment sense pietat de la demència. En les qüestions de l'aire, allò fiable és l'ull de l'efímer, el foc que gaudeix de mossegar boca i temples i fins i tot els engonals de les paraules. Un dia, potser, veurem serenament els canelobres de la cal•ligrafia; i tornarem amb lucidesa a veure menys apressada la vida: és la raó o la nostàlgia, el semen o la saliva? No li busquem ja més explicacions a la mort, ni quequeigs davant dels molins de vent. Perguérem i guanyàrem. Això és tot.

Baratària, 07.VIII.2012




HERVOR LA IMPACIENCIA




A menudo la impaciencia, con su carroña de días nos da trajes de cerrados puños. El hervor se ha convertido en un arrebato de inusuales rodillas: sobre el guacal de los propios ensimismamientos, los diluidos cangrejos de la sapiencia, las avispas dueñas de las axilas, la muerte anticipada de lo que creíamos doméstico, el movimiento de la sangre como un golpe de alfileres. (Nos damos cuenta, de pronto, que todo cambió y que necesitamos un forense para nuestra enfermedad de desapego, pues la mutilación ha dejado todos los miembros desprendidos: ahora no nos amenazan las arterias rotas del sollozo, sino el aliento arrancado a la guitarra. No respira ni vuelve al punto cero del centelleo.) Fue, en todo caso, traje de relámpago la historia que por décadas espero en arcas, volátil entonces como el agua oxigenada. A partir de ello, no sé si nos hacemos más oscuros, o en todo caso, hemos ganado la posibilidad de escribir otra historia en cuaderno nuevo. No lo sé. Debajo de la lengua, los íngrimos sabores; en lo alto de las tejas, el cielo acercándose a la arrugas, el hervor sin piedad de la demencia. En las cuestiones del aire, lo fiable es el ojo de lo efímero, el fuego que goza de morder boca y sienes y hasta las ingles de las palabras. Un día, quizá, veamos con serenidad los candelabros de la caligrafía; y volvamos con lucidez, a ver menos presurosa la vida: ¿es la razón o la nostalgia, el semen o la saliva? Ya no le busquemos más explicaciones a la muerte, ni tartamudeemos frente a los molinos de viento. Perdimos y ganamos. Eso es todo.

Barataria, 07.VIII.2012