lunes, 9 de mayo de 2022

FICCIÓ DE L’INEVITABLE │ FICCIÓN DE LO INEVITABLE

 

Imagen FB de Pere Bessó


FICCIÓ DE L’INEVITABLE

 

 

El fuego alguna vez fue un animal. Un músculo violento que saltaba abrazando cada hoja. Un lengüetazo extremo de calor en la altura voluble del bejuco. La imperiosa fricción de lo invisible con los órganos blandos de la luz, como boca que todo lo mordiese.

María Ángeles Pérez

 

 

De l’ull d’animal cec de les palpitacions, el beixuc de llum de les ficcions, la redempció del cos com un apèndix de l’aigua, en pronunciar les diversas maneres de l’amor a les mans, la vida com a obra de l’ aprenentatge, tots els noms del món a la boca. A la música del foc crema el paradís, el past genital, viu de la sang. A sobre del pit, l’abric de les imperfeccions, fecunda guspira que forada les parpelles i àdhuc aquest somni vibrant dels evangelis. Dins de la frontissa fràgil dels espectres, la remor de la cal•ligrafia: veig el teu cos i em demane si és el teu cos el temps terrestre de la nuesa de la terra. Mire a través dels teus lòbuls, la flor de llum que ets, la taquigrafia de l’aigua a l’argila del nostre imaginari.

.

Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

.

.

FICCIÓN DE LO INEVITABLE

 

 

El fuego alguna vez fue un animal. Un músculo violento que saltaba abrazando cada hoja. Un lengüetazo extremo de calor en la altura voluble del bejuco. La imperiosa fricción de lo invisible con los órganos blandos de la luz, como boca que todo lo mordiese.

María Ángeles Pérez

 

 

Del ojo de animal ciego de las palpitaciones, el bejuco de luz de las ficciones, la redención del cuerpo como un apéndice del agua, al pronunciar las diversas formas del amor en las manos, la vida como obra del aprendizaje, todos los nombres del mundo en la boca. En la música del fuego arde el paraíso, el pasto genital, vivo de la sangre. Sobre el pecho, el abrigo de las imperfecciones, fecunda chispa que horada los párpados y hasta ese sueño vibrante de los evangelios. Dentro del gozne frágil de los espectros, el murmullo de la caligrafía: veo tu cuerpo y me pregunto si es tu cuerpo el tiempo terrestre de la desnudez de la tierra. Miro a través de tus lóbulos, la flor de luz que eres, la taquigrafía del agua en la arcilla de nuestro imaginario.

.

De ‘Como quien pide luz o pide agua’, 2021.2022

©André Cruchaga


L’ ESCRIPTURA AL COS │ LA ESCRITURA EN EL CUERPO

 

Imagen FB de Pere Bessó


L’ ESCRIPTURA AL COS

 

 

En l’escriptura dels llavis, també els olis de la fragància.

Vol des de la pluja remota dels espills, des de l’antic

temps del fred, des dels oracles desagafats de l’argent viu.

Al record fragmentat del temps, coincideixen oblit i rituals

la set imantada enmig dels plecs de la fullaraca,

la rosa de la menopausa en les golfes buides de la soledat.

He après que “l’Evangeli del temps només és una despulla”

Enmig de tants despulles acumulades per la miopia

del cos en el seu vast riu de semen vessat, fer pantaix

de la febrilitat de la llavor, ara silent en el seu trencament.

Tot el bulliment es va fent una extensa glopada d’humitat,

la cal•ligrafia que es gaudeix, però alhora mossega fins al cansament.

I és estrany el sabor de cada lletra, les juntures i els porus,

davall de l’aixopluc, el tràfec del foc d’una mà a una altra,

d’una pell a una altra, visibles els cossos, rodejats del tumult

de diversos udolaments: allà, un moll de peixos grans, un oceà

alat, com un arbre sembrat en plenitud de l’arc de sant Martí.

“A la saliva, dos focs i un bosc esculpits en secret,

cremant les fotografies de la faula.”

Salvades ja les distàncies, fan mal, si de cas, les sirenes verges

en les avences d’un cel que se’ns escapà dels somnis.

Em ric de les meues ulleres i del cocktail de l’esdevenir en una capseta

de música con la flama ensebolida de l’encís.

.

Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït al català per PERE BESSÓ

.

.

LA ESCRITURA EN EL CUERPO

 

 

En la escritura de los labios, también los óleos de la fragancia.

Vuelo desde la lluvia remota de los espejos, desde el antiguo

tiempo del frío, desde los oráculos desasidos del azogue.

En el recuerdo fragmentado del tiempo, coinciden olvido y rituales

la sed imantada en medio de los pliegues de la hojarasca,

la rosa de la menopausia en los desvanes vacíos de la soledad.

He aprendido que “el Evangelio del tiempo tan sólo es un despojo”

entre los tantos despojos acumulados por la miopía

del cuerpo en su vasto río de semen derramado, fiero jadeo

de la febrilidad de la semilla, ahora silente en su rotura.

Todo el hervor se va haciendo una extensa bocanada de humedad,

la caligrafía que se goza, pero a la vez, muerde hasta el cansancio.

Y es extraño el sabor de cada letra, las junturas y los poros,

debajo de la cobija, el trasiego del fuego de una mano a otra,

de una piel a otra, visibles los cuerpos, rodeados del tumulto

de diversos aullidos: allí, un muelle de peces grandes, un océano

alado, como un árbol sembrado en plenitud del arcoíris.

“En la saliva, dos fuegos y un bosque esculpidos en secreto,

quemando las fotografías de la fábula.”

Salvadas ya las distancias, duelen, acaso, las sirenas vírgenes

en las alanzas de un cielo que se nos escapó de los sueños.

Me río de mis ojeras y del cocktail del devenir en una cajita

de música con la flama sepultada del hechizo.

.

De ‘Como quien pide luz o pide agua’, 2021.2022

©André Cruchaga