Imagen tomada de la red
NOTA INTRODUCTORIA
AL POEMARIO "TABERNA"
POR PERE BESSÓ
Querido André:
Aplaudo fervientemente los breves poemas en prosa que
contienen tu poemario “Taberna” (alguno de cuyos poemas ya conocía). Esa mayor
brevedad, claro es, en comparación con los anteriores, permite una lectura más
concentrada y de mayor intensidad, dado que evita que el lector pueda
desparramarse en el bosque de símbolos y esa economía de los mismos permite la
ensoñación en línea, en tiempo real, mientras se lee. Una aprehensión, pues, la
del lector, del contenido lírico lineal y continua. Esa progresión de la
‘captura de lectura’ in situ y ‘pantalla total’ -independientemente de la
vuelta atrás cuantas veces se desee y vuelta a empezar- se ve favorecida por
una mayor contención de las figuras del aparato retórico-formal con que ornas
la escritura.
En efecto, veamos
las principales: la metáfora A [encrucijada] de B [espejo], determinativa, de
ambos planos, real y simbólico, y que se repite en las primera línea si bien,
por un lado, pluralizando a la vez que marcando la indeterminación del plano
real [espejos, vs el espejo] y, por otro, integrándola en una nueva metáfora de
mayor extensión, intención y complejidad sintáctica y semántica: ‘cada cuerpo
es una encrucijada de espejos...’
Tal metáfora
copulativa y sumativa, referencial del cuerpo A [cuerpo] ‘es’ a [encrucijada]
de b [espejo], tan del gusto de André Cruchaga: las metáforas complejas que
tantas veces he advertido y estudiado como uno de sus rasgos de estilo, con el
símil de las matrioskas rusas que sólo tras un sucesivo
desnudamiento se llega a la metáfora-muñeca matriz o nuclear. Añádase, además,
a la complejidad de la métafora copulativa y sumativa señalada la estructura
locativa ‘hacia la piedra’ complementada, a su vez, con la subordinación del
adjetivo adverbial oracional ‘donde se erosionan las manos’ y aun podríamos
señalar el papel de la construcción de pasiva refleja. Pero mejor quedemos en el rol que
juega en la lectura la distorsión semántica, absolutamente controlada en su
voladura: véase frente a la lógica de ‘la mano que lanza la piedra al espejo
para erosionarlo…’, lo que daría a todo un comentario de actores/sujetos que no
compete en este comentario necesariamente escueto.
El lector gozará de
la ‘animación’ de la virtud –piedad- o de la búsqueda de complicidad del yo
lírico con esa forma pronominal inclusiva de la primera persona del plural
–nos-, del mismo modo que asociara, quiera que no, la ‘montaña’ o ‘la ladera’
del poema a Juan de Yepes y sus Cántico
espiritual uOda en la vida
retirada…
Nuestro poeta, André
Cruchaga, sigue con su
trabajo de manufactura de estilo en el código de escritura: la subversión de la
sintaxis y dotación de mayor ‘libertad’ permite, una vez más, por ejemplo, el
desplazamiento calificativo y, por ende, la ruptura de sistema: la ladera oscura de una tabernavs la ladera de una taberna
oscura (y ni siquiera entro
al estudio de la metáfora según la cual a la ‘montaña’ le llega asociada una ‘taberna en su costado’.
Porque en el ámbito de las asociaciones más o menos imprevistas (pero que
guardan la ‘logicidad lírica interna del poema’), nuestro poeta es capaz de
jugar a tres bandas: la lluvia del cielo/la espuma del mar/ la baba del
caracol, subsumiéndolas finalmente en la carambola de la feliz e inesperada
metáfora: ‘la espuma recién llovida de los caracoles’…
En fin, señalemos la
función expresiva de la nominalización de los adverbios (el ayer, el ahora),
marcadores del eje temporal conformado por el par de oposición
-pasado/presente- junto a la sugestión de la mirada –en encrucijada, en clave-
marcada por el juego de oposición ahora en el par de antónimos:
‘insomnio/sueños’, en cuya dialéctica del poema se funden realidad e irrealidad
o ensueño, pues que, en todo caso, habrá que recordar que en el poeta no hay
diferencia de substancia, discontinuidad o abuso de frontera…
CRUÏLLA
DE L’ESPILL
Cada cos és una
cruïlla d’espills, cap a la pedra
on s’erosionen les
mans;
només la pietat pot
salvar-nos del penya-segat, l’aigüavés fosc
d’una taverna, l’escuma acabada de ploure dels
caragols.
Entre un ahir i un
ara, les nits dedicades a l’insomni,
i aqueixa manera de
mirar, en clau, els propis somnis…
Baratària,
19.VIII.2012
ENCRUCIJADA DEL ESPEJO
Cada cuerpo es una
encrucijada de espejos, hacia la piedra
donde se erosionan
las manos;
sólo la piedad puede
salvarnos del acantilado, la ladera oscura
de una
taberna, la espuma recién
llovida de los caracoles.
Entre un ayer y un
ahora, las noches dedicadas al insomnio,
y esa forma de
mirar, en clave, los propios sueños…
Barataria,
19.VIII.2012