martes, 15 de marzo de 2011

PARAULA NUA ENTRE LES MEUES CAMES/ DESNUDA PALABRA ENTRE MIS PIERNAS-TRADUCCIÓN Y COMENTARIO DE PERE BESSÓ


Despertem a l’instant del baf, quan l’ocell obri el seu evangeli,
quan les claus de la llum desperten l’alcova.
En cada imaginari despullem les paraules: despullem
els balcons, respirem l’anhel enmig de les ombres.
SALT LAKE CITY, FOTO DE ANDRÉ CRUCHAGA




PARAULA NUA ENTRE LES MEUES CAMES/ DESNUDA PALABRA ENTRE MIS PIERNAS-TRADUCCIÓN Y COMENTARIO DE PERE BESSÓ



Y es que, querido André, no dejas de sorprenderme: el erotismo de la palabra desnuda, vivenciada en la entrecuja. Ahí es nada, la cita de Camp Rock, capaz de colarse hasta las ingles del poeta. No ignoro que tu poética se alimenta tanto del desnudo como del despojo. Bendito despojo el del paladar del búho en tu lengua, tan sorpresivo como siempre al cabo de tus imágenes visionarias. De todos modos, sólo te diré hoy que es, otro más, uno de los poemas más certeros de la marca Cruchaga. Y si a lo largo del poema me has hecho deleitarme en el sosiego y la obligada ensoñación de las palabras que casi se dejaban tocar, el final del poema, amigo, es de guardar: ese remedo de crepúsculos a punto de ser piedra. Un escarnecimiento de atardeceres que rompen, definitivamente, con los tópicos y convenciones líricas más asimiladas -acendradas- de tradición simbolista. Y algún día tendremos que volver a la piedra de tus rumores. Merecerías un atracón de lascas sensitivas para las cuatro estaciones, y sin salir de la alcoba. Mientras, nos queda a tus lectores el consuelo del tirofijo de la palabra. No necesitamos, pues, salita de suicidas...
Un abrazo.
Pere Bessó




PARAULA NUA ENTRE LES MEUES CAMES




Around here they called it Suicide hall, it's where people end up
when they don't know where else to go. The hopeless, the desperate.
A good place to step off the side of pier and quietly vanish.
CAMP ROCK



Despertem a l’instant del baf, quan l’ocell obri el seu evangeli,
quan les claus de la llum desperten l’alcova.
En cada imaginari despullem les paraules: despullem
els balcons, respirem l’anhel enmig de les ombres.
Mosseguem les anques de la llengua: el coll roig de la lluna davall
de les quatre estacions dels arrels.
Sempre hi ha un lloc en les nits per a habitar les ombres,
llegir el laberint de la perpetuïtat, sense prostituir l’esquerda del foc.
Les nits cauen com un vagó en ple vent,
les paraules resten en el brúfol de la llengua: hi ha un destí i aqueix és
la profunditat del llibre que llig l’horitzó
quan enllumena damunt del silenci, des de dalt de la memòria.
(Sovint li posem ornaments a les oïdes perquè els monstres
siguen més calms en plena fosforescència de cadàvers;
la força de la gravetat mou els carrers de l’aroma, les hèlices
de la consciència, la murtra cremada en l’entrecuix del rellotge,
els oceans amb utensilis descarnats,
algun epíleg en el malson de les escates, en la insistència
póstuma de la parafina a paciència de locomotores desballestades:
cremem les paraules de les finestres tancades; el quadern
de la pietat no existeix, llevat del plany grotesc del calendari
en les seues pol•lucions de cadàver invertebrat: en la cultura de la sal,
dissequem el llit com bagres, guapots o vidriades per a la quaresma
de dubtosa procedència.
En cada llinda de l’alfabet, la boca pronuncia paresnostres,
lianes amb cert gust a barbasco, armadures anyils de la treva,
pors a la branca promiscua del neguit,
a aquest mercat de cols de cabdell garberades, infants marginals de la verdura,
dits indicibles de la litografia quan aquesta es torna simple ornament.)
Creixen les atrocitats en els cels dividits: creix la pústula
com temps de contrició, —ens delata aqueixa voracitat bruta
de les orquídies, les vànoves corrompudes dels núvols, l’hidrogen
pul•lulant en cada porta o parador, la resistència a la càmara de gas
de la cendra, en plens llampecs dels sements.
De sobte em toca posar en ordre tot aquest temps viscut entre
fosques clarors i claus immunes, dies d’incest, d’espills
ballant amb espills, d’hores sumides en la pluja de l’espill,
de falàcies repetides com les lliçons de primer grau, amb tot
l’arsenal dels inodors, amb els camps anitats del paladar,
amb aquest escarniment de crepuscles a punt de ser pedra.

Baratària, 15.III.2011



DESNUDA PALABRA ENTRE MIS PIERNAS




Around here they called it Suicide hall, it's where people end up
when they don't know where else to go. The hopeless, the desperate.
A good place to step off the side of pier and quietly vanish.
CAMP ROCK




Despertamos al instante del vaho, cuando el pájaro abre su evangelio,
cuando las llaves de la luz despiertan la alcoba.
En cada imaginario desnudamos las palabras: desnudamos
los balcones, respiramos el anhelo en medio de las sombras.
Mordemos las ancas de la lengua: el cuello rojo de la luna bajo
las cuatro estaciones de las raíces.
Siempre hay un lugar en las noches para habitar las sombras,
leer el laberinto de la perpetuidad, sin prostituir la rendija del fuego.
Las noches caen como un vagón en pleno viento,
las palabras quedan en el búho de la lengua: hay un destino y ese es,
la profundidad del libro que lee el horizonte
cuando alumbra sobre el silencio, desde arriba de la memoria.
(A menudo le ponemos ornamentos a los oídos para que los monstruos
sean más apacibles en plena fosforescencia de cadáveres;
la fuerza de la gravedad mueve las calles del aroma, las hélices
de la conciencia, el mirto quemado en las entrepiernas del reloj,
los océanos con utensilios descarnados,
algún epílogo en la pesadilla de las escamas, en la insistencia
póstuma de la parafina a paciencia de locomotoras desvencijadas:
quemamos las palabras de las ventanas cerradas; el cuaderno
de la piedad no existe, salvo la queja grotesca del calendario
en sus poluciones de cadáver invertebrado: en la cultura de la sal,
disecamos la cama como filines, guapotes o mojarras para la cuaresma,
de dudosa procedencia.
En cada dintel del alfabeto, la boca pronuncia padresnuestros,
bejucos con cierto sabor a barbasco, índigas armaduras de la tregua,
miedos a la rama promiscua de la desazón,
a este mercado de hacinados repollos, niños marginales de la verdura,
indecibles dedos de la litografía cuando ésta se vuelve simple ornamento.)
Arrecian las atrocidades en los cielos divididos: arrecia la pústula
como tiempo de contrición, —nos delata esa voracidad sucia
de las orquídeas, las colchas corrompidas de las nubes, el hidrógeno
pululante en cada puerta o venta, la resistencia a la cámara de gas
de la ceniza, en plenos relámpagos de las semillas.
De pronto me toca poner en orden todo este tiempo vivido entre
oscuras claridades y clavos inmunes, días de incesto, de espejos
bailando con espejos, de horas sumidas en la lluvia del espejo,
de falacias repetidas como las lecciones de primer grado, con todo
el arsenal de los inodoros, con los campos anochecidos del paladar,
con este remedo de crepúsculos a punto de ser piedra.

Barataria, 15.III.2011