lunes, 14 de mayo de 2012

QUADERN DE CENDRA/CUADERNO DE CENIZA, COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ


És possible disfressar les paraules on impera la cendra? Portem dies sords
 escrivint en el quadern; el sutge, sense treva, atordeix els nostres llençols.
Hi ha cap manual per a llegir les parets, tornar a la limpidesa del diccionari?
Imagen tomada de la página virtual/kurioso.es





QUADERN DE CENDRA/CUADERNO DE CENIZA, COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ



Hermoso poema, mi querido André. Tanto el título como la interrogación retórica de su inicio nos llevan, sin entrada parsimoniosa gratuita, al quid. La escritura, como disfraz de palabras -aceptemos la ironía con que se fustiga el propio poeta- en tiempos de ceniza. ¿Creación lírica y escombros se avienen? ¿Es posible que el lector acepte todavía que escribir en el cuaderno no ardido todavía tiene su símil, analogía y correspondencia en el acto de amor entre las sábanas más netas? ¿Podemos aceptar esa eventualidad creadora en el dominio más doméstico del poeta, si en las ventanas y puertas de la casa no hay lugar sino para la posesión, el hambre, la iracundia, la ebriedad absurda del escombro?

La respuesta o mejor, el amago de respuesta perentoria, la encuentra el lector en esos paréntesis de voz queda. Hay más duda en la posibilidad de otro ámbito, sea desde el ansia de la libertad, sea desde el exilio, sea desde el engaño trascendente que promete paraísos de concordia. Sin embargo, también, desde esa voz en el rabillo del oído se hace patente la esperanza que salva del pesimismo a lo largo del poema. Hay lugar, finalmente, para ella en el reino cierto de la ceniza: a la claridad de la hoja del cuchillo en la esquina, el advenimiento de la luz del poema que tendrá su hoja enamorada en el cuaderno: la luz de la lámpara, el resplandor del espejo, testimonios de los flecos de la ternura en el viaje solitario del poeta.

Pere Bessó.



QUADERN DE CENDRA




Ignora el dolor.
No hay tiempo para el llanto:
Sólo leña ardida.
PERE BESSÓ




És possible disfressar les paraules on impera la cendra? Portem dies sords escrivint en el quadern; el sutge, sense treva, atordeix els nostres llençols. Hi ha cap manual per a llegir les parets, tornar a la limpidesa del diccionari? En finestres i portes, el crepuscle posseït, els ullals famolencs de l'indicible, la iracúndia del temps rajant peixos cecs, pouets d'enruna on s'enredren les llànties, l'ebriesa absurda de l'enderroc. Hi haurà, al capdavall, quaderns sense cementeris, i sospirs lleus, sense berrugues, nens que no li fan crèdit a les agulles? (Em ric, a gosades davant de tanta udolada. Per bé que vagen escapulari i bufen l'encenser, no crec en aqueixos mals d'ossos, ni en la seudo essència dels atris que se'ns han venut com paradisos de concòrdia. No sé si un dia deixarem de ser sords carners, només silenci per a continuar morint. No ho sé.) A qui li escric, al cap i a la fi, en aquest buit de parpelles inútils, agres ninetes empouades en la fel de la penombra que hi habita? Als que s'oblidaren del vol, els torne el poderiu de l'odi en flames, el meu amor total, els torne el fang, les relles dels seus mateixos coltells. (Nosaltres, amor, nasquèrem per a l'amor, encara que la llibertat ens coste la gola: potser al cantó, en qualsevol cantó, ens trobarem amb el poema, amb la llum darrere de les nostres ombres, però feliços de no haver sucumbit. Tot i essent pròfugs, la claredat és nostra, ho diu la tendresa que emergeix de l'espill, la llàntia que crema en el nostre viatge solitari.)

Baratària, 08.V.2012




CUADERNO DE CENIZA




Ignora el dolor.
No hay tiempo para el llanto:
Sólo leña ardida.
PERE BESSÓ





¿Es posible disfrazar las palabras donde impera la ceniza? Llevamos días sordos escribiendo en el cuaderno; el hollín, sin tregua, aturde nuestras sábanas. ¿Hay algún manual para leer las paredes, volver a la limpidez del diccionario? En ventanas y puertas, el crepúsculo poseso, los colmillos hambrientos de lo indecible, la iracundia del tiempo chorreando peces ciegos, pocillos de escombro donde se enredan las lámparas, la ebriedad absurda del escombro. ¿Habrá, después de todo, cuadernos sin cementerios, y suspiros leves, sin verrugas, niños que no le den crédito a las agujas? (Me río, de verdad ante tanto aullido. Aunque anden escapulario y soplen el incensario, no creo en esos dolores de huesos, ni en la seudo esencia de los atrios que se nos han vendido como paraísos de concordia. No sé si un día dejaremos de ser sordos carneros, sólo silencio para seguir muriendo. No lo sé.) ¿A quién le escribo, después de todo, en este vacío lleno de párpados inútiles, agrias pupilas empozadas en la hiel de la penumbra que los habita? A quienes se olvidaron del vuelo, les devuelvo el poderío del odio en llamas, mi amor total, les devuelvo el fango, las rejas de sus propios cuchillos. (Nosotros, amor, nacimos para el amor, aunque la libertad nos cueste la garganta: quizá en la esquina, en cualquier esquina, nos encontremos con el poema, con la luz detrás de nuestras sombras, pero felices de no haber sucumbido. Aun siendo prófugos, la claridad es nuestra, lo dice la ternura que emerge del espejo, la lámpara que arde en nuestro viaje solitario.)

Barataria, 08.V.2012