sábado, 7 de noviembre de 2009

Claridad- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Per als ulls el ritu de l’aigua a l’espill. Les bagues
De les comes i l’encens, les mans apartant la idolatria,...


Claridad
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó




—No está muy claro dijo Etienne.
—no puede estar claro, si lo estuviera sería falso, sería científicamente verdadero
Quizá, pero falso como absoluto. La claridad es una exigencia intelectual y
Nada más. Ojalá pudiéramos saber claro, entender claro al margen al margen
De la ciencia y la razón.
JULIO CORTÁZAR, RAYUELA





Per als ulls el ritu de l’aigua a l’espill. Les bagues
De les comes i l’encens, les mans apartant la idolatria,
El tro brandant les úlceres, i de bell nou l’aigua,
Mel del picaflor, gota d’ambre en la llum.
Creuem la imminència de la sang en letals coltells.
—el suny del llenguatge sovint pesa en la sang. És de nit
La intensitat del crepuscle, l’obstinació dels tímpans.
—No. Tot és adolorida substància en la flama, gosada matèria
Que consumeix la son on l’ull termina o obri el vernís de la sutura.
Els colors desdoblen les paraules del pensament,
Encara que l’arc del cel siga una agulla que sosté la pesadesa del món.
Hi ha dies de xafegada a la burilla d’un cigar. Dies que no terminen
En allò possible, racons de verticals sabates, recolzats en el buit.
L’horitzó celebra en bocins l’entusiasme:
En un poema, la raó ferida empenta les paraules, no les restitueix,
Las tortura ferament amb el quitrà de la saliva.
Entre tanta mirada repartida, el desfici ens pertany,
Elss dictats dels dies d’aprenentatge, la frustració límit de l’arbre,
Els trasplants a cor obert dels espasmes,
La imminència estranya dels murs, i no les buganvil·lies
Que desperten com riu damunt d’ells.
Tras la ràfega, la hipnosi erràtica de les contradiccions, l’entropessada
De l’immòbil, les caixes de cartró del paisatge, el trafegar insuportable
De certes imatges, —No l’amor i els amants perduts en la llum;
Dic, la raó de ser perquè l’ocell que som no peresca.
Badallar davant dels afaits sense afonar-nos en les larves del balbuceig.
No sé si un dia la Santíssima Trinitat serà amb nosaltres, sense la fúria
Singular dels trepants; sense fer etern l’erràtic.
La claredat s’assembla a un pou de lluernes.
A una esfinx de llavors, a un feliç encontre del temps i l’espai.
Mai no es fàcil trobar-la sense que devore la consciència.
Mai no es fàcil retindre-la sense que es córrega el risc d’esdevindre
Fantasma, o en simple croada per a omplir momentàniament armaris de paret.
Sempre és ardent, però mai no ha sigut botella tirada al mar,
Sempre és vital, però la vigília o el somni l’enfosqueixen,
Fins convertir-la en un fòssil de la passió.
[només tu i jo, sabem que la guardem sota claus especials,
Sense que siga poma de la discòrdia dels minotaurs o iniciats.
Sense que del llavi fuja per a fer-se carcanada com tants
Agònics feltres, sense trama ni ordit].
Al present, sovint, la claredat no és un article mengívol.
Ja hi ha prou amb caminar entre dents i llençols…
Baratària, 07.XI.2009





Claridad





—No está muy claro dijo Etienne.
—no puede estar claro, si lo estuviera sería falso, sería científicamente verdadero
Quizá, pero falso como absoluto. La claridad es una exigencia intelectual y
Nada más. Ojalá pudiéramos saber claro, entender claro al margen al margen
De la ciencia y la razón.
JULIO CORTÁZAR, RAYUELA







Para los ojos el rito del agua en el espejo. Los eslabones
De las comas y el incienso, las manos apartando la idolatría,
El trueno blandiendo las úlceras, y de nuevo el agua,
Miel del picaflor, gota de ámbar en la luz.
Cruzamos la inminencia de la sangre en letales cuchillos.
—el ceño del lenguaje a menudo pesa en la sangre. Es noche
La intensidad del crepúsculo, la obstinación de los tímpanos.
—No. Todo es adolorida sustancia en la llama, osada materia
Que consume el sueño donde el ojo termina o abre el barniz de la sutura.
Los colores desdoblan las palabras del pensamiento,
Aunque el arco iris sea una aguja que sostiene la pesadez del mundo.
Hay días de chubasco en la colilla de un cigarro. Días que no terminan
En lo posible, rincones de verticales zapatos, apoyados en el vacío.
El horizonte celebra en pedazos el entusiasmo:
En un poema, la razón herida empuja las palabras, no las restituye,
Las tortura fieramente con el alquitrán de la saliva.
Entre tanta mirada repartida, la desazón nos pertenece,
Los dictados de los días de aprendizaje, la frustración límite del árbol,
Los trasplantes a corazón abierto de los espasmos,
La inminencia extraña de los muros, y no las buganvillas
Que despiertan como río sobre ellos.
Tras la ráfaga, la hipnosis errática de las contradicciones, el traspiés
De lo inmóvil, las cajas de cartón del paisaje, el trajinar insoportable
De ciertas imágenes, —No el amor y los amantes perdidos en la luz;
Digo, la razón de ser para que el pájaro que somos no fenezca.
Bostezar ante los afeites sin hundirnos en las larvas del balbuceo.
No sé si un día la Santísima Trinidad será con nosotros, sin la furia
Singular de los taladros; sin hacer eterno lo errático.
La claridad se parece a un pozo de luciérnagas.
A una esfinge de semillas, a un feliz encuentro del tiempo y el espacio.
Nunca es fácil encontrarla sin que devore la conciencia.
Nunca es fácil retenerla sin que se corra el riesgo de convertirse
En fantasma, o en simple cruzada para llenar momentáneamente alacenas.
Siempre es ardiente, pero nunca ha sido botella tirada al mar,
Siempre es vital, pero la vigilia o el sueño la oscurecen,
Hasta convertirla en un fósil de la pasión.
[sólo vos y yo, sabemos que la guardamos bajo llaves especiales,
Sin que sea manzana de la discordia de los minotauros o iniciados.
Sin que del labio huya para convertirse en osamenta como tantos
Agónicos fieltros, sin trama ni urdimbre].
En el presente, a menudo, la claridad no es un artículo comestible.
Ya con caminar entre dientes y sábanas es bastante…
Barataria, 07.XI.2009
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Querido Cru:
Me envías un poema de fin de semana para evitar el enroque en esa conciencia de tósigo lento que anida en cada gota de sangre que exudan tus versos, como si fueran pétalos de la flor azul de la moribundia. Y es que desbrozas arcanos como quien bebe desangelado de las ubres arcanas de la noche y espera que le llegue el desempañamiento en los telares de la aurora. Me lo envías sabiendo, sin embargo, que no hay juego de ruecas y husos, no hay seda ciega donde posar los ojos arrancados, tal como escribiera Boris Vian, en el punto aciago de la soberbia ironía sabia.

Palpar la claridad, como el rayo de luna se abre en el desbosque, en el centro mismo del bosque, ver la claridad sin necesidad de clarividencia, más allá de toda mancia, pero fuera de toda ciencia y razón, una claridad esclarecida de todo arrebato místico, más allá del espejo como copia, una claridad en si misma, una claridad que exonera el ídolo y no necesita quemas de olíbano ni lectura de vísceras, un tanteo, leve caricia temblorosa cual aleteo del colibrí que es luz y resina de luz, pasta de luz, enjambre de las aguas melifluas del deseo…

Bien que lo sabía el Maestro Leonardo, una claridad que se funda en la penumbra del cuerpo que ilumina.
Valencia, 07.XI.2009