miércoles, 25 de abril de 2012

ECOLOGIA DEL MANICOMI/ ECOLOGÍA DEL MANICOMIO. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DEL POETA PERE BESSÓ


En quin plat posarem el nostre menjar, després que incauten la taula?
—Ni tan sols el bacinet i l’excusat són opció hui en dia, per a alcoholitzar
aquesta agonia, en un petit País d’ombres, en aquest vilatge global on tot
 sucumbeix: el vol, gota rere gota, és hui una invenció de la tristesa.
Imagen tomada de Miswallpapers.net





ECOLOGIA DEL MANICOMI/ ECOLOGÍA DEL MANICOMIO. COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DEL POETA PERE BESSÓ



Querido André:



Ecología del manicomio es un excelente ejemplo de poema en prosa acorde a los tiempos críticos a que nos aboca este nuevo desorden del capitalismo global, globalización del mercado, pero no de los derechos humanos. ¿Puede hoy el poeta alzar voz lírica de modo potente e inequívoco para denunciar esta crisis que ya no es maladie du siècle sino crisis civilizatoria, como un nuevo milenarismo con sus propios demonios y pecados? Más allá de la función social histórica del poema-panfleto en línea agit-prop vanguardista, puede el poeta considerar válidos para el poema de intensidad lírica los mecanismos de denuncia social, política, cívica? Esa es la pregunta que a tenor del texto que he traducido y comento puedo responder con aplomo y gozosamente, pues, como decía Neruda, sí, siempre que aflore y se salvaguarde lo sustantivo del hecho poético. Y cómo lo logra el poeta Cruchaga? Muchos son los mecanismos que podemos desbrozar como figuras de estilo, muchos que en otras ocasiones he ido apuntando, desde la metáfora, la gradatio, acumulación, la interrogación retórica, el quiasmo, epíteto o metonimia, hipérbole, apóstrofe, quiasmo, ruptura o desplazamiento de sistema y un largo etc pero donde el maestro impone la gravedad de la escritura es en el tratamiento de los tropos de pensamiento que desde la ironía a la falsa paradoja o el juego de contradicciones a través de un humor negro que no nos libra del pasmo. Desde el propio título podemos 'leer' el contraste que suman dos sustantivos en apariencia lejanos: ecología como disciplina de la razón avanzada que nos lleva al equilibrio y a la armonía con la natura, frente al lugar de la demencia, de lo insano, de la desarmonía de la mente. En efecto, el mundo globalizado como un todo de locura, el manicomio. Ya en el interior del poema esa paradoja sin aparente solución tiene su desarrollo. Pues que, lejos de aplicar los principios y leyes de la ecología que permitan 'ordenar' este desafuero universal que se da en la metáfora de 'manicomio', el poeta denuncia los grandes males y carencias de la sociedad actual en la aldea global. Sin embargo, desde el humor negro no vacila en arriesgarse por la pendiente irreconciliable del sarcasmo:

Deberá esperar la noche para guardar el semen, no sea que también se hipoteque en los bancos para formar nuevas especies. Debemos ocultar nuestros jadeos, amor, para que no seamos sospechosos de vivir en la opulencia y tengamos, también, que renunciar a nuestros genitales.

Fuerte, ¿no?

Un riguroso y poderoso alegato y denuncia de la crisis desde un trasfondo lírico -passez-moi le mot- sin necesidad de análisis concienzudo y pormenorizado de las contradicciones del sistema. Un poema que evidencia las gotas seminales de luz entre las umbrías sábanas que se avanzan al reino de las sombras. No en vano, el poema lleva como acápite dos versos esclarecedores del maestro Enrique Lihn, una de las voces más certeras y propias del animal de fondo que es el poeta, si lo es.

Pere Bessó.
Valencia, 25.IV.2012





ECOLOGIA DEL MANICOMI





La realidad es el único libro que nos hace sufrir /
La realidad es la única película que nos quita el sueño…
ENRIQUE LIHN




De què ens serveix, amor, guardar els nostres atifells, si al capdavall, també els expropiarà el Fons Monetari Internacional: els espills, el desvetlament. Tampoc no podem triar l’aire sense pagar per ell, tampoc la mort no és la solució a tota aquesta depredació mortífera. En quin plat posarem el nostre menjar, després que incauten la taula? —Ni tan sols el bacinet i l’excusat són opció hui en dia, per a alcoholitzar aquesta agonia, en un petit País d’ombres, en aquest vilatge global on tot sucumbeix: el vol, gota rere gota, és hui una invenció de la tristesa. Cada vegada, amor, ens acostem a l’hora zero, a la cendra enrauquida al llençol, a les caigudes de les titles en l’ecologia de la Bíblia amb les seues claus d’un altre món que no coneixem. (Devem pensar, potser, en àngels i campanes salvadores, en aqueixos regnes blaus de les hipoteques invertides?) On anirà apacible, el somriure damunt de la cullera florida, buida, adobada de tanta pobresa, quan el nou ordre ens ofereix grans deliris, sense desvetlar les funeràries sinistres que ens sotgen? Tem, amor, que l’epazote, ni la llimonada, ens lleven aquest alifac de vertigen. Haurà d’esperar la nit per a guardar el semen, no siga que també s’hipoteque als bancs per a formar noves espècies. Devem amagar els nostres panteixos, amor, per a no ser sospitosos de viure en l’opulència i hàgem, també, de renunciar als nostres genitals. El pànic inunda aquesta condició d’estimar-te, ni tan sols d’acostar-me amb l’espiga en les mans…

Baratària, 21.IV.2012






ECOLOGÍA DEL MANICOMIO





La realidad es el único libro que nos hace sufrir /
La realidad es la única película que nos quita el sueño…
ENRIQUE LIHN



De qué nos sirve, amor, guardar nuestros aperos, si al final, también los expropiará el Fondo Monetario Internacional: los espejos, el desvelo. Tampoco podemos elegir el aire sin pagar por él, tampoco la muerte es la solución a toda esta depredación mortífera. ¿En qué plato pondremos nuestra comida, después que incauten la mesa? —Ni siquiera la bacinica y el retrete son opción hoy en día, para alcoholizar esta agonía, en un pequeño País de sombras, en esta aldea global donde todo sucumbe: el vuelo, gota a gota, es hoy una invención de la tristeza. Cada vez, amor, nos acercamos a la hora cero, a la ceniza enronquecida en la sábana, a las caídas de la tildes en la ecología de la Biblia con sus llaves de otro mundo que no conocemos. (¿Debemos pensar, acaso, en ángeles y campanas salvadoras, en esos reinos azules de las hipotecas invertidas?) A dónde irá apacible, la sonrisa sobre la cuchara enmohecida, vacía, curtida de tanta pobreza, cuando el nuevo orden nos ofrece grandes delirios, sin desvelar las funerarias siniestras que nos acechan? Temo, amor, que el epazote, ni la limonada, nos quite esta dolama de vértigo. Deberá esperar la noche para guardar el semen, no sea que también se hipoteque en los bancos para formar nuevas especies. Debemos ocultar nuestros jadeos, amor, para que no seamos sospechosos de vivir en la opulencia y tengamos, también, que renunciar a nuestros genitales. El pánico inunda esta condición de amarte, de acercarme siquiera con la espiga en las manos…

Barataria, 21.IV.2012

miércoles, 18 de abril de 2012

lunes, 9 de abril de 2012


Tantes absències juntes fan diminut l’elefant del sol; gira el mos al cos,
la redonesa de les espigues al vas que no escaparà a la respiració del vessament.
Imagen tomada de la página virtual/bibliotecapleyades.net




CARRER CIRCULAR/CALLE CIRCULAR- COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ


Querido André:


“Nolli tangere círculos meos” se dice que exclamó Arquímedes, absorto en sus figuras del jardín de su casa de Siracusa, cuando se acercaba el bárbaro resoplando henchido de sangre.

Desde la noche de la Humanidad el círculo ha sido en su redondez la consideración de lo perfecto, de lo bello acabado. No es pues de extrañar que las calles circulares y sus rotondas tengan la huella lírica de lo esencial.

Ello permite a los ojos del poeta una consciente subversión de la imagen que proyecta la realidad ostensible. Para ello sólo necesita agitar y convulsionar lo real lingüístico, pues que, como nos aclaró Wittgenstein, nada hay más allá de la lengua. Sólo conocemos la realidad en términos de lenguaje.

Un paso más y encontramos al poeta taumaturgo re-nombrando las cosas, tal cual ya emprendieron como tarea los surrealistas en su búsqueda, finalmente, del lenguaje sin cadenas para el Hombre Nuevo. En efecto, el poeta sale, entra, marcha y, sin embargo, ‘piétine sur place’, se mantiene en el mismo sitio, en el presente imperfecto, llega a decir.

Es entonces cuando desde la calle circular y las dos órbitas del devenir redondo –redondo azar de Pedro Salinas- puede el poeta ayudarse con la rêverie y el ensueño al contemplar el regurgitar de los ciclos:

A veces quiero entender todos los círculos apolillados de la geometría, la carne debajo del metal o la piedra, el súbito botón que cierra la corteza de cuanto tocan mis manos.

Un reconocerse en este viejo lenguaje tan antiguo como la redondez de las venus a imitación de las lunas y de los círculos de los rituales mágicos mesopotámicos. Un lenguaje simbólico, no sígnico y transracional. Absolutamente poético sin necesidad de poética alguna. Un lenguaje libre:

En la calle, los tragantes, las axilas del corazón mordido por las entrañas de la ironía: el tropo del agujero jugando a la sinestesia y la animización de la hipérbole; en lo sombrío, la carcajada áspera del sonido de otoño, la trompeta líquida del aullido en el caudal mar.

Absolutamente creacional, pero me quedaré tan sólo en una metáfora asombrosa: los tragantes del alcantarillado de la ciudad son las axilas del corazón mordido, roído por la entrañas de la ironía. Toda una tarea este ejercicio de desentrañar la campana del poema otoñado, porque sabemos que las aguas van al mar, al tercero y redondo, definitivo y eterno que cantó Juan Ramón.





CARRER CIRCULAR




Isc, entre, camine. Sempre sóc al mateix lloc, en aqueix cercle filós de les sabates. Al capdavall, la meditació té la redonesa del pànic. La set en la gola toca la lluna ferida del brancall convertida en nit pels quatre cantons del present imperfet; m’entendreix la pal•lidesa de l’alé quan aquest en tràngol de fetilleria esmuny l’ebriesa de les monedes, els cels rutilants de les temples, la gota de trementina trencada per la velocitat de l’ona o l’ala. Als ulls s’ofeguen les dues vocals juntes i acaben anihilant el grapat d’ocells despintats de les ninetes; el trau del cel és ple de basalt: una absència i una altra. Tantes absències juntes fan diminut l’elefant del sol; gira el mos al cos, la redonesa de les espigues al vas que no escaparà a la respiració del vessament. A vegades vull entendre tots els cercles arnats de la geometria, la carn davall del metall o la pedra, el sobtat botó que tanca l’escorça de tot el que toquen les meues mans. Al carrer, els albellons, les axil•les del cor mossegat per les entranyes de la ironia: el trop del forat jugant a la sinestèsia i l’animització de la hipèrbole; en l’ombrívol, la riallada aspra del so de tardor, la trompeta líquida de l’udolament al mar cabalós.

Baratària, 08.IV.2012




CALLE CIRCULAR



Salgo, entro, camino. Siempre estoy en el mismo sitio, en ese círculo filoso de los zapatos. Después de todo, la meditación tiene la redondez del pánico. La sed en la garganta toca la luna herida de la ramazón convertida en noche por los cuatro costados del presente imperfecto; me enternece la palidez del aliento cuando éste en trance de hechicería, desliza la embriaguez de las monedas, los cielos rutilantes de las sienes, la gota de trementina rota por la velocidad de la ola o el ala. En los ojos se ahogan las dos vocales juntas y terminan por destruir el puñado de pájaros despeinados de las pupilas; el ojal del cielo está lleno de basalto: una ausencia y otra. Tantas ausencias juntas, hacen diminuto el elefante del sol; gira la mordida en el cuerpo, la redondez de las espigas en el vaso que no escapara a la respiración del derramamiento. A veces quiero entender todos los círculos apolillados de la geometría, la carne debajo del metal o la piedra, el súbito botón que cierra la corteza de cuanto tocan mis manos. En la calle, los tragantes, las axilas del corazón mordido por las entrañas de la ironía: el tropo del agujero jugando a la sinestesia y la animización de la hipérbole; en lo sombrío, la carcajada áspera del sonido de otoño, la trompeta líquida del aullido en el caudal mar.

Barataria, 08.IV.2012

domingo, 1 de abril de 2012

A MITJANIT EL BALANÇ/ A MEDIANOCHE EL BALANCE-COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ


El suny absorbeix tota la foscor dels rellotges erms de les esferes,
 les bigues cavil•len en aquest feixuc trepant que trenca la saliva,
 les illades amargues del sobresalt, la boca minvada en l’asfalt.
Imagen tomada de Miswallpapers.net




A MITJANIT EL BALANÇ/ A MEDIANOCHE EL BALANCE-COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ



Querido André:



Ya sabes cuánto me gustan estos poemas en prosa en los que tu escritura, sin dejar de ser tuya, se condensa y, sin embargo, se crece. Y, como en otras ocasiones, tomas un tema recurrente, cual es la medianoche y lo desmadejas con no pocas sorpresas. Si algo hay que destacar en el plano formal es, una vez más, la cantidad de recursos que aparecen de la manera más llana, aun a sabiendas que toda lengua poética es desviación de la lengua llamada impropiamente natural. En efecto cultivas como pocos la metáfora clásica en su rompiente surrealista: así, las persianas del horizonte (metáfora determinativa: A de B) da paso a el horizonte sólo es espejismo (metáfora copulativa: A es B) o, más aún, la metáfora sumativa oracional: el sombrero de la vigilia/ cava en el torrente del aliento (incluyendo, por si fuera poco el componente de la animación).
Pero veamos, querido poeta, la plenitud de la metáfora surrealista o irracional, si se prefiere: 'los gajos de la oscuridad pululan en el firmamento…' en donde el lector es llevado de un tris a la metáfora del reino vegetal y nos encontramos con la oscuridad como fruta de la que se pueden desprender los gajos…
Junto a la metáfora, la comparación, la metonimia, la prosopopeya, interrogación retórica, repetición, juego de contrastes y un largo etc podemos encontrar sin dificultad alguna aquellos signos con capacidad simbólica y evocadora: así, la medianoche en André Cruchaga vuelve a asociarse a la vigilia o el insomnio, el pecho, el reloj, el terreno yermo, la saliva, el asfalto, sábanas, alfileres, pañuelos, penumbra y luz, horizonte y viaje interior, memoria…
Un estudio mucho más riguroso que estas breves apuntaciones mostraría acaso el interés por contraponer, por un lado, aquellos formantes del mundo interior de la casa y del yo frente, por otro, a aquellos que externalizan/objetivizan la realidad del poeta (e incluyo acá su dimensión social): calles, aceras, asfalto, pero también horizonte e historia…
Y dejo, finalmente, para el lector precavido la posibilidad de dejarse llevar por estos dos últimos trallazos: el rastrojo del pecho y poleas del pulso. Ambas metáforas de una expresividad y de una visibilidad cinética y cinematográfica extremas.

Personne ne va plus.

Un abrazo.
Pere Bessó.




A MITJANIT EL BALANÇ





A mitjanit el balanç dels sostres: —dorm? No. Els gallons de foscor pul•lulen en el firmament, igual com la història amb els seus colps de sang; a gosades que l’ull continua obert, —camins de torrencials espectres, gens d’oblit al pit que a estones bull: lentes hores de simetries copen el rostoll del pit. El suny absorbeix tota la foscor dels rellotges erms de les esferes, les bigues cavil•len en aquest feixuc trepant que trenca la saliva, les illades amargues del sobresalt, la boca minvada en l’asfalt. El planeta dels morts reparteix les seues ossades; la mitjanit furta el fus de les sastreries, albiren les corrioles del pols i damunt del pit, esgarrifen les aristes de l’espill.—dorm? No. El capell de la vigília cava al torrent de l’alé; fins i tot en la deshora maduren els morts, sense la fatiga d’enfilar l’ull de l’agulla, la balança que té senderes de desequilibri. Al llençol tel•lúric dels mocadors, el feix d’agulles de cap buscant la taula; quan les persianes de l’horitzó s’obrin, la pineda sempre fosca de la llum. De tota manera, l’horitzó tan sols és miratge, finestra on s’amalgamen unes altres penombres, tan certes com un viatge a l’interior de la memòria.

Baratària, 29.III.2012




A MEDIANOCHE EL BALANCE




A media noche el balance de los techos: —¿duermo? No. Los gajos de oscuridad pululan en el firmamento, igual que la historia con sus golpes de sangre; desde luego, el ojo sigue abierto, —caminos de torrenciales espectros, nada de olvido en el pecho que a ratos hierve: lentas horas de simetrías copan el rastrojo del pecho. El ceño absorbe toda la oscuridad de los relojes baldíos de las esferas, las vigas cavilan en este torpe taladro que rompe la saliva, los ijares amargos del sobresalto, la boca menguada en el asfalto. El planeta de los muertos reparte sus osamentas; la medianoche hurta el huso de las sastrerías, asoman las poleas del pulso y encima del pecho, rasgan las aristas del espejo.—¿duermo? No. El sombrero de la vigilia cava en el torrente del aliento; aun en la deshora maduran los muertos, sin la fatiga de enhebrar el ojo de la guja, la balanza que tiene senderos de desequilibrio. En la sábana telúrica de los pañuelos, el haz de alfileres buscando la mesa; cuando las persianas del horizonte se abren, el pinar siempre oscuro de la luz. De todas formas, el horizonte sólo es espejismo, ventana donde se amalgaman otras penumbras, tan ciertas como un viaje al interior de la memoria.

Barataria, 29.III.2012