domingo, 27 de noviembre de 2011

ACÍ, EL ROSTRE EN L’UDOLAMENT/ AQUÍ, EL ROSTRO EN EL AULLIDO-COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ


Junto a estas vértebras de la congoja, sucesión de cuerpos
 desahuciados en los rieles salados de trenes que hunden
 las aguas y los fósforos que encienden el rocío.
Imagen tomada de Miswallpapers.net





ACÍ, EL ROSTRE EN L’UDOLAMENT/ AQUÍ, EL ROSTRO EN EL AULLIDO-COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ




Querido André:


Una tonalidad sentimental grave y de tristeza prolongada como un aullido de lobo lastimero y menesteroso. ¡Qué gran verdad que vivimos la muerte muchas veces antes de morir definitivamente! Todavía recuerdo aquel poema de César Simón (de su libro Erosión) en el que afirmaba que sí, la muerte es eso, tú –evocando a la amada- recostada en el tronco del árbol con otro. Tu poema guarda -describe- una amalgama de exterminios previos y sucesivos, gracias a una enumeración simbólica que reordena el caos a través de unos núcleos que se van explicitando de menor a mayor extensión lingüística creando clímax o atmósfera cada vez más inquietante: sombras, telarañas, olvidos, de clara valoración negativa, pero también trinos, que pudiendo ser denotado por su oposición a aullido, se carga de negatividad semántica merced a su estructura adjetival, del mismo modo ocurre con transparencias rotas y entrañables litorales:

sombras como cascos, (A1)
húmedas telarañas enredadas en las manos, (A2)
olvidos que el hambre ha ido mordiendo hasta el punto de borrar toda reminiscencia, (A3)
trinos cuya avidez hace cárcavas, A4)
transparencias rotas en el paladar, (A5)
entrañables litorales donde no se pueden izar barriletes, ni jugar a las canículas del estertor. (A6).

Si he descompuesto el proceso de acumulación en la enumeración aparentemente caótica, pero ordenada, como ya señalé, por creciente complejidad morfosintáctica, pero también semántica [cada uno de los núcleos de esta polimembración actúa como indicio de la muerte, signo y símbolo], es porque desearía insistir en este punto, a despecho de otros rasgos que se infieren del poema, pero que has de perdonar que no comente hoy.
En efecto, analicemos en la pizarra virtual la (de)construcción lingüística de cada uno de los miembros:

(A1) el miembro inicial de los seis que componen tal recurso es el más parco: comparación de dos núcleos sustantivos, (correspondiente a sus dos planos), en ausencia de presentadores o adjetivos. Acá la denotación es plena. Y una cierta ambigüedad latente: cascos sin modificación directa ni indirecta (¿de caballos? ¿de militares o soldados?)

(A2) goza su núcleo de la doble adjetivación. Epíteto, por un lado y postpuesto o atributo, por otro, derivado del participio vernal, lo que le permite su extensión circunstancial locativa.

(A3)la mayor extensión de este miembro se explica por la subordinación relativa o adjetivo oracional que se complementa con una estructura de perífrasis verbal y su complementación que incluye un infinitivo ponderativo.

(A4) Este miembro, en cambio, goza de una estructura sintáctica breve, un respiro (sólo una escueta oración de relativo) que prepara el asalto final del último miembro, el de mayor extensión de todos ellos.

(A5) Igual que el miembro anterior, sólo un adjetivo connotando al núcleo con su circunstancia locativa.

(A6) El último de los miembros de esta enumeración dará paso al necesario relajo del lector al ser el de mayor extensión y complejidad sintácticas. Por un lado vuelve el epíteto; por otro, el núcleo substituirá el adjetivo atributo por una subordinada adverbial de relativo que a su vez encierra estructura bimembre de dos infinitivos…

Todo ello, con el cierre de broche de oro de una metáfora que une referencias al paraíso perdido de la infancia con el preludio de la muerte (jugar a las canículas –en clara asociación a las canicas por similitud fonética y morfológica- del estertor).

De nuevo, amigo André, he de felicitarte por lo que está conformando, sin duda, un nuevo libro de poemas en prosa. Y añado: excelente.

Un abrazo.

Pere Bessó.




ACÍ, EL ROSTRE EN L’UDOLAMENT





Ací, el rostre en l’udolament, poques esperances i molts exterminis: ombres com cascos, humides teranyines enredrades en les mans, oblits que la fam ha anat mossegant fins al punt d’esborrar tota reminiscència, refilets l’avidesa dels quals fa foies, transparències trecades al paladar, litorals entranyables on no es poden hissar barrilets, ni jugar a les canícules de la ranera. Junt a aquestes vèrtebres de l’angoixa, successió de cossos desnonats als raïls salats de trens que afonen las aigües i els fòsfors que encenen la rosada. Tanquem els paréntesis sense haver fet possible tants hivernacles de pans i peixos: li donàrem a la demagògia un lloc preeminent i soscavem ulls i pit i el bulliment dels cresols i la direcció exacta de les cuixes; i, tanmateix, la volença és al mateix lloc, podrà salvar-nos el pou dels desigs, el deliri de la butxaca, la cambra de sempre, la finestra des d’on s’alça el paraigües de les estacions? De segurs, darrere d’aquesta opressió hi ha paisatges que es poden aprendre amb el sil•labari dels porus.
Baratària, 26.XI.2011





AQUÍ, EL ROSTRO EN EL AULLIDO




Aquí, el rostro en el aullido, pocas esperanzas y muchos exterminios: sombras como cascos, húmedas telarañas enredadas en las manos, olvidos que el hambre ha ido mordiendo hasta el punto de borrar toda reminiscencia, trinos cuya avidez hace cárcavas, transparencias rotas en el paladar, entrañables litorales donde no se pueden izar barriletes, ni jugar a las canículas del estertor. Junto a estas vértebras de la congoja, sucesión de cuerpos desahuciados en los rieles salados de trenes que hunden las aguas y los fósforos que encienden el rocío. Cerramos los paréntesis sin haber hecho posible tantos invernaderos de panes y peces: le dimos a la demagogia un lugar preeminente y socavamos ojos y pecho y el hervor de los candiles y la dirección exacta de muslos; y sin embargo, la querencia está en el mismo lugar, ¿podrá salvarnos el pozo de los deseos, el delirio del bolsillo, la habitación de siempre, la ventana desde donde se alza el paraguas de las estaciones? De seguro, detrás de esta opresión, hay paisajes que se pueden aprender con el silabario de los poros.

Barataria, 26.XI.2011