jueves, 19 de marzo de 2015

CAMINOS CERRADOS, DEL POETA SALVADOREÑO ANDRÉ CRUCHAGA

Caminos cerrados, André Cruchaga, Ed. Praxis,
México.




CAMINOS CERRADOS, DEL POETA SALVADOREÑO ANDRÉ CRUCHAGA


-Noelia Martínez Bodas, Colombia-

“Aquí era la ciudad antes de la guerra.
Era el mercado, la escuela, el día;
ahora es el escombro y el aliento seco.
Giramos en un mundo pese a la extinción
de las superpotencias y la guerra fría
donde el único imperio se tornó Dios
y el relámpago de la pólvora, en pozo
de sutiles y volátiles esperanzas.
Hoy heredamos un mundo sin paz
y sin sonrisas:
Si acaso, niños escribiendo la lección
en fardos de misiles oxidados.”



“Tierra del miedo”, Caminos cerrados; André Cruchaga. Editorial Praxis, 2008.

Sr. Cruchaga, quizá se pueda gritar más fuerte cada palabra de este poemario, pero por enrojecer más nuestras gargantas no aumentaremos la claridad de lo expresado en sus versos.

Leyendo a André Cruchaga piensas en el mundo hoy. Un mundo dividido donde el hombre es lobo para el hombre. Un mundo que sortea un boleto para cada nacido y, como en todas las loterías, hay más perdedores que ganadores. Ves al ser humano como un virus encargado de comer o pisar todo lo que se encuentre a su paso, incluso otros seres humanos. Si te queda algo en el interior, algo más que vísceras y entrañas, la comida ingerida te vuelve a la boca sin remedio; como acusándote de esa ignorancia que te hacía tan feliz. Quizá ese incipiente vómito sea la propia ignorancia saliendo del cuerpo. Como fuere, lo que está claro es que Cruchaga te va a poner complicado eso de mirar hacia otro lado.

No puede cantar más alto su himno a la paz y responsabilidad más que ciudadana, humana. Al fin de la dictadura del miedo. Al paro de la persecución y encarcelación ideológica:

“Lo único cierto, después de todo, es la muerte.
La quietud y el silencio llegan con ella.
Persecución y cárcel terminan
en la sepultura.”
[La muerte en la humanidad nace]

En este poemario, André Cruchaga utiliza poemas extensos formados por versos libres que reflejan su dominio del ritmo y que provocan una cadencia que suena incluso en la lectura individual. Concluye sus versos, en su mayoría, con palabras paroxítonas dejando las oxítonas a los momentos convenientes para realizar una pausa natural en el discurso poético. Este hecho provoca una musicalidad interna constante que de no ejercerse podríamos entender el conjunto como una obra perteneciente a la prosa poética, teniendo en cuenta la delgada línea con la que separamos los géneros literarios actualmente. Camufla a la perfección el trabajo tras el poema pareciendo el conjunto una creación ex nihilo. Además, enriquece el poemario con una buena elección de citas de otros poetas; por ejemplo: Paul Goebbels, José Emilio Pacheco o Jorge Enrique Adoum.

Cruchaga nos brinda una mirada desengañada (y cansada de vivir con miedo) frente a este terror que provocan las armas. Estas armas han conseguido desplazar “semillas y simientes” “y en vez de luz reveladora y alimentos, tenemos los ojos azotados / por la nube de la pólvora”.

La vida humana se ha vuelto un activo más financiero y la voz de Cruchaga desvela la marginalidad y catalogación del ser humano.

“Cese el fantasma del sembrador de la muerte
y la risa del terror,
pues los cadáveres no cuentan en la bolsa de valores
de Manhattan, Santiago, Caracas, Buenos Aires,
San Salvador, Quito y San José y La Paz,
ni el nuevo orden surte la canasta básica,
a no ser de palabras mudas
y súbitos diluvios de sangre
vertidos en trenes de ceniza
y venturosas cumbres de sutil alevosía.”
                                   [Cesen las armas y las guerras]

Si bien en el poemario las palabras son sombras de sentimientos agotados: desolación, podrido, muerte, dolor; encontramos resquicios de esperanza aunque quizá no con la plenitud deseada. Es posible que sea una acción casi desesperanzada por nuestra parte el intentar encontrarla.

“con alguna esperanza los hilos del afán futuro
serán mejores
y no como la dejación humana del presente,
donde el buen rumbo no tiene prisa,
la memoria sólo es una zancada del cuerpo,
y el gozo un cadáver esperando su propio navío.”
                                                  [Con alguna esperanza]

En definitiva, una crítica social puesta a nuestro alcance. Una crónica que se mantiene actual a pesar del paso del tiempo. La paz mundial es deseada; pero ¿llegaremos alguno de nosotros a conocerla?

“Ésta es la gran pregunta.
Ustedes tienen la palabra,
pese a estar rodeados de sutiles guillotinas.”
                                                  [Acontecer diario]

miércoles, 18 de marzo de 2015

ESQUIZOFRÈNIA DE LA VIOLA

Imagen cogida de la red




ESQUIZOFRÈNIA DE LA VIOLA 




En el bosc de la pedra i el grunyit, els garfis esparsos de la nuesa.
És una impertinència —em dic—, dispersar el sucre dels trens 
en el balancí de l’alba. Sempre estic interpretant la esquizofrènia de la viola,
aqueixa follia d’ombres que esqueixen l’alé.
Solemnes es precipiten les portes del dia, l’escòria alada i les dents
decapitades de la foscor. Per cert, la runa s’ha tornat laboriosa llavor; 
en la tapisseria de la nit són impecables els comensals de peixos.
I cert els teulats amb gats a tot miolar i aus migratòries.
Davall de l’ara de sal dels captaires, sempre l’alé metàl·lic de les xeringues,
l’esplendor inhabitable de la brutícia, el temps esvanit en les parpelles.
Sovint és necessari desertar dels carrers, (de tots els carrers),
escoltar els parlamentaris amb els seus persuasius desencerts, esmorçar vora
l’epifania dels pneumàtics consumits pel voltatge de l’alé.
A qui reinventem en el coixí de la foguera amb les mans buides?
Qui, després de tot, s’alça amb decòrum al bell mig de l’enderroc que queda
impune al pati de darrere de les serradures?
Per als dies que venen, la mirada inexpressiva de les rajoles i forcons.
(Darrere dels somnis, hi ha una veritat indestriable: el món amb les seues tanques 
de filferro urbanes i el picnic per als rentats de consciència.)
En la convicció del fum o l’escuma són totes les revelacions…

Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït al català per PERE BESSÓ




ESQUIZOFRENIA DEL ALHELÍ




En el bosque de la piedra y el gruñido, las ganzúas dispersas de la desnudez.
Es una desfachatez —me digo—, dispersar el azúcar de los trenes 
en el columpio del alba. Siempre estoy interpretando la esquizofrenia del alhelí,
esa locura de sombras que rasgan el aliento.
Solemnes se precipitan las puertas del día, la escoria alada y los dientes
decapitados de la oscuridad. Por cierto, el escombro se ha tornado laboriosa semilla; 
en la tapicería de la noche, son impecables los comensales de peces.
Y ciertos los tejados con gatos en brama y aves migratorias.
Bajo el altar de sal de los mendigos, siempre el aliento metálico de las jeringas,
el esplendor inhabitable de la mugre, el tiempo desvanecido en los párpados.
A menudo es necesario desertar de las calles, (de todas las calles),
escuchar a los parlamentarios con sus persuasivos desatinos, almorzar junto
a la epifanía de los neumáticos consumidos por el voltaje del aliento.
¿A quién reinventamos en la almohada de la hoguera con las manos vacías?
¿Quién, después de todo, se levanta con decoro de entre el escombro que queda
impune en el traspatio del aserrín?
Para los días venideros, la mirada inexpresiva de las baldosas y horcones.
(Detrás de los sueños, hay una verdad insoslayable: el mundo con sus alambradas 
urbanas y el picnic para los lavados de conciencia.)
En la convicción del humo o la espuma están todas las revelaciones…
Barataria, 17.III.2015

martes, 10 de marzo de 2015

PERIFÈRIA

Imagen cogida del FB de Pere Bessó




PERIFÈRIA




Visc a la vorera de la gespa dissecada de l’ombra, vençut de dorments 
i raïls, de cossos que sacsen els seus dubtes per no caure en traça ni en almoina.
Ens farta la vida des de fotografies boniques. 
Incomoda la filantropia de les túniques i els cors postissos, a la vora
de certa patologia; la vertadera pobresa no es viu en els extramurs 
de la història, sinó en la càries de l’arqueologia.
Torne al niu penjant del ràfec dels espills; tant pesa ací la pàtria,
que ens devora com la misèria.
(Són distants fins i tot els arrels o les branques. Toquem la fossa del cel, descolorida en el seu cos, cansada de tant de perir.)
A vegades somiem desperts amb l’aurora; però la soledat toca la boca i clama.
Hi ha estimballs amargs que roseguen el paisatge, preceptes, morts anònimes,
Butxaques mutilades i setmanes cansades. I andròmines sense un destí fiable.
Davant del fil del sèpia, la transparència és vidre fosc.
Sovint no hi ha horari per a impregnar-se de rovell: l’erm 
és ventúria de ferides, semblant de molts monuments amb residus mastegats. 
Ningú no existeix al bressol damunt de l’albelló.
Ningú en el bolic corromput d’insectes.
Al capdavall ací som: continuem ascendint dins de la gàbia.

Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ





PERIFERIA




Vivo a la orilla del césped disecado de la sombra, vencido de durmientes 
y rieles, de cuerpos que agitan sus dudas para no caer en amaño ni en limosna.
Nos harta la vida desde fotografías bonitas. 
Incomoda la filantropía de las túnicas y los corazones postizos, al borde
de cierta patología; la verdadera pobreza no se vive en los extramuros 
de la historia, sino en la caries de la arqueología.
Vuelvo al nido colgado del alero de los espejos; tanto pesa aquí la patria,
que nos devora igual que la miseria.
(Son distantes hasta las raíces o las ramas. Tocamos la fosa del cielo,
descolorida en su cuerpo, fatigada de tanto perecer.)
A veces soñamos despiertos con la aurora; pero la soledad toca la boca y clama.
Hay precipicios amargos que corroen el paisaje, preceptos, anónimas muertes,
mutilados bolsillos y cansadas semanas. Y chunches sin un destino fiable.
Frente al filo del sepia, la transparencia es vaso oscuro.
A menudo no hay horario para impregnarse de herrumbre: el páramo 
es ventarrón de heridas, semblante de muchos monumentos con masticados
desechos. Nadie existe en la cuna sobre la alcantarilla.
Nadie en el petate corrompido de insectos.
Después de todo aquí estamos: seguimos ascendiendo dentro de la jaula.
Barataria, 08.III.2015