lunes, 13 de febrero de 2012

LABERINT DEL PODER/ LABERINTO DEL PODER. TRADUCCIÓN Y COMENTARIO DE PERE BESSÓ


El suïcidi polític és una forma d’exterminar l’adversari,
quan a cegues es braceja juntament amb els peixos, experts en aigües
superficials i profundes. Pregue davant de la llum amb els llavis cusits,
invoque les formes santes per a sobreviure cada nit,...
Imagen tomada de Miswallpapers.net





LABERINT DEL PODER/ LABERINTO DEL PODER. TRADUCCIÓN Y COMENTARIO DE PERE BESSÓ



Querido André:

Con un título tan sugestivo me haces volver el pensamiento a aquel Laberinto de Fortuna escrito en un siglo de crisis de toda suerte. Y no es mero azar este señalamiento, pues también es éste, en más de un sentido, un poema alegórico y en él caben los rasgos expresionistas con que Juan de Mena planteó las llamadas trescientas a finales del Medievo castellano. Entre las analogías, la primera de todas: el sueño. A expensas de la presencia de la muerte como un ángel de celuloide, 'Terminator'. Pero también, como entonces,

a) la paradoja y el contraste,

…entran al laberinto del frío, a la macabra imagen del Paraíso.

[En efecto, laberinto y paraíso, por un lado, la asociación del frío a la muerte y, finalmente, el epíteto ‘macabra’ que nos sacude el sentido]

De pronto creo que la locura es la forma más razonable de entender
la selva en que vivimos; —yo muero, tú mueres, morimos
arrastrados por ciertos estribillos y slogans, vivimos en una especie
de fiesta abominable.

[Obervemos el par de oposición ‘locura/razin(able)’ ‘morimos/vivimos’…]

b) la ironía y el humor negro acompañado frecuentemente de feísmo,

Ahora sueño con sueños de caníbales,
con el Terminator del destino, con las moscas que juegan a ser
pájaros, ilegibles habitaciones con escamas afiladas donde
se corta la lengua y salta a borbollones la saliva putrefacta.

c) el aforismo sentencioso,

El suicido político es una forma de exterminar al adversario (…)

d) las referencias e intertextualidades cultistas/ocultas,

y luego salir del huerto con los ojos vaciados de la carne.
la muerte allí en el hilo del semen (…)

[Si en el primer caso, del hortum latino (Ovidio, Virgilio…) se nos deriva al huerto del villancico o huerto y vergel de los trovadores, en el segundo abundaríamos en el trabajo de revirginizar o poetizar una metáfora ya muy lexicalizada: un hilo de voz, un hilo de agua, ahora leemos un hilo de semen. La muerte allí, nos dice el poeta. En efecto, en el cumplimiento de Eros, la petite mort, Tanatos en el hilo de Ariadna. Y de nuevo la araña que, por otro lado, es símbolo, desde los griegos, de la sabiduría y usufructo de Palas Atenea.]

e) la presencia del Bestiario,

las paredes oyen a las arañas que suben hasta los tejados (…)

[Sin duda, la presencia de la araña, como la de los peces, sepiente o moscas merecería comentario, pero excede de mi propósito, amigo mío. Bástenos con decir que salvo la tonalidad afectivo sentimental de los peces, en relación al milagro de los panes y peces, son de marcada negatividad las arañas en relación, sin duda, a las ruedas de la fortuna y el tiempo que todo devora, junto a la referencia al Mal, a través de las dípteras. Y la serpiente? Ay, Góngora y su célebre soneto, en donde la lengua, en referencia al beso profundo, es sierpe, como acá la ‘serpiente de fuego’]

f) la prosopeya,

Nos muerde la sordidez del viento,
y su feroz campanario de herrumbre,
y su interminable silogismo para usurpar enmohecidos lupanares.

[Enorme expresividad la de esta animación combinada en polisóndeton copulativo: viento, campanario, silogismo mordiendo donde antaño lupanares… De nuevo y, si se quiere, el topos tan querido por Juan de Mena o Jorge Manrique: Ubi sunt?]

g) la enumeración correlativa,

el poder que lo transgrede
todo, la muerte allí en el hilo del semen, el tiempo en la pesadilla
de los crucifijos, el mundo oscuro de los murciélagos (...)

h) el ritmo repetitivo de la salmodia…

Potser un dia ja no caldrà amagar-nos de la tempesta,
quan aquesta pul•lularà amb les seues tèrboles sabates pel carrer;
potser un dia, encara que hàgem perdut ja els nostres peus (…)


Sazonado, también como entonces, por los destellos o trallazos de filosofía, sólo que ahora frente a la influencia neoplatónica, aristotélico-tomista o nominalista, una suerte de ontología que ha heredado el discurso de la dialéctica, sin embargo, siempre hay un distingo a experimentar, aunque sólo se señale acá. En Dante o Juan de Mena los poemas cortesanos de alto vuelo, los quiebros filosóficos de lo alegórico acababan en destellos idealizantes y hasta teológicos. En el poema de André Cruchaga la epistemología queda en la materia de experiencia, en la supervivencia del deseo:

nos llenamos de la utopía dialéctica de la locura,
el pan nuestro de la conciencia lógica y la teoría con su objeto
de conocimiento, con su labor ontológica de identidad.
Nos fusionamos sobre bases idealistas, luego la cognoscencia
orgánica, activa la teoría del conocimiento hasta que la materia
con sus leyes, nos hace sudar, despellejarnos en el jadeo,
morder las contradicciones en esta práctica hasta llegar al propio
objeto del deseo: el badajo, alto, en la oquedad del pubis.)

Finalizo, amigo André con el uso de la intertextualidad sabiamente descontextualizada, del zoon politikón al zoon erotikón. Es famosa la cita de Pasionaria, ‘Morir de pie…’ He ahí tu honor: el badajo alto –altivo diríamos- frente a la oquedad del pubis. Salud.

Pere Bessó,
Mislata, 13 febrero 2012





LABERINT DEL PODER




Cuando las campanas fúnebres redoblan, / la hierba
se pone a temblar. / Pero sólo entonces, / no cada vez
que cualquier vieja campana / suena.
SEAMUS HEANEY




En la clau de l’obscé, l’abjecte; el poder que ho transgredeix
tot, la mort allí en el fil del semen, el temps en el malson
dels crucifixos, el món fosc dels muiracs:
el suicidi per a desterrar l’enemic, enmig de la truculència
del deliri. — El suïcidi polític és una forma d’exterminar l’adversari,il•legibles
 cambres amb escates esmolades on
es talla la llengua i salta a borbolls la saliva putrefacta.

El suïcidi polític és una forma d’exterminar l’adversari,
quan a cegues es braceja juntament amb els peixos, experts en aigües
superficials i profundes. Pregue davant de la llum amb els llavis cusits,
invoque les formes santes per a sobreviure cada nit,
les parets ouen les aranyes que pugen fins als teulats,
entren al laberint del fred, a la macabra imatge del Paradís.

(Entre extraviament i ostracisme, el risc de pujar a l’eco de la molsa,
i en acabant eixir de l’hort amb els ulls buits de la carn.
Sempre el teu cos humit en la meua llengua, com aqueixa follia
del xiuxiueig en les illades, la serp del foc obri l’encens,
ens omplim de la utopia dialèctica de la follia,
el pa nostre de la consciència lògica i la teoria amb el seu objecte
de coneixement, amb la seua labor ontològica d’identitat.
Ens fusionem sobre bases idealistes, després la cognoscència
orgànica, activa la teoria del coneixement fins que la matèria
amb les seues lleis, ens fa suar, tot escorxant-nos en el panteix,
mossegar les contradiccions en aquesta pràctica fins a arribar al mateix
objecte del desig: el badall, alt, al buit del pubis.)

De sobte trobe que la follia és la forma més raonable d’entendre
la selva en què vivim; —jo muir, tu mors, morim
arrossegats per certes tornades i eslògans, vivim en una mena
de festa abominable. Ens mossega la sordidesa del vent,
i el seu feroç campanari de rovell,
i el seu interminable silogisme per a usurpar bordells florits.
Potser un dia ja no caldrà amagar-nos de la tempesta,
quan aquesta pul•lularà amb les seues tèrboles sabates pel carrer;
potser un dia, encara que hàgem perdut ja els nostres peus
i només ens reste, per si de cas, resguardar el monyó de l’Esperança
davall del llençol del sutge,
d’aquell tancament d’aigües oprimides…

Baratària, 04.II.2012





LABERINTO DEL PODER




Cuando las campanas fúnebres redoblan, / la hierba
se pone a temblar. / Pero sólo entonces, / no cada vez
que cualquier vieja campana / suena.
SEAMUS HEANEY




En la llave de lo obsceno, lo abyecto; el poder que lo transgrede
todo, la muerte allí en el hilo del semen, el tiempo en la pesadilla
de los crucifijos, el mundo oscuro de los murciélagos:
el suicidio para desterrar al enemigo, en medio de la truculencia
del delirio. —Ahora sueño con sueños de caníbales,
con el Terminator del destino, con las moscas que juegan a ser
pájaros, ilegibles habitaciones con escamas afiladas donde
se corta la lengua y salta a borbollones la saliva putrefacta.

El suicidio político es una forma de exterminar al adversario,
cuando a ciegas se bracea junto con los peces, expertos en aguas
superficiales y profundas. Rezo ante la luz con los labios cosidos,
invoco las formas santas para sobrevivir cada noche,
las paredes oyen a las arañas que suben hasta los tejados,
entran al laberinto del frío, a la macabra imagen del Paraíso.

(Entre extravío y ostracismo, el riesgo de subir al eco del musgo,
y luego salir del huerto con los ojos vaciados de la carne.
Siempre tu cuerpo húmedo en mi lengua, como esa locura
del susurro en los ijares, la serpiente del fuego abre el incienso,
nos llenamos de la utopía dialéctica de la locura,
el pan nuestro de la conciencia lógica y la teoría con su objeto
de conocimiento, con su labor ontológica de identidad.
Nos fusionamos sobre bases idealistas, luego la cognoscencia
orgánica, activa la teoría del conocimiento hasta que la materia
con sus leyes, nos hace sudar, despellejarnos en el jadeo,
morder las contradicciones en esta práctica hasta llegar al propio
objeto del deseo: el badajo, alto, en la oquedad del pubis.)

De pronto creo que la locura es la forma más razonable de entender
la selva en que vivimos; —yo muero, tú mueres, morimos
arrastrados por ciertos estribillos y slogans, vivimos en una especie
de fiesta abominable. Nos muerde la sordidez del viento,
y su feroz campanario de herrumbre,
y su interminable silogismo para usurpar enmohecidos lupanares.
Un día quizá ya no sea necesario escondernos de la tormenta,
cuando ésta pulule con sus turbios zapatos en la calle;
un día quizá, aunque ya hayamos perdido nuestros pies
y sólo nos quede, por si acaso, resguardar el muñón de la Esperanza
debajo de la sábana del hollín,
de aquella cerrazón de aguas oprimidas…

Barataria, 04.II.2012