viernes, 22 de mayo de 2015

FORCEJAMENT DE L’OMBRA

Imagen cogida del FB de Pere Bessó




FORCEJAMENT DE L’OMBRA




Vull amagar les paraules i el forcejament de les ombres que ens agermanen.
Són massa espills per a la ignició dels ulls, massa edictes
Per al ramat: ningú no dorm, al capdavall, entre ungles i fams i plors.
Hi ha una dentadura sorda per al nosaltres.
Justament als carrers, el llenguatge de la por, l’atri erm, el cresol cobert
de sutge, el secret de la cendra en les temples com una altra rara densitat 
                                                                                                                        [de l’udolament.
Els ossos de les ombres furguen en la meua memòria.
Naufrague en la sintaxi de les fissures.
Enlloc no deixa d’agonitzar el despullament del llenguatge: les parets
Ens susciten calendaris de por; els ossos, diademas d’irrealitat.
Som comensals sense ressuscitar d’aquest paisatge afonat i sense llegums.
(Jo no sé quina ment il·luminada podrà escurar els lavatoris d’aquesta masmorra 
feridora sense manubris. Qui desfaça la boira cremada de la mitjanit.
Qui desinfecte la casa, qui anul·le els olors pudents del circ.
Qui escupesca el rostre de la metzina.)
De sobte, hem de pensar en tantes promeses, en el pou macabre
I la seua força de congesta: en la llum mortuòria d’algun cresol,
Els cossos com pàgines en desús. D’on ens arribà aquest planter amarg,
i els seus tatuatges feixucs? —Galopa el desamor.
Davant dels meus ulls, les ombres amb les seues fosques perversitats; un mira el país, i la llàgrima encendreix els ulls i la duresa ens llepa amb la seua llengua ombrívola.

Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït al català per PERE BESSÓ




FORCEJEO DE LA SOMBRA




Quiero ocultar las palabras y el forcejeo de las sombras que nos hermanan.
Son demasiados espejos para la ignición de los ojos, demasiados edictos
para el rebaño: nadie duerme, después de todo, entre uñas y hambres y llanto.
Hay una dentadura sorda para el nosotros.
Justo en las calles, el lenguaje del miedo, el atrio baldío, el candil cubierto
de hollín, el sigilo de la ceniza en las sienes como otra rara densidad del alarido.
Los huesos de las sombras hurgan en mi memoria.
Naufrago en la sintaxis de las fisuras.
En ninguna parte deja de agonizar la desnudez del lenguaje: las paredes
nos infunden calendarios de miedo; los huesos, diademas de irrealidad.
Somos comensales sin resucitar de este paisaje hundido y sin legumbres.
(Yo no sé qué mente iluminada podrá lavar los lavatorios de esta mazmorra hiriente 
sin manubrios. Quién deshaga la bruma ardida de la medianoche.
Quién desinfecte la casa, quién anule los olores malolientes del circo.
Quién escupa sobre el rostro de la ponzoña.)
De pronto, tenemos que pensar en tantas promesas, en el pozo macabro
y su fuerza de ventisquero: en la luz mortuoria de algún candil,
los cuerpos como páginas en desuso. ¿De dónde nos vino este almácigo amargo,
y sus agobiantes tatuajes? —Galopa el desamor.
Frente a mis ojos, las sombras con sus oscuras perversidades; uno mira al país, y la lágrima enceniza los ojos y la dureza nos lame con su lengua sombría.
Barataria, 17.V.2015

sábado, 16 de mayo de 2015

VIAJE PÓSTUMO/ VIATGE PÒSTUM

Carátula de Viaje póstumo, André Cruchaga




VIAJE PÓSTUMO/ VIATGE PÒSTUM
 Cruchaga, A. (2014) El Salvador: Imprenta Rilcadone.


 José Siles González CEU Facultad Ciencias de la Salud. Universidad de Alicante Cómo citar este artículo (reseña) en edición digital: Siles González, J. (2015). Viaje Póstumo/ Viatge pòstum (Reseña). Cultura de los Cuidados (Edición digital) 19, 41. Disponible en: http://dx.doi.org/10.14198/cuid.2015.41.21> Correspondencia


Por José Siles González


 Se nos presenta la edición en castellano y valenciano de una obra del poeta salvadoreño André Cruchaga cuya traducción ha estado a cargo de Pere Bessó filólogo y catedrático de lengua y literatura española. André Cruchaga es profesor de humanidades y como núcleo enriquecedor de su actividad docente, ha desarrollado una importante y extensa obra poética que ha sido galardonada con diferentes premios literarios y ha traducido a diferentes idiomas: francés, rumano, holandés, vasco, valenciano, etc. Entre sus obras destacan: Alegoría de la palabra (1992), Visión de la muerte (1994), Enigma del tiempo (1996), Roja Vigilia (1997), Rumor de pájaros (2002), Pie en tierra (2007), Caminos Cerrados (2009), Viajar de la ceniza (2010), Cuaderno de ceniza (2013), Balcón del vértigo (2014), Post scriptum (2014), etc. Además ha publicado sus poemas en las revistar literarias más prestigiosas de España y América Latina.

André Cruchaga es un poeta de gran altura que puede provocar cierta hipoxia y desvanecimiento en los lectores desprevenidos que no están acostumbrados a caminar por senderos contiguos a los grandes desfiladeros donde habita, en la profundidad abisal, la palabra con mayúsculas. La palabra como sentimiento que es imagen y que se funde con aromas telúricos de tiempos imperecederos: la metáfora al servicio de una creatividad combativa sostenedora de esa clase de dignidad se sustenta en la observación de la realidad; un entorno envolvente cuyo caos es tan subterráneo y trascendente que se intangibiliza en la superficie insustancial y rutinaria de una vida cotidiana fabricada para convertirnos en inconscientes. Sí, el poeta salvadoreño, con su verso inflamado que todo lo ilumina, nos despierta y avisa del creciente auge del pensamiento automático que acaba transformando nuestra existencia en un devenir superfluo entre horarios lineales de comidas, cenas, idas y venidas al trabajo y largas sentadas frente al sedante televisor.

El poeta Cruchaga emplea herramientas como el simbolismo y la metáfora para rescatar trozos de conciencia faenando poéticamente en los caladeros de un ultra-realismo cargado de dolor e incertidumbre: paso incontrolable del tiempo, envejecimiento, muerte, despropósitos del ser humano que acaba transformando lo más hermoso en pura miseria…, inexistencia; pero mediante su poesía profundiza en los temas centrales de la vida como la misma muerte (asalariada por la vida para sus propios fines…, especialmente el postrero y definitivo):.Así en “Muerte” nos avisa de que es la medida de todas las cosas:

Muero cada día cuando resbalo en la cuerda floja del tiempo, este aliento carece ya de sombreros cae la respiración hasta los tobillos, ¿qué me queda después de lamer los excrementos? (Morir antes que mueran las palabras es la mejor solución). Morir como se embriaga el tejado… “ (Cruchaga, 2014: 192)

Cruchaga es un poeta que no hace concesiones a la galería y reinterpreta la realidad desnuda del discurrir de la vida como metáfora de navegación existencial donde todo está en conexión:
Navegación “A través del barro, las manos tallan las distancias: esos pasos lentos del desvelo, las sombras diurnas del relámpago, la piedra de la fatiga donde deslumbran tantas instantáneas (…)” (Cruchaga, 2014: 164).

También se detiene el poeta en las secuelas del paso del tiempo y la manifestación de un inevitable arte, El olvido:

“Sueño ya el olvido y las extrañezas en vísperas de relojes caducos. El horizonte es irreparable en las postrimerías de la edad (también los mostradores huesudos de las talabarterías, los disfraces cumplidos de los funerales sobre el mundo infinito del desquicio)(…)”

Es Cruchaga un poeta atento a los sentimientos que le provocan sus capacidades perceptivas y lo refleja magistralmente en “Olfato”:

“Cuando el árbol de repente abre sus dominios, el olfato implora al pájaro etéreo del cierzo, -volveré a trepar al vendaval de la noche, a su dosis de trementina, a su embriaguez de escritura muerta”.

En el poema que da título al poemario “Viaje póstumo”, el poeta se sitúa en una posición álgida de anticipada nostalgia para despedirse sin desistir de estar y dejando constancia de lo que pensará y hablará cuando ya no pueda pensar ni hablar:
“Que la luz hunda su imagen en mi lápida. Animada y visible al mismo tiempo. Más allá de lo anónimo y el olvido, soy ciudadano de este país. Pon una rosa sin aldabas sobre mi cruz, un pétalo tan solo hacia el horizonte como vos una calle que desafíe al tiempo (…)”

Por todo esto y mucho más presente en su dilatada obra, André Cruchaga es un poeta de gran altura que puede llegar a provocar cierto vértigo en los lectores desprevenidos que tal vez estén más acostumbrados a la poesía de salón donde emerge de forma rebuscada y artificiosa lo amable, feliz y bienaventurado que es ese bicho bipedestador que es el hombre. No, no están acostumbrados a caminar por senderos contiguos a los grandes desfiladeros donde habita, en la profundidad abisal, la palabra con mayúsculas…, la única capaz de aprehender y transmitir cuestiones tan esenciales como la auténtica y contradictoria realidad del ser humano.

jueves, 7 de mayo de 2015

FORAT

Imagen cogida de la red




FORAT




Exposat el rostre a l’espill, ens colpeja el forat de les certeses: una a una,
totes les possibles goles del turment, els rellotges sobre les paraules,
la gàbia que ens mira i ens fecunda de foscos futurs.
Dansem al voltant dels ossos dels somnis. I en el no-res, la boira
i els seus aguaits perversos, la mortalla i el seu coll trencat, l’anyil i la seua 
                                                                                                                             [gòtica engruna.
Sempre reste a la vora de la revelació de les claus: sóc capataire entre tants
nus impassibles, —pertot salten els cèntims de calvari,
la calabruixa buida de les lluernes,
el clot on s’ofega el forcat: sempre em sorprén la muntanya inamobible
de l’insomni i la seua amarga tempesta de fulles dissecades.
Després del combat, la urgència de l’encens i la seua esmunyedissa pell d’argent viu.
De les parets brollen insadollables branques de tinta, cors negres, cadàvers
dissecats on plora la infantesa.
Sovint és tan gran el forat, que només es pot veure els naufragis.
Es busca pretextos en un tren, en un vaixell, en un ocell certes alegries.
Els forats mai no resten a soles: hi ha ecos i somortes goles mutilades.
Quant dura l’estrofa fonda del sanglot?
Quantes absències hem d’escriure per a trobar la memòria?
—Mai no hi ha cap hora especial per a morir: des de la vestidura de l’ombra,
l’ombra cap als braços. (Alguna cosa es petrifica en la riba dels noms,
el nus cec que aguditza les ninetes, el no-res i la seua carícia tova.)


Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït al català per PERE BESSÓ




AGUJERO




Expuesto el rostro al espejo, nos golpea el agujero de las certezas: una a una,
todas las posibles gargantas del tormento, los relojes sobre las palabras,
la jaula que nos mira y nos fecunda de oscuros futuros.
Danzamos alrededor de los huesos de los sueños. Y en la nada, la niebla
y sus acechos perversos, la mortaja y su cuello roto, el añil y su gótica migaja.
Siempre me quedo junto a la revelación de las llaves: soy mendigo entre tantos
nudos impasibles, —por doquier saltan los centavos de calvario,
el granizo hueco de las luciérnagas,
el hoyo donde se ahoga el arado: siempre me sorprende la montaña inamovible
del insomnio y su amarga tormenta de hojas disecadas.
Tras el combate, la urgencia del incienso y su resbaladiza piel de azogue.
De las paredes brotan insaciables ramas de tinta, corazones negros, cadáveres
disecados donde llora la infancia.
A menudo es tan grande el agujero, que sólo se pueden ver los naufragios.
Uno busca pretextos en un tren, en un barco, en un pájaro ciertas alegrías.
Los agujeros jamás están solos: hay ecos y mortecinas gargantas mutiladas.
¿Cuánto dura la estrofa honda del sollozo?
¿Cuántas ausencias hay que escribir para encontrar la memoria?
—Nunca existe una hora especial para morir: desde la vestidura de la sombra,
la sombra hacia los brazos. (Algo se petrifica en la orilla de los nombres,
el nudo ciego que agudiza las pupilas, la nada y su caricia hueca.)
Barataria, 05.V.2015

martes, 5 de mayo de 2015

ANDRÉ CRUCHAGA, UN ESCRITOR UNIVERSAL

Cuaderno de Ceniza




ANDRÉ CRUCHAGA, UN ESCRITOR UNIVERSAL



Ricardo Llopesa




André Cruchaga es el escritor salvadoreño más universal. Nacido en 1957, en el departamento de Chalatenango, su obra ha sido traducida al francés, el griego, el holandés, el rumano, el portugués, el vasco y el catalán. La dimensión de su personalidad es similar a su obra, amplia, rica, de gran aliento y resonancia, que inició en 1992, con “Alegoría de la palabra”, hasta dos libros suyos que me han llegado recientemente, titulados “Cuaderno de Ceniza” y “Viaje póstumo”.
            La obra de Cruchaga ha despertado mi interés desde aquellos días cuando me tocó analizar “Blasfemia del subsuelo”, un libro donde el poeta persigue el poema total, ese verso que persigue alcanzar el todo, a través de la palabra y el ritmo. No es fácil. Los caminos actuales de la poesía son muchos, pero tenemos que avanzar por donde comenzaron los juglares y sumar lo que lograron las vanguardias. Aunar, en lugar de separar, para convertir el poema en lo que tiene de latino y de moderno.
            “Cuaderno de ceniza” lo integran 37 poemas que vienen traducidos al rumano por Alice Valeria Micu, Elena Liliana Popescu, Elisabeta Botaan y Andrei Langa. A este respecto no puedo opinar por desconocer el idioma, pero sí puedo decir que los traductores tuvieron que trabajar tanto como el poeta, porque se trata de versos largos, que rozan el límite de lo prosaico, donde reside precisamente el mérito de la poesía total, porque ofrece un verso nuevo en ritmo y contenido. Y, por tanto, en este punto debe diferenciarse de la prosa. La poesía latinoamericana ha sabido explorar esta frontera de la poesía desde el modernismo. Sirvan de ejemplo los primeros versos del libro, para comprender la energía vital que canta el poeta:

                        ¿Qué nos queda, pues, del techo y del día? ¾La urgida desazón
                        de la lágrima, la torpe mordida de la vehemencia, el aire viciado
                        de las manos, el camino incierto del palpito.

Buenos versos éstos, fragmentados para perseguir el ritmo y los giros que dan alegría al contenido, en beneficio del arte de elaborar la palabra. En rumano el libro se llama “Tablou de cenusâ”, un título bonito para un canto elegíaco de altura.

Viaje póstumo

            Con mejor conocimiento, puedo decir que la traducción al catalán de Pere Besó, del libro “Viaje póstumo”, no sólo me gusta, porque el catalán es una lengua elegante para el ritmo la precisión. Tiene algo mágico, a tal punto que el catalán nació con un libro de poesías y el modernismo catalán dio lo mejor de España, a pesar de Juan Ramón Jiménez, que los críticos españoles nos lo quieren vender por modernista, cuando en realidad todos sus rasgos fueron  posmodernistas.
            De nuevo Cruchaga se lanza a la aventura del verso largo, como quien tiene mucho que decir y se siente obligado a dejar atrás la técnica de la síntesis para optar por el verso intenso, denso, nuevo y distinto al verso tradicional. El léxico es rico. Esto hace que el poema se convierta en torrencial, para disfrute de los buenos lectores de poesía. El libro alcanza las doscientas páginas, el cómputo que la vieja tradición decimonónica exigía para dejar de ser folleto. Es decir, se trata de una obra perfectamente acabada en su conjunto, que viene a confirmar la autenticidad de una voz centroamericana que se proyecta como una realidad.

Ricardo Llopesa,
Miembro Correspondiente de la Academia Nicaragüense de la Lengua
Instituto de Estudios Modernistas, Valencia, España

domingo, 3 de mayo de 2015

OMBRES PRESENTS

Imagen cogida de la red




OMBRES PRESENTS




Als racons del jo profund, les ombres plenes d’avidesa jugant 
a enfosquir la gola. Gemeguen les gotes destenyides del teulat, el pàl·lid cadàver
de l’infinit, els ganivets com un interruptor de somnis en la pell.
(En les ulleres de l’alé, el ardor de rellotge esgavellat dels bordells, 
la nuesa atroç de l’absolut amb les seues retines d’olors cremats. 
Miola el nus orb de la crinera i l’eco feixuc dels fòsfors en el sediment.
En el tors de les latituds, el paraigües trencat dels sentits, la mà d’aprenent
damunt del cànter. Per últim, la nuvolositat de les sabates en la meua gastada vestidura.)

D’una ombra a una altra, el fred estés en l’espill del record.
És ocell o albir, la fulla creixent que ens convoca al soterrani?
—És només ombra la pell que ens nega en el declivi, vent el dard 
que mossega els mocadors en l’ull escindit,
cremat dels batecs?
Inflades les ombres en el paper cansat de l’alé, el lletreig és un altre
vestigi de la mort, el peix coagulat a la riba de la boca.
No fuig la ferida, resta en la cremada present del badall.
Entre una ombra i una altra, el temps falseja el firmament: ens revela la paret
i aqueixa carassa de la disfressa que mai no desapareix.
En la mà estesa de la despulla, aqueix parany de la cendra que aliena
i suma deliris, estranya manera dels pensaments.
Sovint és tan sols la mitjanit aquesta ombra penjada de portes i parets.

Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït del castellà al català per PERE BESSÓ





SOMBRAS PRESENTES




En los rincones del yo profundo, las sombras llenas de avidez jugando 
a oscurecer la garganta. Gimen las gotas desteñidas del tejado, el pálido cadáver
del infinito, los cuchillos como un interruptor de sueños en la piel.
(En las ojeras del aliento, el ardor de reloj destartalado de los burdeles, 
la desnudez atroz del absoluto con sus retinas de quemados olores. 
Maúlla el nudo ciego de las crines y el torpe eco de los fósforos en el sedimento.
En el torso de las latitudes, el paraguas roto de los sentidos, la mano de aprendiz
sobre el cántaro. Por último, la nubosidad de los zapatos en mi raída vestidura.)

De una sombra a otra, el frío extendido en el espejo del recuerdo.
¿Es pájaro o albedrío, la hoja creciente que nos convoca al subsuelo?
—¿Es sólo sombra la piel que nos niega en el declive, viento el dardo 
que muerde los pañuelos en el ojo escindido,
quemado de los latidos?
Hinchadas las sombras en el papel cansado del aliento, el deletreo es otro
vestigio de la muerte, el pez coagulado a la orilla de la boca.
No huye la herida, permanece en la quemadura presente del bostezo.
Entre una sombra y otra, el tiempo falsea el firmamento: nos desvela la pared
y esa mueca del disfraz que nunca desaparece.
En la mano extendida del despojo, esa trampa de la ceniza que enajena
y suma desvaríos, extraña forma de los pensamientos.
A menudo es sólo la medianoche esta sombra colgada de puertas y paredes.
.
Barataria, 28.IV.2015