domingo, 18 de octubre de 2009

Desfici- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

La realidad y la ficción en suave sigilo. O, acaso, bocanada
De sueños deshojando el invierno, la noche con sus chasquidos
Desordenados, la agonía mayor de los labios, ...
Fotografía tomada de: skyscrapercity







Desfici
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó






No hi ha prou amb parlar de pau.
Devem creure-hi i treballar per aconseguir-la.
Eleanor Roosevelt







Als grans emporis del món, —The Norwegian Nobel Committee —
també es trafica amb els Nobels. Ací, fosca l’òpera de les pestanyes.
La realitat i la ficció en suau secret. O, potser, glopada
De somnis desfullant l’hivern, la nit amb els seus esclafits
Desordenats, l’angúnia major dels llavis,
—Les pel·lícules de ficció ara no ixen dels cinemas, ni de Cannes, ni Barcelona,
Sinó del carbuncle. I clar, no em referesc [al de certs gèneres d’insectes coleòpters,
Pedra preciosa, també coneguda com a robí, sinó a aqueixa malaltia contagiosa,
Ni a conceptes heràldics],
La seua virulència és catastròfica i obri tots els cercles del poder.
Ara qualsevol dirà frases boniques per a convocar el matí,
Encara que semblants frases siguen de cansament i pólvora, de caldera i mortalla.
Quina claredat descobreix les mirades del Planeta!
Pertot gemeca el so de la sang. I tanmateix, se’ns ven
La Pau com una fruita estranya en càpsules de sordes aigües,
En trossets d’analgèsics per a no sentir l’abisme.
El silenci em desvist com un blues violat per vegetals famolencs.
Las imatges reboten als llençols de la pols, en la beguda erma del fullatge,
Devastat per la fusileria i les bombes de 500 lliures.
[Al llit hauries de tindre un joiell per cada orgasme: tu i jo de frac,
Exactament desdoblant les mirades,
Fent versemblant el llit damunt de les aigües que arrossega la història.
Però clar, preferesc que no ens despullem als nus de la foscor,
Sinó a la llum o en les càpsules virtuals dels cristalls on tot el món
ens mire amb certa perspicàcia i morbo.
Clar que només podrien veure’ns, però no escoltar el gemec xiuxiuejant
De l’espasme, i la molsa teua desviscuda i sense capell].
No hi ha prou amb pronunciar paraules d’advent, ni epígrafs blaus de sega i justícia
Per a enderrocar la porta siniestra de la nitroglicerina;
Hi ha un món que pateix les devastacions de l’Imperi.
Hi ha un món que no es veu en la irrealitat de les pel·lícules 3 ics,
Sinó als ossos que produeixen
Les metralladores i que fan difusa la utilitat dels colors.
Per descomptat, Noruega, continua essent una pantalla gegant,
No menys que el plutoni de Washington, i las bases militars per a mantindre la Pau.
Sovint l’idioma es torna una gota d’ombres als encaixos de la sang,
Una papadiners,
I no una fogassa de pètals a les càmfores dels balcons.
Clar és que mai no manquen les grans cortines roges, ni els símbols
Per a festejar els equilibristes d’aquest voltaic esdeveniment.
[Es pot pensar en les faules modernes o antigues, en els ulls
Cavalcant damunt de les campanes, en les boques emergint de la Via Làctia.
Fins i tot jo puc contemplar-te com un nen autista. Esvanir-me en el teu somni,
Obrir l’eternitat abans de morir. I, tanmateix, mai no arribarem
A l’absolució dels nostres pecats… Mai no ens apaivagarem davant de les lluernes. Mai no deixarem de ser guerrers. ]
Per això mai no veurem joiells a les nostres parets. Ni mai arribarem
A la primera plana dels periòdics, ni a la Times review, magazine, journal, etc.
Baratària, 14.X.2009








Desazón







No basta con hablar de paz.
Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla.
Eleanor Roosevelt






En los grandes emporios del mundo, —The Norwegian Nobel Committee —
también se trafica con los Nóbeles. Ahí, oscura la ópera de las pestañas.
La realidad y la ficción en suave sigilo. O, acaso, bocanada
De sueños deshojando el invierno, la noche con sus chasquidos
Desordenados, la agonía mayor de los labios,
—Las películas de ficción ahora no salen de los cines, ni de Cannes, ni Barcelona,
Sino del carbunclo. Y claro, no refiero [al de ciertos géneros de insectos coleópteros,
Piedra preciosa, también conocida como Rubí, sino a esa enfermedad contagiosa,
Ni a conceptos heráldicos],
Su virulencia es catastrófica y abre todos los círculos del poder.
Ahora cualquiera dirá frases bonitas para convocar a la mañana,
Aunque dichas frases sean de cansancio y pólvora, de caldera y mortaja.
¡Qué claridad descubre las miradas del Planeta!
Por doquier gime el sonido de la sangre. Y sin embargo, se nos vende
La Paz como una fruta extraña en cápsulas de sordas aguas,
En trocitos de analgésicos para no sentir el abismo.
El silencio me desviste como un blues violado por vegetales famélicos.
Las imágenes rebotan en las sábanas del polvo, en la bebida yerma del follaje,
Devastado por la fusilería y las bombas de 500 libras.
[En el lecho deberías tener una presea por cada orgasmo: vos y yo de frac,
Exactamente desdoblando las miradas,
Haciendo verosímil el lecho sobre las aguas que arrastra la historia.
Pero claro, prefiero que no nos desnudemos en los nudos de la oscuridad,
Sino en la luz o en las cápsulas virtuales de los cristales donde todo mundo
nos mire con cierta perspicacia y morbo.
Claro que sólo podrían vernos, pero no escuchar el gemido susurrante
Del espasmo, y el musgo tuyo desvivido y sin sombrero].
No basta pronunciar palabras de adviento, ni epígrafes azules de siega y justicia
Para derribar la puerta siniestra de la nitroglicerina;
Hay un mundo que padece las devastaciones del Imperio.
Hay un mundo que no se ve en la irrealidad de las películas 3 equis,
Sino en los huesos que producen
Las ametralladoras y que hacen difusa la utilidad de los colores.
Desde luego, Noruega, sigue siendo una pantalla gigante,
No menos que el plutonio de Washington, y las bases militares para mantener la Paz.
A menudo el idioma se torna una gota de sombras en los encajes de la sangre,
Una tragaperras,
Y no una hogaza de pétalos en el alcanfor de los balcones.
Claro está que nunca faltan las grandes cortinas rojas, ni los símbolos
Para festejar a los equilibristas de este voltaico acontecimiento.
[Uno puede pensar en las fábulas modernas o antiguas, en los ojos
Cabalgando sobre las campanas, en las bocas emergiendo de la Vía Láctea.
Incluso yo puedo contemplarte como un niño autista. Desvanecerme en tu sueño,
Abrir la eternidad antes de morirme. Y sin embargo, nunca llegaremos
A la absolución de nuestros pecados…Jamás nos apaciguaremos frente
A las luciérnagas. Jamás dejaremos de ser guerreros. ]

Por eso nunca veremos preseas en las paredes nuestras. Ni llegaremos jamás
A la primera plana de los periódicos, ni a la Times review, magazine, journal, etc.
Barataria, 14.X.2009
____________
Querido André:
Hace varios días que te debía este poema, pero el instituto, la preparación de las diversas tareas políticas y, en particular, la ayuda al concejal, amén de lo doméstico y algún afán me dejaban poco tiempo para el sosiego o el tráfago poéticos. Pues ambas condiciones requieren unidad e intensidad. Sólo así estamos preparados para la lectura de tus poemas.

Por fin he podido acabar el texto cuyo sentido requiere perderse de entrada por la fador y el desfici catalanes. Y ello te resultará difícil pues si bien en francés tienes la identidad de fadeur, desfici i desficaci son palabras bien nuestras cuyo sentido en otras lenguas pierden riqueza asociativa y conceptual, profundidad y visión de campo. En efecto, el desfici con que traduzco tu desazón requiere de desaliento y desabor, mengua de sentidos, pero también de nostalgia y, a la vez, percepción anticipada del ajamiento.

Un estado que se entreabre a los escozores del alma, a la vigilia e insomnio de toda clase de antesalas, incluyendo las del cuerpo. Y no es que no llegue o haya assaonament o saó, que en esto, amigo, usuarios y usuarias de la lengua catalana mantenemos su valor prístino y la consciencia lingüística última de la liga con la sazón o estación, la comunión con la natura, la unión palabra-cosa tan ansiada como imposible pacto.

Es, pues, tu poema resultado del ansia, del escozor de alma y de los sentidos, hueso de roer del "estar sin estar" o lo que un castizo expresó con su célebre "esta vida es un continuo desvivir". Quien desee acercarse al poema, quien desee sentir a las palpas de la poética cruchagesca habrá de haber sentido en alguna ocasión, al menos, la raedura del "desvivir" y el soplo sobre los despojos del numen del poeta.

Desde este estado de "vetlla desficiosa" (vigilia en desazón), mucho más intenso y prodigioso que un simple duermevela castellano, el poeta André Cruchaga estimula todos los sentidos, incluidos el déjà vu barajado y agitado. Y la recta final de su escritura no desdeña vía alguna que pueda llevar al lector a la analogía de lectura.

Cómo acaso explicar el estado de los ojos, engrandecidos y sobrecargados de círculos concéntricos, preparados para la sorpresa de la pedrada en esa antesala de la (in)consciencia, que desde niños, por economía de lenguaje, veíamos/leíamos en los tebeos y, más tarde, en los cómics underground, en esos ojos, ciegos de tantas órbitas, de los Freak Brothers:

Ahí, oscura la ópera de las pestañas.
La realidad y la ficción en suave sigilo. O, acaso, bocanada
De sueños deshojando el invierno, la noche con sus chasquidos
Desordenados, la agonía mayor de los labios,
—Las películas de ficción ahora no salen de los cines, ni de Cannes, ni Barcelona,
Sino del carbunclo.


Un parpadeo y, zas, el hombre-orquesta, toda una ópera de sentidos desordenados que se liberan. Y reorganizan en ese estado de conmoción que permite abordar una noticia externa (pero que compete) al poeta -la concesión del premio Nobel de la Paz a Obama- y desencadenar el motor sentimientos contrapuestos en el Poeta: lo que “está dentro está fuera” (Goethe), y así espurios traficantes, mercaderes de la paz y golpes bajos del desamor son facetas y caretas o máscaras causativas del mismo desfici (de la misma desazón).

El poeta logra, a través de este artificio de voladura controlada un nuevo acierto en su escritura de doble plano y doble vuelo, en esa escritura a dos manos alcanza la plenitud de la metáfora pura clave: el pequeño carbón (carbunculum), el carbúnculo, el carbunclo, y el carbunco. Así el poeta, como un nuevo thesaurus o lexicón profundo y sin aspavientos, nos lleva desde los filamentos de la enfermedad más allá de la muerte, desde la pantalla contra sequedad y el frío, al carbón encendido del granate o del rubí, a la fiebre de la obscuridad, al buey común y a la pústula de los desheredados del amor y de la sociedad, al vómito y a la diarrea de los banqueros, a la heráldica de las comadres y las liebres de las mozuelas flores de lis, a las tragaderas, en fin, de la lengua:

A menudo el idioma se torna una gota de sombras en los encajes de la sangre,
Una tragaperras,
Y no una hogaza de pétalos en el alcanfor de los balcones.


Lo diré una vez más, en mi criterio, la trangresión de la escritura y la lengua, del (des)amor y de la re pública, para el poeta André Cruchaga son destellos y filtraciones de la misma realidad.


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