domingo, 6 de febrero de 2011

FULLA DEL DUBTE/ HOJA DE LA DUDA-TRADUCCIÓN CON APOSTILLA POR PERE BESSÓ

i ha vents que s’aferren al trajecte de la ferida: formen la seua mateixa
túnica de miratges, ombra en l’atri del pit.
En el seu estany, la nuesa es cobreix de teranyines, papallones
progressives esmunyint-se en el corral de la veu.



FULLA DEL DUBTE/ HOJA DE LA DUDA-TRADUCCIÓN CON APOSTILLA POR PERE BESSÓ



Un poema precioso, André, en la linea de tu trabajo de años. Bella tu hoja de la duda, frente a la imposible hoja de ruta infalible para el poeta. Y, como dices, mejor deshojarse en la fría duda que tener que soportar el tránsito con agujeros y alfileres.

Todo un poema de reflexión en el que vuelves a los motivos tan caros: el ámbito de la calle frente al doméstico o el interior de ti mismo. Si algo me llama la atención en éste es la combinación de la fiebre y las lámparas. ¿Quién no ha tenido un achaque o ha pasado jornadas enfermo y ha leído, dormitado, ensoñado o ha cultivado pesadillas a la luz de una lívida lamparilla de la mesita de noche? Quien no lo recuerde, olvida tu aviso para navegantes, 'a grandes altares, grandes tinieblas'. He ahí el sarcasmo que nace de la inteligencia, que no de la complacencia o filosofía de la consolación. Sigue, afortunadamente, habiendo un rebelde en la voz de André Cruchaga.

Pere Bessó.

Mislata,Valencia, 6 Febrero 2011.








FULLA DEL DUBTE




En ese mundo natural, sólo las latas y la paciencia
traen fecha de vencimiento.
RENÉ RODAS



Hi ha vents que s’aferren al trajecte de la ferida: formen la seua mateixa
túnica de miratges, ombra en l’atri del pit.
En el seu estany, la nuesa es cobreix de teranyines, papallones
progressives esmunyint-se en el corral de la veu.
És millor desfullar-me en el fred del dubte que haver de suportar
El trànsit amb forats i agulles de cap.
La febre dóna voltes al voltant de les llànties: així també
M’adone que les ares teixen grans tenebres, bulliments
d’espuma, llet fosca on s’inclina la lloança.
En l’estació morta de les escales, l’abisme té desnivells
d’acordions,
i subasthes on la foguera exorcitza els dies de la setmana;
encara que no es crega, els malls són necessaris per a enderrocar
les marees crescudes dels segles empedreïts i els brúfols negres
de l’idioma: les trenes són singulars rèptils,
en presència de la carn escorxada dels xiprers.
Encara m’alimente de caragols i lluernes: —per bé que cause
alarma, m’inquieta l’esmai en les clarors,
o si es vol, el resplendor en les sales dels aeroports,
on tot el món vol eixir a les terrasses de les falgueres
invisibles. De sobte, és certa la brisa blava que es penja de la llengua,
del cel lunar del sucre, de la foguera que esclata en la gola?
—Tots els dies del calendari són difícils d’entendre;
hui mateix quan les xicones caminen pels carrers de la ciutat
enmig de bestiaris,
de fissures i bagatel•les, d’aigües desconegudes embrutant el dia.
Hui podem inventar qualsevol cosa: d’ençà que els equívocs
nutrisquen la vida ciutadana; que la vida ciutadana estiga sempre en litigi,
i abunde pertot arreu la sospita
de l’almoina del cec en els vidents.
Quan cremem, caduquem en la vareta màgica del temps;
ens ompli el carrer amb els seus versos de granit, el colofó de la història
no advertida, la civada del florit en l’olfacte,
les veritats que mai no arriben a ser-ho enmig de la malesa,
el mèrit dels mugrons per als ulls sense brúixola, el fil dels reixats de fil d’aram
sobre el pa covat per a albergues:
tot excés és dubte. Tot somni damunt de pedra és dubte. Tota paraula
és una escala on l’alfabet tira els seus daus per a provar
la sort del ziga-zaga en les ninetes.
Sovint esl tabals de la saliva no serveixen per a alçar el desig,
Sinó per a festejar la càries declamada per les llànties…

Baratària, 30.I.2010




HOJA DE LA DUDA




En ese mundo natural, sólo las latas y la paciencia
traen fecha de vencimiento.
RENÉ RODAS






Hay vientos que se aferran al trayecto de la herida: forman su propia
túnica de espejismos, sombra en el atrio del pecho.
En su estanque, la desnudez se cubre de telarañas, progresivas
Mariposas resbalando en el traspatio de la voz.
Es mejor deshojarme en el frío de la duda, a tener que soportar
El tránsito con agujeros y alfileres.
La fiebre da vueltas alrededor de las lámparas: así también
Me doy cuenta que los altares tejen grandes tinieblas, ebulliciones
de espuma, lecha oscura donde se inclina la alabanza.
En la estación muerta de las escaleras, el abismo tiene desniveles
de acordeones,
y subastas donde la hoguera exorciza los días de la semana;
aunque no se crea, las almádanas son necesarias para derribar
las mareas crecidas de los siglos empedernidos y los búhos negros
del idioma: las trenzas son singulares reptiles,
en presencia de la carne desollada de los cipreses.
Todavía me alimento de caracoles y luciérnagas: —aunque cause
alarma, me inquieta el desmayo en las claridades,
o si se quiere, el resplandor en las salas de los aeropuertos,
donde todo mundo quiere salir a las terrazas de los helechos
invisibles. De pronto ¿es cierta la brisa azul que se cuelga de la lengua,
del cielo lunar del azúcar, de la hoguera que estalla en la garganta?
—Todos los días del calendario son difíciles de entender;
hoy mismo cuando las muchachas caminan por la calles de la ciudad
en medio de bestiarios,
de fisuras y bagatelas, de aguas desconocidas ensuciando el día.
Hoy podemos inventar cualquier cosa: de ahí que los equívocos,
nutran la vida ciudadana; que la vida ciudadana esté siempre en litigio,
y abunde por doquier la sospecha
de la limosna del ciego en los videntes.
Cuando ardemos, caducamos en la varita mágica del tiempo;
nos llena la calle con sus versos de granito, el colofón de la historia
no advertida, la avena del musgo en el olfato,
las verdades que nunca llegan a serlo en medio de la maleza,
el mérito de los pezones para los ojos sin brújula, el filo de las alambradas
sobre el pan incubado para albergues:
todo exceso es duda. Todo sueño sobre piedra es duda. Toda palabra
es una escalera donde el alfabeto tira sus dados para probar
la suerte del zigzag en las pupilas.
A menudo los tambores de la saliva no sirven para levantar el deseo,
Sino para regocijar la caries declamada por las lámparas…

Barataria, 30.I.2010

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