miércoles, 16 de marzo de 2022

TEMPS ANÒNIM │ TIEMPO ANÓNIMO

 

Imagen FB Pere Bessó


TEMPS ANÒNIM

 

 

Y éstas son figuraciones del sueño. Pero tú, hombre de frente recta,

tendido en la realidad del sueño, bebes en la propia boca redonda,…

Saint-John Perse

 

 

S’esdevé que hi ha un temps anònim en la intempèrie del teler

dels ulls, alguna cosa que sense dubte entreveiem en la intempèrie

on s'embasten els tolls del buit, la memòria il•lusòria

cegada per la molsa, repetida en el silenci que ens mossega.

La nit amaga els noms i és com caminar i no ser-hi.

I és com viure sense l’existència de la resta de transeünts,

a la riba de cada dia, lliurat a l’espera de sentir unes mans,

l’ aire que delata la respiració imminent.

La meua memòria no té memòria, llevat dels simulacres de les amarres

en l’expiació cega d’un conjur de bromes indemnes.

Al tall de la llum destrossada, extravie el temps que ens parla

d’aquest temps de l’entranya, d’aquesta ferida sense ungüents,

cavada lentament per tal d’evitar l’irreparable i crèdul del creat.

En la transparència fràgil de l’aigua, les pàgines arrencades

al ressò, o al fragor cegat i proscrit del cos errabund.

Un no és ningú, encara que siga Ulisses el crit en el fons de les aigües.

Un no és ningú davant del clamor del parrac i el setge com a odre

insadollable, com a dimoni en un temps esclavitzat.

La batalla sempre és la mateixa als carrers que hem degradat.

Mé enllà de les idolatries, assaciem la nostra set en ciris

i oferim com a bons inquilins hostalatge a la cendra.

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Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

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TIEMPO ANÓNIMO

 

 

Y éstas son figuraciones del sueño. Pero tú, hombre de frente recta,

tendido en la realidad del sueño, bebes en la propia boca redonda,…

Saint-John Perse

 

 

Sucede que existe un tiempo anónimo en la intemperie del telar

de los ojos, algo que sin duda entrevemos en la intemperie

donde se hilvanan los charcos del vacío, la memoria ilusoria

cegada por el moho, repetida en el silencio que nos muerde.

La noche esconde los nombres y es como caminar y no existir.

Y es como vivir sin la existencia de los demás transeúntes,

a la orilla de cada día, entregado a la espera de sentir unas manos,

el aire que delata la respiración inminente.

Mi memoria no tiene memoria, salvo los simulacros de las amarras

en la expiación ciega de un conjuro de brumas indemnes.

Al filo de la luz destrozada, extravío el tiempo que nos habla

de ese tiempo de la entraña, de esa herida sin ungüentos,

cavada lentamente para evitar lo irreparable y crédulo de lo creado.

En la transparencia frágil del agua, las páginas arrancadas

al rescoldo, o al fragor cegado y proscrito del cuerpo errabundo.

Uno es nadie, aunque sea Ulyses el grito en el fondo de las aguas.

Uno es nadie ante el clamor del harapo y el asedio como odre

insaciable, como demonio en un tiempo esclavizado.

La batalla siempre es la misma en calles que hemos degradado.

Más allá de las idolatrías, saciamos nuestra sed en cirios

y le ofrecemos como buenos inquilinos, hospedaje a la ceniza.

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De ‘Como quien pide luz o pide agua’, 2021.2022

©André Cruchaga


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