Imagen FB de Pere Bessó
FRENESIA
ABISSAL
Cuando despiertas se te han borrado
los recuerdos como
si ya no pudieran juntarse nunca la voz y las palabras.
Luis Rosales
si ya no pudieran juntarse nunca la voz y las palabras.
Luis Rosales
Som i no som, però
quantes vegades som i deixem de ser? En l’hostilitat del desordre, jau el
contingut orgásmic del llenguatge. Desgarrada la llibertat, arriba el martiri
inclinat sobre els cossos, les infàncies verges que ploren en els cadàvers,
venen els rellotges accelerant els seus pulmons, tot el clam cambiat del
paisatge, les rodes de l’anèmia en la seua monotonia corcada per les hostes de
les polees de l’ebullició. —Hui, de cas, cambiem de pell, arreciem l’alambí, i
mosseguem els plecs de la impaciència com sempre ocorre quan el cel es
disfressa, quan l’un i l’altre s’aixopluguen amb les mateixes teranyines sense
anul·lar l’essència de l’acte i la potència de la fantasia. Hem mastegat les
parets del fem del migdia emparats en l’atril de les ombres junt a l’estirp
viscosa dels médanos, a prop del magma dels lavaderos, oblidats del comerç,
dins de la de turbiedad del planeta, a borbollons la tremolor de les paraules.
Finalment, esdevé dolorós somiar amb la glòria impecable de l’alba.
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FRENESÍ ABISAL
Cuando despiertas se te
han borrado los recuerdos como
si ya no pudieran juntarse nunca la voz y las palabras.
Luis Rosales
si ya no pudieran juntarse nunca la voz y las palabras.
Luis Rosales
Somos y no somos,
pero ¿cuántas veces somos y dejamos de ser? En la hostilidad del desorden, yace
el contenido orgásmico del lenguaje. Desgarrada la libertad, viene el martirio
inclinado sobre los cuerpos, las infancias vírgenes que lloran en los cadáveres,
vienen los relojes acelerando sus pulmones, todo el clamor cambiado del
paisaje, las ruedas de la anemia en su monotonía carcomida por las huestes de
las poleas de la ebullición. —Hoy, acaso, cambiemos de piel, arreciemos el
alambique, y mordamos los pliegues de la impaciencia como siempre sucede cuando
el cielo se disfraza, cuando el uno y el otro se cobijan con las mismas
telarañas sin anular la esencia del acto y la potencia de la fantasía. Hemos
masticado las paredes del estiércol del mediodía amparados en el atril de las
sombras junto a la estirpe viscosa de los médanos, cerca del magma de los
lavaderos, olvidados del comercio, dentro de turbiedad del planeta, a
borbollones el temblor de las palabras. Al final, resulta doloroso soñar con la
gloria impecable del alba.
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Del libro: Precariedades, 2019
Del libro: Precariedades, 2019
©André Cruchaga
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