miércoles, 28 de octubre de 2015

Un libro en nuestro universo: Lejanía-Away de André Cruchaga

Lejanía-Away de André Cruchaga
Traducido al inglés por Grace B. Castro H.





Un libro en nuestro universo:
Lejanía-Away de André Cruchaga
Traducido al inglés por Grace B. Castro H.


Por César Ramírez Caralvá

César Ramírez, escritor y antropólogo salvadoreño




Usualmente comparto con el poeta una pequeña celebración vecinal, en el día que nace un libro de cada quién, nos reservamos los primeros ejemplares, así soy testigo de diversas obras, como Lejanía-away el cual evoca realidades latinoamericanas junto a signos históricos ahora olvidados: “Ferrocarriles… mi infancia la pasé junto a la luna de las estaciones, durmientes errantes en la noche. Rieles con kilómetros de luciérnagas”, efectivamente para nuestra generación aquellas máquinas significaron un medio de transporte, el acero que cuadriculaba San Salvador, trenes conjugando sirenas con estruendosos pasos al iniciar la marcha de sus convoyes, aquello fue rutina y convivencia infantil. No era nada extraño observar las marcas de antiguos tranvías sobre el centro de la ciudad o sus alrededores, incluso un famoso “campo de marte” con un tren para chicos, junto a una exhibición permanente de trenes eléctricos miniaturas en movimiento permanente, ahora para observar esas maquetas ferrocarrileras debemos viajar a una nación de primer mundo, pero las palabras de André tienen la fuerza evocativa en apenas dos líneas.
Reconocer la obra de André es otorgarle un lugar de amistad al lado de muchos pueblos que comparten sus generosos versos, pocos autores tienen ese privilegio, debido a la extraña moda de asociar éxito con Wall Street, Hollywood o el alucinante consumo infinito de lujos y otras vainas, que acaban en historias tan oscuras que el Hades lo contemplamos en la vida de ricos, políticos y famosos, seres millonarios de miserias humanas;  no obstante el poeta Cruchaga inmensamente pródigo en metáforas, otorga a sus lectores, una perspectiva optimista: Puerta de los deseos “uno a menudo, tiene que aclimatarse a las condiciones del viento”, y esa inclinación no significa la derrota ante el huracán metálico, sino  resistir  las tormentas de la falsedad planetaria.
En sus poemas la correlación versal de pequeños universos, comunican sin temor su ciudadanía literaria… Sabiduría: “Toda la ignominia,—entiéndase— se hizo añicos en su moldura. Ahora soy libre aunque nade siempre contracorriente”…
Ocasionalmente cuando existe la oportunidad de reunirnos, situación que acontece cada semestre, existe una constante situación de buen humor, algunos nombres de poetas son recurrentes, en ocasiones por sus citas que nos acompañan de sus pequeños libros etc. esos poetas tenían condiciones tan precarias y a pesar de todo escribían, entonces su vida nos hace parecer “aristócratas del tercer mundo”, como si lo poco nuestro en otro tiempo es el nirvana… Somos ayer: “En el vestíbulo del presente, somos esbozo, pero también sobra del pasado”… “en un instante somos ayer”.
Un libro se convierte en un vigía del horizonte, transporta su llamado a continuar la resistencia a la falsedad de un mundo ahogado en miserias, las mismas de siglos y siglos humanos, excepto que en este momento la noche puede eternizarse con su abrazo nuclear y jamás despertaremos… será mejor así… pero el vigía al menos observará ese destello y quizás algunas palabras para nosotros que dormimos intentarán despertarnos… Entonces: “… las palabras eran pájaros gigantescos. Entonces soñaba con largos colores de horas. Yo era parte de los transeúntes frente a ventanas frenéticas. Después, vino el grito oscuro del reloj, las ojeras crecidas en lo áspero...
Lejanía es un libro para leer muchas veces… que invita a imitar a los gemelos mayas del Popolh Vuh: Hunabpú e Xbalanqué, quienes libres de las tinieblas materialistas nos permiten soñar la felicidad fuera de la oscuridad metálica y dineraria.

San Salvador, en la un décima hora de 2015




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